Hay que decirlo sin vueltas: Bakuman es por lejos el mejor manga serializado que actualmente se publica en español. Ahora lo más complejo: justificar esta postura.

Bakuman

30/03/2012

| Por Martín Fernández Cruz

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Hay que decirlo sin vueltas: Bakuman es por lejos el mejor manga serializado que actualmente se publica en español. Ahora lo más complejo: justificar esta postura.

1_ El sueño del héroe: el manga comienza con Moritaka Mashiro y Akito Takagi, dos compañeros de clase que rondan los 15 años. Takagi es prácticamente un genio, no necesita estudiar para sacarse excelentes notas y sus maestros lo adoran. Mashiro va claramente en dirección opuesta, le cuesta estudiar y está años luz de ser un buen alumno. Los chicos apenas se conocen, pero juntos terminarán por cambiar el mundo del manga.

2_ Me disfrazo de Katsura, para revolucionarlo: Akito tiene un sueño, convertirse en guionista profesional de manga, pero para plasmar sus ideas necesita antes un dibujante. Obviamente, Mashiro resulta ser un ilustrador enorme, pero no le interesa en absoluto el mundo del manga –una amarga herencia familiar lo alejó de la historieta-. La dupla parece no llegar a ser, pero Takagi descubre que su amigo está enamorado de Miho, otra compañera de clase a la que nunca le habló; para él su amor es un secreto celosamente guardado.


Cuando Akito descubre ese metejón, extorsiona al pobre Moritaka y le dice: «sino dibujás mis guiones, cuento todo». Víctima del chantaje, no le queda más remedio que aceptar. Pero a pesar del poco entusiasmo inicial, con el correr de los capítulos Mashiro se contagiará ese amor por el manga que tanto profesa su guionista. La historia parte desde ahí y explota en mil situaciones que abarcan géneros tan disímiles como el drama, la comedia o el romance.

Bakuman comienza desde dos frentes: la pasión que Takagi siente por el mundo del manga, y el amor que Mashiro siente por Miho. La relación amorosa avanza de un golpe cuando la futura parejita hace una promesa: cuando hayan cumplido sus respectivos sueños, se casarán –ella quiere convertirse en actriz de doblaje de animé, entonces Mashiro le promete que hará un manga que se convertirá en animé, para el que ella pondrá su voz-. Sus vocaciones se mezclan y sus futuros parecieran unirse. En este aspecto, el manga vuela todo el tiempo sobre los campos de Katsura y su Video Girl Ai: los sentimientos son plenos pero se viven en secreto, el amor se sufre y el sueño de formar la pareja conduce el relato.Los lectores queremos ver cómo evoluciona la construcción de ese amor supeditado al éxito profesional, ya que solamente la pareja se formará si ambos triunfan en su vocación.

Pero acá el manga pega un salto impensado en la para Katsura: Bakuman elige dejar la romántica historia de la parejita en un segundo plano, porque evidentemente el verdadero amor es el que los protagonistas sienten por el manga, y la relación que debe alcanzarse es la concreción de una carrera profesional para el dúo protagónico compuesto por Takagi/Mashiro. El amor de pareja es apenas un satélite al que los autores volverán eventualmente, pero no más que eso.


3_ El deber de jugar en primera: El verdadero placer de Bakuman surge cuando la dupla empieza a trabajar en un proyecto de manga. Y si vivís en Japón, y si te gusta el manga, ¿qué mejor lugar para trabajar que el Shonen Jump? Repasemos joyas de esa corona: Dragon Ball, One Piece, Slam Dunk, Hokuto No Ken, Captain Tsubasa, City Hunter…en fin, tres cuartos de la programación del Magic de los ´90 y el cincuenta por ciento del catálogo de mangas publicados en Argentina.

Bakuman gana aquí un casillero impensado: sus protagonistas saben el peso del Shonen Jump, son como nosotros, se enloquecieron con muchas de las series mencionadas y quieren formar parte de esa revista. El entusiasmo de Mashiro y Takagi es el mismo que tendría el lector en esa situación, ellos quieren conocer el Shonen Jump y laburar para esa revista, porque es justamente ése es el lugar que legendarios mangas y mangakas dieron sus primeros pasos. Y cuando los chicos comiencen a trabajar allí, entraremos con ellos al mundo editorial japonés por la puerta grande, y conoceremos qué pasa con las grandes editoriales en Japón y cómo una historieta pasa de ser una idea a lograr entrar en las páginas de la revista. Y por primera vez conocemos todo lo que sucede en el medio: los concursos que organiza Shueisha –la editorial- para convocar nuevos talentos, las reuniones editoriales y cómo se conforma el equipo de editores. Bakuman echa luz donde nadie lo había hecho antes, porque con él conocemos realmente la cocina del manga.

4_ Avivar giles: Mashiro y Takagi arman una historia corta, ganan popularidad, participan en los concursos de la editorial y de a poco se sumergen en el mundo del manga. Consiguen serializar una saga extensa, le buscan mil vueltas para enganchar al público, se las cancelan, prueban con otra, conocen a otros autores y el panteón sagrado de la editorial desfila por las páginas de Bakuman como si se tratara de un ejemplar de la revista Hola! –aparece el histórico Mashirito, el cráneo oculto detrás de Dragon Ball- .


Y así las páginas pasan, y cada una de ellas explica cómo se construye una buena historieta, cómo debe ser el dibujo y cómo el guión, y algo tan sencillo como que un autor virtuoso no siempre produce obras de calidad. El dúo protagónico recorre el camino del manga y en ese trayecto los verdaderos mangakas, Tsugumi Ohba y Takeshi Obata, dan vida a los dos protagonistas más entrañables que tuvo el Jump en años. Y acá hay que hacer una pausa, y hablar de Ohba y Obata.

5_ El autor a través de su obra: El manga tiene que ser todoterreno: en un punto de Bakuman, los protagonistas ven su serie cancelada. El editor les pide que preparen un nuevo proyecto, pero les exige que debe tener una temática distinta. Si un mangaka hace humor, luego debe hacer drama, o acción, pero cualquier cosa que se aleje de los chistes. Al menos así funciona el mercado japonés –lo que es relativo, basta ver la carrera de Inoue-. Es evidente: Ohba y Obata hablan a través de esta idea. A no olvidar: ellos vienen de Death Note, vienen de dar cátedra en un manga soberbio, mezcla de policial negro y comic de terror, vienen de barajar cientos de conspiraciones imposibles de vislumbrar y de construir un manga/partido-de-ajedrez asquerosamente fabuloso basado en la frialdad de sus personajes.

A pesar de todo esto, los lectores no suelen tener mucha empatía con los personajes de Death Note, porque querer el bien no significa elegir bando, y ese manga es la máxima representación de la justicia relativa. Es una obra sublime, pero terriblemente fría. Bakuman es el polo opuesto, inmediatamente empatizamos con sus protagonistas, porque les deseamos el triunfo y porque solamente un tipo que se apasiona por la lectura puede entender a otros dos tipos que se apasionan por el manga. Mashiro y Takagi son nuestros amigos. Ohba y Obata planearon un manga totalmente distinto y lo llevaron al extremo, para lograr una nueva obra maestra en un terreno totalmente nuevo.


6_ Eiji Niizuma y Ashita No Joe: Cuando los autores comienzan a meterse en el Shonen Jump, otro autor muy joven se revela como un genio: su nombre es Eiji Niizuma, el creador de Crow, la serie hot de la revista. Los protagonistas sienten por él una mezcla imposible de envidia y admiración, y se proponen superarlo. En Japón, al manga de deportes se lo llama spokon, una palabra que hace referencia a la exigencia que los protagonistas sufren en este tipo de historias, ejemplos como el de Tsubasa (con un héroe que repetía quince mil veces por capítulo la frase «¡tengo que ganar la copa mundial para Japón!») son emblema de este género. Pero el Rey del spokon es Joe, el boxeador de origen humilde, que -como Bruce Springsteen- se erige como un working class hero y mediante una impresionante tenacidad logra un memorable paso por el boxeo, con un final amarguísimo, muy a tono con el spokon.

Esto viene a que Ohba armó su epopeya manguera tomando la estructura de este género: cada manga que entregan los protagonistas, cada fracaso y cada éxito lo hacen sólo movilizados por una necesidad angustiante de auto superación. Eiji Niizuma, un personaje estrafalario y tan o más carismático que los protagonistas, es en todo momento el obstáculo a superar. En un manga tan extraño como éste, en el que los cliffhangers suelen ser reuniones editoriales, la presencia de Niizuma es imprescindible para darle dinamismo a la trama. Y la apuesta de Ohba es convertirlo no en un villano, sino en otro autor con el que los protagonistas comparten una relación ambigua. Y Eiji, cuando habla, tiene la costumbre de adoptar una posición similar a la del Gran Saiyaman, o sea, nuevamente la autoconciencia y la figura del mangaka taquillero basada -¿parcialmente?- en el autor hot por antonomasia: Akira Toriyama.


7_ El autor a través de su obra (2): ¿Cómo se explica que Dragon Ball haya logrado mil años de éxito ininterrumpido? Es evidente que el comic de aventura siempre fue rentable para el Shonen, pero DB tiene algo más, un no-sé-qué que enganchó a todos los públicos del mundo. Ojo, que la creación de Toriyama es genial, pero a más de uno le llamó la atención cómo ese modelo monopolizó el mercado del Shonen Jump. En Bakuman, hay un capítulo en el que Niizuma dice: «los autores no ponen nada de sí mismos en sus protagonistas, no se los ve reflejados. Desde el punto de vista de los demás, seguramente los acusan de hacer personajes anodinos, sin corazón, eso es inevitable». Esto puede ser una especulación, pero es casi un hecho que Ohba y Obata volcaron en el dúo protagónico muchas de sus experiencias como mangakas, y por este motivo es seguro que si Nizuma representa la ola de autores que siguieron a Toriyama, los propios protagonistas de Bakuman son avatares de Ohba y Obata, o sea, dos mangakas
que intentan recorrer otro camino, desviarse del típico manga aventurero –y que es garantía de éxito- para explorar géneros descartados y llevarlos a la cima de la popularidad.

8_ El mejor manga publicado: Por todo esto creo que Bakuman es actualmente el mejor manga que se publica en español. Porque desnuda cómo se organiza una editorial del calibre de Shueisha; porque utiliza dos personajes para levantar barricada y alertar sobre los muchos vicios de la industria; y lo más importante, porque su necesidad de denuncia no implica descuidar una historia finamente guionada. En Bakuman, todos los géneros comiqueros están representados con sus pros y sus contras, y lo más importante: en Mashiro y Takagi es imposible no verse reflejado, no conmoverse por su amor a la historieta y con este manga salir a contagiar a otros lectores con la misma pasión de sus protagonistas. En serio, Bakuman es una obra maestra que nunca debemos dejar de recomendar.

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