Batman: El Caballero de la Noche
Distribuye: Warner Bros.
Duración: 150´
Intérpretes: Christian Bale (Bruce Wayne /Batman), Michael Caine (Alfred Pennyworth), Morgan Freeman (Lucius Fox), Gary Oldman (Tte James Gordon), Maggie Gyllenhaal (Rachel Dowes), Aaron Eckhart (Harvey Dent/ Two Face) y Heat Ledger (The Joker).
Calificación: Solo apta para mayores de 13 años.
Con Batman el caballero de la noche se vuelve a quebrar (y por suerte va…) ese viejo mito que rezaba que segundas partes nunca fueron buenas. Y es que el único adjetivo capaz de hacer justicia a la nueva película de Batman es impresionante. Si, los fanáticos pueden respirar tranquilos una vez más. Chris Nolan parece haberle logrado tomarle la mano al personaje y en esta nueva adaptación a la pantalla grande lo demuestra con creces. Es realmente destacable la labor del director quien también ha escrito el guión junto a su hermano Jonathan. No sólo emplea secuencias de acción como muy pocas veces se han visto en una película de Bats sino que también logra una excelente caracterización de los personajes por medio de diálogos tan bien escritos que lleva a preguntarse si no hay alguien más metiendo mano en el libreto.
La historia presenta una de las tramas más retorcidas que se hayan podido ver en una película de superhéroes. Esta nueva entrega de Batman no tiene nada que envidiarle a esos buenos policiales que ya no se hacen del estilo de Los Intocables o Perros de la Calle (por poner ejemplos recientes y reconocibles) y amén del plus de agregarle la presencia de Batman, quien hace su mejor esfuerzo para inclinar la balanza hacia el bien sin obtener en todos los casos el resultado deseado. Pero, quitándole al murciélago, El Caballero de la Noche puede sostenerse sola como una gran película de mafiosos.
La caracterización de los personajes es soberbia. Si en la primera película, la actuación más floja fue la de Katie Holmes, en esta el personaje es interpretado por la más talentosa Maggie Gyllenhaal y la ecuación pasa a dar un resultado mucho más positivo. Los galancetes Christian Bale y Aaron Eckhart lleva muy bien las pieles de Bruce Wayne y Harvey Dent, Michael Caine cumple con creces en sus intervenciones como Alfred mientras que Gary Oldman vuelve a componer el mejor Gordon de todas los vistos hasta ahora. El otro bastión actoral sobre el que se sostiene la película es Morgan Freeman como Lucius Fox, la mano derecha de Bruce Wayne que alterna con un rol al estilo de Q, el armero de 007 de una manera muy divertida.
Sin embargo, el galardón mayor es para Heat Ledger y su composición del Joker. Es realmente un placer cinematográfico ver semejante criatura en pantalla. Los ribetes de psicopatía que encontró Ledger para darle vida al payaso del crimen son infinitos; desde un origen incierto hasta el aspecto físico del personaje, todo forma una auténtica obra de arte en pantalla. Nunca se vio un Joker (y en esta bolsa se incluye la composición que hizo Jack Nicholson hace casi veinte años) mejor que el que Nolan y Ledger.
Mención aparte merece el hecho de que por fin se presenta un Batman en todas sus facetas: está el Batman James Bond que se aventura a secuestrar a un criminal en Hong Kong, el Batman detective que trata de encontrar la manera de descubrir los patrones de acción del Joker, el Batman Ninja que aparece y desaparece a voluntad y muchos otros que se van alternando en pantalla dando lugar a un espectro de infinitas posibilidades. Es realmente una muy buena puesta en escena del personaje que ya no queda tan desdibujado frente a la figura de los villanos.
El argumento retoma cabos sueltos de la primera película como las actividades clandestinas del Scarecrow (vuelve Cillian Murphy en una pequeña pero efectiva aparición) y otras sub plots como el postergado ascenso de Gordon a comisario o la relación entre Bruce Wayne y Rachel que ahora mantiene un romance con Harvey Dent.
En el apartado efectos especiales, The Dark Knight supera ampliamente a su predecesora en todos los aspectos aunque a veces tantos chiches sofisticados resultan un poco difíciles de digerir, causando una cierta desorientación en el espectador. Pero de todas maneras, los efectos cumplen sobremanera al tiempo que decoran las escenas de acción o le sirven de apoyo digital a Eckhart cuando debe darle vida a Two Face.
De la película se puede hablar horas enteras comparándola con otras, criticándola sin piedad y por supuesto elogiándola pero desde este espacio no puedo más que recomendarla enfáticamente a todo aquel que guste de las aventuras del hombre quiróptero. Son dos horas y media de entretenimiento puro con acción, emoción, temor, angustia, nerviosismo y muchos guiños y cameos que harán las delicias de los fanáticos, algo a lo que Nolan ya le tomó el gustito en la anterior entrega. Resta sólo desear que haya una tercera parte – de hecho el final de esta película queda más abierto que el de la anterior- y por supuesto que la misma sea obra de Chris Nolan, el bati director.
95 comentarios