Tercer tramo del repaso por la historia de este extraño y fascinante sello de "segunda marca" del comic estadounidense.

Charlton: Comics por kilo para todos los gustos (parte 3)

22/08/2022

| Por Roberto Barreiro

4 comentarios

d3c9ecaccd1a479888a8b2276b433196Estamos a mediados de los ´60, en pleno auge de los Action Heroes, que es como designaban en Charlton a estos justicieros casi siempre sin superpoderes que se subían al furor de los superhéroes propulsado por la serie de TV de Batman.

Otro de estos personajes (más tarde adoptados por DC) sería Peacemaker, un diplomático internacional que ama tanto la paz que peleará por ella, con unas historias a medio camino entre los superhéroes y las aventuras de espías internacionales, todo de la mano de Joe Gilly Pat Boyette. También Thunderbolt (un joven entrenado en un monasterio budista en el Tibet y enviado a enfrentar el mal en le mundo, incluso contra su propio interés, escrito y dibujado por Peter Morisi, y basado en personajes de la Golden Age como el Amazing Man y el Daredevil de Charles Biro), Nightshade (heroína escrita por Dave Kaler y dibujada por Steve Ditko en historias secundarias), Judomaster (uno de los primeros ejemplos del uso de las artes marciales en el medio, antes de la aparición de Bruce Lee, que hacia Frank McLaughlin) y los Fightin’ Five (un grupo comando que hace misiones difíciles, una suerte de equipo G.I. Joe avant la lettre). Incluso el Captain Atom volvería de la mano de Steve Ditko, con sus poderes debidamente reducidos (aunque los tenía, a diferencia del resto de los “action héroes”) y un nuevo traje.

hercules 1 24Pero no solo importaba la línea de Action Heroes. En la Charlton de esos años también tuvimos otras gemas. Por ejemplo, Denny O’Neil y Pat Boyette harían una historia de ciencia ficción post-apocalíptica de apuro llamada “Children of Doom” que es una pequeña joya del género. Y que sería publicada en blanco y negro porque quedaba mejor, algo impensado en los comic books de esos años. También junto a otro novato, Jim Aparo, harían Wander, un western de ciencia ficción que salía como back up de Cheyenne Kid, un western regular de la editorial. Por el lado de Steven Skeates, este guionista contribuiría Thane of Bagarth, una historia ambientada en la Edad Media muy deudora del Prince Valiant, también dibujada por Aparo, además de contribuir con guiones unitarios para todo tipo de géneros, incluyendo una muy divertida versión en historieta del dibujo animado de Abbott & Costello que aparecía en la televisión en esos años. Pat Boyette, entretanto, contribuiría con sus diseños a infinitas historias de misterio, como las protagonizadas por el Doctor Graves. Sam Glanzman tendría en esos años dos series muy interesantes. Por un lado su versión de Hercules, que él consideraba “medianamente decente” (lo que, para un tipo que veía que todo su trabajo como basura, era toda una declaración).

81hJ5-6m3uLPor el otro, “The Lonely War of Willy Schulz”, una serie de guerra sobre un soldado norteamericano de ascendencia germana que termina en las líneas alemanas, se hace pasar por soldado y se enfrenta todo el tiempo con problemas éticos. Una serie de una ambigüedad moral fascinante que estaba escrita por Will Franz, que tenía dieciséis años al comenzar la serie, aunque no se notaba en unos guiones maduros y cargados de resonancia en esos años. Pete Morisi, entretanto, dibujaría innumerables westerns, todos manejados con un uso muy sobrio del claroscuro. Y ni siquiera vamos a tocar las innumerables historias de terror y suspenso que Ditko producía como loco o los infinitos guiones que Joe Gill seguía sacando cada semana desde su máquina de escribir.

Poco a poco, el trabajo de Dick Giordano logró llamar la atención dentro de la industria. Charlton ya no era el patito feo, la serie Z, sino unas revistas que venían en ascenso no solo en el mundillo sino entre el fandom. Y la DC –que en ese entonces buscaba la forma de renovar sus publicaciones- decidió que Giordano podía ser la respuesta. Carmine Infantino, el nuevo jefe editorial de DC, le propuso a Giordano trabajar para ellos, con la idea de que trajera a sus autores desde la Charlton. Así para 1968, Giordano abandonaba Derby para volver a New York. Detrás le seguían O’Neil, Skeates, Aparo, Ditko y demás autores. El ayudante de Giordano, Sal Gentile (al que todos describen como un buen tipo que no tenía un interés especial en los comics) mantendrá a flote la línea (aunque abandonará a los “Action Heroes”, que no habían vendido lo suficiente). Su mano derecha será un dibujante que venía de la publicidad y que había logrado el sueño del pibe al dibujar a su personaje favorito, Popeye, para la licencia recientemente adquirida por la editorial. Se llamaba George Wildman. Ojo con este nombre.

11serveimage4. Aires nuevos: horror, licencias y un logo para recordar.

Para 1972, cuando Wildman asumió como editor en jefe de la línea de comics de Charlton, la industria de los comics en general estaba convulsionada. El sistema de venta en kioscos empezaba a tener graves problemas, víctima de la inflación, que reducía las ganancias, sobre todo en los productos más económicos… como los comics. Entre elegir darles espacio a revistas que valían 20 centavos o exhibir material con mayor valor, los vendedores de los puestos de periódicos preferían priorizar el otro material. En ese espacio cada vez menor, Charlton tenía que pelear cada vez más con los títulos de las otras compañías (DC, Marvel, Dell, Archie, Harvey, etc), por una venta que era cada vez más difícil. Sobre todo para una editorial que respetaba tan poco su producto.

Para eso Wildman va a intentar varias cosas. En primer lugar, se propuso darle un mínimo de identidad corporativa, algo de lo que la editorial carecía. Para eso diseñará el logo con forma de flecha que estará presente en todos los comic books de la empresa hasta su cierre. Un logo simple y llamativo que va a llamar la atención.

The Phantom # 67En segundo lugar, Charlton va a apostar muy fuerte por dos tipos de géneros. Por un lado, Charlton se lanzó a producir comics con licencias de otras empresas, como Hanna-Barbera y el King Features Syndicate. Por esos años, versiones en comic books de dibujos animados como The Flintstones, Top Cat, Scooby Doo, Yogi Bear, series como Space:1999 y The Six Million Dollar Man, y de tiras como Popeye, The Phantom y Flash Gordon estarían permanentemente presente en la producción editorial. Algunas de ellas (como el Phantom dibujado por Don Newton o el propio Popeye que Wildman se había reservado para dibujar) serían bien recibidas por el fandom de esos años. El otro gran género al que apostaría sería al terror. Una gran cantidad de antologías de historias cortas del género serían producidas por la Charlton. Ninguna de esas historias tenía personajes recurrentes, pero los autores noveles que las hacían le ponían muchísimo empeño a su trabajo.

 

Compartir:

Etiquetas:

Dejanos tus comentarios:

4 comentarios