Llegamos a España para encontrarnos con uno de los mejores clones de El Zorro de todos los tiempos.

Cowboys Enmascarados (parte 22)

12/06/2024

| Por Roberto Barreiro

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Para el mundo hispanoamericano, el Zorro fue un concepto abrazado veloz y ampliamente. Decenas de jinetes enmascarados latinos aparecieron en todos los países de habla hispana, variantes más o menos clonadas de don Diego de la Vega.

Si tenemos que elegir la mejor variante del Zorro jamás hecha (no solo en Hispanoamérica, sino en todo el mundo), yo propondría a una que apareció en plena España franquista: El Coyote.

Creada por el novelista José Mallorquí (1917-1972) en 1943 para el nº 9 de la colección Novelas del Oeste de ediciones Cliper, El Coyote es -superficialmente- otro derivado más del Zorro: Don César de Echagüe es el típico heredero de hacienda californiana que parece ser un cobarde públicamente, pero que esconde su identidad secreta como el justiciero El Coyote. Sin embargo, Mallorquí pega un par de giros que diferencian y mejoran al personaje. En primer lugar, la acción pasa de la California bajo dominio español de principios del Siglo XIX a la California recién conquistada por los norteamericanos tras la guerra entre Estados Unidos y México de 1848. Así, El Coyote combate los abusos que los yankis recién llegados cometen contra los nativos de California (algo muy acorde con la línea franquista de la época, en la que EEUU era un estado rival que quería conquistar y dominar a una España muy cercana al Eje). Los yankis son los malos: los españoles y los nativos son los buenos. Y, en segundo lugar –y tal vez más importante aún- Don César de Echagüe no es solo un cobarde bueno para nada, sino que desde el día uno es para todo el mundo un tipo astuto, cínico y dotado de una inteligencia superior. Muchas veces es su habilidad para desarmar los planes de los rivales usando el cerebro lo que le permite el triunfo y el Coyote es solo una herramienta final en su estrategia. Es el astuto, pragmático y sarcástico César de Echagüe el que se convierte en una figura tridimensional que liderará una extensa saga de 192 novelas (publicadas entre 1944 y 1952, todas salidas de la pluma de Mallorquí) que es de lo mejor hecho por la literatura popular en español de todos los tiempos. Se las recomiendo muchísimo, ya que estamos.

Una de las grandes bazas de la colección eran las portadas, ilustradas por Francisco Batet (1921–2015). Ilustrador autodidacta, su versión del personaje para las tapas de las novelas se convirtió en la versión definitiva del personaje. Batet quedó tan identificado con El Coyote que, cuando desde la editorial decidieron crear la revista de historietas El Coyote, nunca hubo duda de que Batet se encargaría también de ilustrar las historias. Cosa que hizo durante los primeros 128 números, para luego ser reemplazado por José Larraz (quien en la década de 1970 se convertirá en director de cine de terror, en pleno auge de ese género cinematográfico en España) hasta el final de la revista. Los guiones al principio fueron de Mallorquí pero este –que no se sentía a gusto con el lenguaje del comic- lo abandonó pronto, y fue reemplazado por otros guionistas hoy desconocidos. Esto implicó que la calidad de la historieta no fuera tan buena como la de las novelas, aunque el nivel no es malo, sino más bien lo estándar de la época. Por cierto, la revista El Coyote era una antología donde se publicaban todo tipo de historietas, tanto españolas como internacionales, con un nivel muy alto de dibujantes.

La serie sería un éxito total tanto en España como en otros países de Europa. El Coyote fue adaptado en varios largometrajes, en teatro, radio y hasta tuvo una canción propia, lo que habla de su impacto social. Una generación entera de lectores ha reivindicado al personaje y sus novelas. Y, por supuesto, su éxito propiciaría la aparición de innumerables personajes similares, como veremos en entradas subsiguientes.

​Batet dejaría El Coyote y España para irse a vivir a París donde se dedicó primero a la ilustración y luego a la pintura. José Mallorquí se volcaría a la radio y sería durante años un guionista de mucho éxito en España (además de seguir escribiendo novelas populares). Lamentablemente en 1972, deprimido tras el fallecimiento de su esposa, decidió quitarse la vida. Mientras tanto, su creación estrella seguiría reeditándose continuamente, tanto en comic como las novelas…

… hasta que en 1983, Planeta-DeAgostini decide sacar nuevas historias de El Coyote, en forma de revistas pequeñas y baratas, bajo su sello Forum. Los guiones de la nueva serie corrían por cuenta de José García (quien adaptaba las novelas de Mallorquí) y el dibujo estaba a cargo de Julio Bosch y José Maria Bellalta. Si bien la serie se veía muy bien, el formato pequeño con que se lanzó conspiró contra su éxito y solo duró 24 números. Desde entonces, solo ha habido alguna reimpresión de las historietas de Batet en ediciones para coleccionistas pero nada más. El Coyote sigue sin volver a dejar su marca en la cultura popular.

Pero como dijimos, en su momento el éxito del personaje hará que España se llene de clones del Zorro. A ellos nos dedicaremos en el próximo capitulo​

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