Rick Remender, Kieron Dwyer y Tony Moore no descubrieron la pólvora, pero encontraron una combinación muy interesante: sexo y zombies, y la pusieron a prueba en un nuevo comic publicado por Image.

Crawl Space: XXXombies

18/05/2008

| Por Staff de Comiqueando

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Alguien dijo por ahí que los zombies son como los X-Men de los comics de horror. Entonces pongámosle una X a los zombies y tenemos «Xombies». ¡Esperen!, mejor pongámosle tres X y tenemos «XXXombies». Y si vamos a usar eso de la Triple X, pues debemos justificarlo de alguna manera, ¿no? Entonces debe ser un comic de pornografía zombie. Después de todo, la muerte y el sexo son las dos caras perceptuales de una misma moneda, Eros y Thanatos, impulsos gemelos que hacen que el ser humano actúe y viva, según Freud. Eros es el impulso de amar, el deseo por el otro y la necesidad de prolongar la existencia mediante la progenie; mientras que Thanatos es el impulso que nos lleva a la muerte y que hace que el dolor y el sufrimiento sean nuestro martirio… ¿o no? Porque el dolor y el sufrimiento cuando son el martirio de otro pueden ser nuestro deleite. Y no hablo de individuos sádicos o psicópatas asesinos, sino de usted o yo, que disfruta del gore, o las películas y comics de zombies.


El amor o deseo, el nacimiento y la muerte son experiencias traumáticas en tanto provocan fuertes cambios internos en el sujeto, y además porque construyen al sujeto, dice mi profesora de sexo tántrico, y es por eso que el momento del orgasmo es equiparable o comparable con la muerte o con el nacimiento. El placer y el dolor se unen para llegar al éxtasis, la petit mort de los franceses. Pero aquí no estamos hablando de una pequeña muerte sino de un genocidio, como debe ser cuando se aborda el género zombie, como en Crawl Space: XXXombies. ¿Pero qué fue primero, el nombre o la idea?, ¿el huevo o la gallina?, ¿el muerto o el zombie?, ¿tiene uno que morirse primero para volverse zombie? Cómo surgió este comic y por qué, está explicado al final del primer número en palabras de Rick Remender:


«Crawl Space es una nueva serie en la tradición de Tales from the Crypt o Creep Show donde Kieron Dwyer y yo publicaremos las historias que juntos hemos urdido durante los últimos años…» Pero vamos a los zombies… «Nuestro primer arco argumental, la serie de cuatro números XXXombies, fue un concepto cocinado con la ayuda de nuestro colaborador especial invitado: Tony Moore, el artista original de The Walking Dead. Nació durante una conversación telefónica nocturna durante la cual Tony y yo discutíamos el estado de la industria del comic. Supongo que no les sorprenderá mucho que la idea de mezclar zombies con actores porno haya comenzado como una broma”. Luego de esto Remender le contó la idea a Dwyer, quien le recordó que habían estado hablando por años sobre una historia de zombies que fuese la «definitiva». Fue Dwyer quien inventó el nombre «XXXombies» y ahí respondemos la pregunta número 1: efectivamente el concepto antecedió al nombre, así como Vader fue primero el pequeño Ani aunque no lo vimos hasta veinte años después en la pantalla grande.


Los tres primeros números se dejan leer sin aburrir en ningún momento, aunque dudo que esta sea la historia «definitiva» de zombies –o, como dice Remender: «end-all zombie tales», que sería algo así como “la madre de todas las historias de zombies” -. Y si bien tiene la combinación justa de elementos clásicos más algunas innovaciones, no es la gran cosa. No tendría por qué serlo claro, si no te estuvieran vendiendo «la historia que devorará a todas las otras historias de zombies”. No generemos expectativas falsas. Esa fue una de las gracias de “Marvel Zombies”, por eso le fue tan bien. Nadie tenía grandes expectativas, no se vendió como algo extraordinario o definitivo, aunque a estas alturas ni los más fanáticos de Marvel soportaríamos otra historia de zombies.

La historia está ambientada en Los Angeles en 1977 y comienza de una manera muy simple y efectiva, que se agradece. Nada de alienígenas reviviendo cadáveres, o experimentos de corporaciones malignas. Simplemente un avión que regresa de Haití (todos, hasta mi abuelita, saben que ahí se originó la idea del zombie tal y como ha sido popularizada) con un pasajero al parecer haitiano que se ha dormido o fallecido (más bien esto último). Una azafata se acerca al sujeto, que se quedó inmóvil apoyado en el hombro de una vieja y… El avión se estrella en Cahuenga Peak, la cima de 55,8 hectáreas que forma parte del Parque Griffith, donde está emplazado el famoso cartel de Hollywood. Del sitio del desastre se levantan los pasajeros zombies, que atacan al equipo de rescate compuesto por bomberos y paramédicos. Y eso es todo cuanto necesitamos para saber que en unas cuantas viñetas tendremos un armagedón zombie.


Uno de los elementos clásicos impuestos por George Romero es el de encerrarse en una casa para evitar que te coman los zombies. En XXXombies esto se da de la siguiente manera, muy lógica y convincente por lo demás: Wong Hunglau, un productor de películas porno y maestro de la explotación le debe una gran suma de dinero a la mafia, por lo que decide filmar cinco películas en un solo fin de semana, encerrándose con sus actores y equipo en una mansión que ha conseguido alquilar. Dos días más tarde, L.A. es una zona de desastre, zombies por todos lados, y nuestros protagonistas recién se van enterando. Pero no se quedan en la casa como en el clásico de Romero sino que intentan huir. No obstante, a Wong lo atrapan los mafiosos mientras los demás intentan sobrevivir a los zombies, ¿qué otra cosa iban a hacer?


El personaje más interesante en mi opinión es Steve Mitchum, el padre de Jenny, la chica demasiado ingenua que por aspirar a una carrera de modelo o actriz terminó como debutante en la industria porno (aunque no parece muy desagradada). Steve, en su primera aparición elimina a una horda de zombies, hace explotar una gasolinera tras llenar su camión y rescata a una chica. Es una fuerza de la naturaleza que no se detendrá ante nada para rescatar a su hija y ni la mafia, ni los traficantes, ni los pandilleros, ni los zombies podrán detenerlo. La verdad es que Steve es una mezcla de dos de los mejores personajes de Kurt Russell: Snake Plissken de Escape from New York (1981) y Jack Burton de Big Trouble in Little China (1986). Si son frikis y no han visto ninguna de esas dos películas se han perdido de la mitad de sus vidas, se los aseguro.


Sobre el resto, son una suerte de amalgama de varios actores, o guiños como Burt Magnum (que es en partes iguales Tom Selleck y Burt Reynolds) o Jeremy Ronald (Ron Jeremy, leyenda viviente del porno que ha aparecido en videos musicales de Sublime, Mercury Rev, Kid Rock y Guns N’ Roses, entre otros). Con respecto a quiénes serían los templates de las actrices porno, no tengo la menor idea. Las referencias, si las hay, no son tan obvias como en los casos anteriores, aunque creo que si no las he logrado identificar puede que se deba a mi desconocimiento de las estrellas porno de los 1970s. Aún así me parece que a los autores (descontando a Jenny), no les interesan los personajes femeninos tanto como los masculinos. (Nota al margen: El jefe de los mafiosos es igual a Vito Corleone).

El problema de los comics de zombies, al igual que con la mayoría de las películas de este sub-género, es que no son horrorosos sino intrínsicamente graciosos. Quizás yo tenga un humor muy macabro, pero fuera del clásico de Romero me he reído con todas y cada una de las películas de zombies que he visto. Es por eso que pienso que cuando mejor se explota este género es en la comedia, como en “Braindead” (1992) de Peter Jackson, o “Evil Dead” I y II de Sam Raimi. “XXXombies” es muy divertida también, especialmente la parte de las enfermeras zombies devorando bebés en la sala de neonatos, que me recordó mucho a “AvP2” -otra película muy divertida y cómica-.

Para finalizar, debo decir que “XXXombies” entrega lo que promete: decadencia, canibalismo, sexo con zombies, actrices porno zombies arrancando miembros viriles y Steve Mitchum pateándole el culo al que se le pone por delante. ¿La historia zombie definitiva? Definitivamente no, pero sí un buen y recomendable divertimento.

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