Dani The O
Daniel José Díaz nació el 14 de Septiembre de 1966 en el barrio de Villa Pueyrredón, en la ciudad de Buenos Aires. Pudo haber sido un tipo común, esos que pasan por la vida y… bueno, pasan. Pero no. Daniel quiso ser otra cosa: el grosso que hace cagar de risa a todos los demás.
«Manual de Bolsillo Ninja», publicado por Editorial Cacahuate
En la secundaria, en una prueba de Historia sobre la monarquía francesa, se le ocurrió firmar la hoja como “Daniel De Orleans”. La profesora se copó con el chiste y el chiste siguió. Pronto empezó a firmar TODAS las pruebas de las distintas materias como “Daniel De Orleans”, o para abreviar, “Dani De O”. Cuando a fines de los ’80 empezó a publicar sus historietas en distintos fanzines, cambió el “De” por el “the”, y el resto es leyenda.
Durante su adolescencia, Dani estudió Humor Gráfico con Carlos Garaycochea, Goyo Mazzeo y el mítico Eduardo Ferro, y además Historieta, con el maestro Oswal. Como si esto fuera poco, estudió Animación en la Escuela de Cine de Avellaneda y teatro con Eduardo Calvo (sí, el heavy re-jodido), Julian Howard y Norman Briski.
A fines de los ’80 empezó a colaborar en fanzines y rápidamente se destacó entre los muchos autores que pelaban lo suyo en aquella primavera del under. Para 1989 ya publicaba profesionalmente en Skorpio (con su famosa tira Humberto Pollo) y pronto desfiló también por El Tajo, País Caníbal, Fierro, SexHumor y Humi.
Para 1994 Dani ya era un autor totalmente asentado en un estilo propio y reconocible y ya tenía legiones de fans. Ese año comienza a colaborar en El Lápiz Japonés y en Comiqueando, donde estuvo hasta el final de la etapa clásica (2001) y creó a Amorfi, otro de sus personajes populares. En 1996 participó de la fundación de la revista Suélteme, y participó de la conducción de la misma durante toda su andadura, además de aportar increíbles historietas. Entre 1999 y 2001, con Suélteme ya extinta, sus creaciones más limadas (como por ejemplo, la Liebre Patagónica) encontraron un hogar en el prozine Kapop!
En los últimos años, Dani se alejó un poco de la historieta (aunque colaboró en la revista Barcelona y en varios números de Comiqueando entre 2005 y 2007) y se volcó más a la ilustración infantil, donde pronto se afianzó como uno de los dibujantes más requeridos por las editoriales. En este rubro, la editorial Color le publicó los libros El Pollito Rebelde y Paseando en la Granja y la editorial Cacahuate le publicó El Libro de la Pulga Ochoa y Manual de Bolsillo Ninja (ambos de 2007).
Ilustración de «El Libro Peludo de la Pulga Ochoa»
Desde mediados de los ’90, Dani trabajó intensamente en televisión, como creativo y guionista, primero en América y Canal 7, luego en canales de cable como ESPN y Jetix. En este rol colaboró activamente con populares figuras de la tele como Graciela Alfano, Carmen Barbieri, Andrea Frigerio, Georgina Barbarossa, Claudio Morgado, Pablo Marcovsky y Pato Galván. En el recordado programa Pulgas en el Siete, Dani escribió guiones, actuó y dio vida (y voz) a otro de sus personajes más queribles, la Pulga Ochoa.
Dani siempre se cagó de risa de la muerte, de las enfermedades terminales, de todo… Entre amigos, hacía gala de un humor negro ácido y maligno, y jamás tuvo reparos en hacer chistes absolutamente geniales y zarpados de negros, gays, discapacitados, o ninguno de los otros tópicos considerados tabú por la imbecilidad políticamente correcta. En sus chistes e historietas, en cambio, cultivó una veta más absurda e impredecible.
Así como en su momento Oesterheld extendió las fronteras de “lo aventurable”, Dani llevó las fronteras de “lo humorable” al infinito y más allá. O sea, si podés hacer chistes con un peine (y no uno, muchos!) es porque ya estás en un trip de genialidad al que pocos se animan. En el universo de Dani había cabida para todo, hasta para lo más limado: Monjas ninjas, Evitas zombis, pollos hard-boiled, editores oligofrénicos, travestis heroicos, gerontes rocanroleros, patos homosexuales y hasta un Dios jodón y aventurero poblaron sus páginas, siempre con ese dibujo claro, limpito, que daba esa falsa apariencia de humor sano e inofensivo, cuando en realidad Dani se iba a la mierda, mal.
Y un día, el gigantesco chiste se convirtió en gigantesca tragedia. Un aneurisma aparentemente congénito le produjo un derrame cerebral y después de varios días en coma, Dani the O nos dejó el 29 de Marzo, con sólo 41 años. Y ahí se mezclaron el dolor, la impotencia, la bronca, las lágrimas… y los recuerdos, las anécdotas, los proyectos, las jodas… todas esas cosas maravillosas que en los últimos 20 años compartimos con Dani los que tuvimos el privilegio de estar cerca suyo.
En muchos medios habrás leído “Se fue un gran humorista”, o “Se fue un gran dibujante”. En Comiqueando, decimos “Se fue un gran amigo”. Y duele como la reputísima madre que lo parió.
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