CAPITULO NUEVE: VOLVER A CREER
En 1998, apenas un mes después del cierre de la serie original, apareció un nuevo Daredevil nº1, ahora bajo el sello de los Marvel Knights,
una especie de sub-editorial dentro de la Marvel liderada por dos exitosos dibujantes: Joe Quesada y Jimmy Palmiotti. Los propios Joe y Jim
se hicieron cargo de la faz gráfica de la revista (apuntalados por unos coloristas deslumbrantes, de esos que acostumbran trabajar en los comics
de la editorial Image) y trajeron como guionista a un autor de muchísima repercusión fuera de los comics, ya en ese entonces consagrado por sus
películas Clerks, Mallrats y Chasing Amy (conocida en Argentina como La Otra Cara del Amor): el sorprendente cineasta Kevin Smith. A Smith se
lo identificaba con su carrera de realizador de cine independiente, su ingenio para los diálogos y el desparpajo y la vulgaridad de Jay y Silent
Bob, sus personajes más conocidos. Sin embargo, el cineasta llevaba años consumiendo comics con enorme pasión y, como todos los aficionados a los
comics de la década del ‘80, estaba fascinado por los aportes de Frank Miller a esta serie, especialmente por los climas oscuros, la gran humanidad
de los personajes y el hecho de que (al igual que Matt Murdock, Miller y Nocenti) Smith también profesa la religión católica.
Este relanzamiento resultó sumamente exitoso y hasta el día de hoy la serie no volvió a interrumpirse más que por alguna demora en las fechas de entrega
de algún dibujante. En Septiembre de 2009, tras el número 119, esta colección recuperó la numeración de la serie clásica, a tiempo para celebrar el nº500.
Por una cuestión de proximidad en el tiempo, resulta potencialmente contraproducente ahondar demasiado en los argumentos de cada una de las sagas que se
han desarrollado en la revista de Daredevil desde fines de 1998 hasta hoy. Es preferible que el lector interesado busque las distintas revistas o los
recopilatorios y los disfrute por sí mismo, sobre todo cuando la inmensa mayoría de estas historias han sido publicadas en nuestro idioma, en ediciones
para nada inaccesibles.
Digamos simplemente que a lo largo de estos 12 años, Daredevil se enriqueció con los aportes no sólo de Smith y Quesada, sino también de David Mack
(Kabuki), Bob Gale (Back to the Future), Phil Winslade (Godess), Manuel Gutiérrez (Ojo Blindado), Rob Haynes, David Ross y varios más. Pero los artistas
fundamentales, los responsables de este éxito que se prolonga hasta hoy fueron los guionistas Brian Michael Bendis y Ed Brubaker y los dibujantes Alex
Maleev y Michael Lark, autores de las etapas más extensas y más celebradas de estos 12 años. Todas las sagas firmadas por estos cuatro maestros se
consiguen fácilmente en tomos recopilatorios, ya sea en inglés o castellano, y son todas sumamente recomendables.
Actualmente, Daredevil va por el nº 510 y tiene como guionista titular al británico Andy Diggle (Hellblazer, Thunderbolts).
CAPITULO DIEZ: OTROS COMICS
Como todo personaje de larga andadura en el mundo de los comics, a Daredevil le llegó más de una vez la posibilidad de lucirse fuera de los confines de
su propia revista. No vamos a reseñar aquí todas y cada una de sus apariciones al frente de otras publicaciones, pero sí las más importantes.
Daredevil: Love & War es una novela gráfica de 62 páginas, originalmente concebida como una historia que abarcaría los n°s 219 y 220 de la serie regular.
La idea era juntar a Frank Miller con un dibujante que por ese entonces era furor en la revista New Mutants, Bill Sienkiewicz, y cuyo estilo no se asemejaba
a nada de lo visto previamente en las páginas de Daredevil. Pero la química entre Miller y Sienkiewicz desbordó los límites del formato, y la historia
terminó por transformarse en una impactante novela gráfica, publicada a principios de 1986 en la colección Marvel Graphic Novels. El argumento gira en
torno al Kingpin y a su cruzada personal por reestablecer la salud mental de Vanessa Fisk, su esposa. En el medio se interponen Daredevil y una eminencia
médica, el doctor Paul Mondat, a quien el Kingpin obliga a cooperar mediante el secuestro de su esposa Cheryl. Daredevil debe rescatar a Cheryl, lo cual
lo lleva a confrontar con un mercenario psicópata contratado por el Kingpin, quien además está enfermizamente enamorado de su cautiva. La ambiciosa trama
de amor y alienación está magistralmente plasmada por un trabajo de Sienkiewicz absolutamente impagable y la resolución del hilo argumental
Kingpin-Vanessa-Daredevil es tan impredecible como relevante para comprender algunos detalles de sagas posteriores, como por ejemplo “Born Again”.
Luego de esta fructífera colaboración entre Miller y Sienkiewicz, ese mismo equipo lanzó en Julio del inolvidable 1986 el primero de los ocho episodios
que componen la miniserie Elektra: Assassin. Aqui no aparece Daredevil (la historia transcurre en el pasado, antes del reencuentro entre la ninja griega
y el Hombre Sin Miedo), pero vale la pena mencionarla, ya que se trató de la segunda y última colaboración entre Miller y Sienkiewicz, de otra obra
rupturista y revolucionaria del mejor año de la historia del comic norteamericano, y además de un gran éxito de ventas. El argumento, en líneas muy
generales, nos muestra a Elektra en conflicto con un poderoso demonio que tiene poseído a quien está por ser electo presidente de los EEUU, lo cual la
lleva a enfrentarse con los agentes de SHIELD, especialmente con Garrett, un duro operario de la super-agencia de espionaje liderada por Nick Fury
cuyo cuerpo es un catálogo de implantes cibernéticos.
Elektra Lives Again terminó por editarse en Diciembre de 1990, pero su preparación se había puesto en marcha ya en 1986, con el título tentativo de
Elektra: Act of Love. Esta novela gráfica resultó el primer trabajo escrito y dibujado por Frank Miller después de su seminal Batman: The Dark Knight
Returns (de 1986) y fue editado casi en simultáneo con otros dos proyectos con los que Miller regresaba al campo de la historieta luego de un par de
años concentrado en su trabajo para Hollywood. La intención de Miller era que esta novela cerrara definitivamente la saga de Elektra con una historia
que terminara de explicar su enigmática resurrección y que dejara en claro si la ninja se había redimido, o si su maldad volvería a aflorar. Pero a medida
que se suman recuerdos contradictorios, sueños y secuencias totalmente imaginarias, el guión se torna confuso, tedioso y retorcido, lo cual desluce los
reencuentros de Elektra con Matt Murdock, Foggy Nelson y el mismísimo Bullseye, responsable de su muerte. Lo cual no alcanza para deslucir las inmensas
cualidades gráficas que Frank Miller y la colorista Lynn Varley despliegan en este proyecto experimental y polémico, del que todo el mundo esperaba un
poquito más.
Daredevil: The Man Without Fear (1993) también tiene su historia, y esta arranca en 1987 cuando John Romita Jr. le propone a Frank Miller trabajar juntos
en un especial con Wolverine como protagonista. Miller declina pero poco después, al ver los trabajos de Romita en Daredevil, desempolva un guión que había
escrito para un fallido intento de filmar un largometraje sobre el héroe ciego. Transformado en historieta, el guión era ideal para una novela gráfica de
96 páginas, pero Miller y Romita se entusiasmaron y la obra se extendió a 144 páginas. Aquí, Miller recuenta y moderniza el origen de Daredevil, y aprovecha
para insertar todos esos elementos del pasado de Matt (su aprendizaje junto a Stick, su romance con Elektra, etc.) que él mismo fue revelando cada vez que le
tocó escribir al personaje. Aquí está planteado un primer conflicto entre DD y el Kingpin, la extraña relación de la Hermana Maggie con el joven Matt y un
detalle para especialistas: en el n°2, una pelea que tiene lugar en un prostíbulo termina con una joven arrojada a la calle por una ventana. Más tarde se
revelaría que esa chica no era otra que Typhoid Mary. Pero más allá de los detalles, The Man Without Fear es una obra poderosísima, de una calidad infrecuente
en los comics de Marvel de esa época y podría haber servido perfectamente como base para el guión de un gran largometraje.
También durante la década del ‘90, Daredevil compartió dos especiales nada menos que con Batman, el superhéroe más famoso de todos los tiempos, y principal
personaje de la editorial DC, competidora directa de la Marvel. El primero de los especiales se publicó en 1997 y enfrentó a ambos justicieros contra Two-Face
(Dos Caras) y Mr. Hyde. Por supuesto, los coordinadores del proyecto, los veteranos Ralph Macchio y Denny O’Neil, le ofrecieron escribir y dibujar el especial
a Frank Miller, pero este declinó y el equipo terminó por integrarse con Dan Chichester (que ya llevaba un par de años alejado de la serie de Daredevil) y Scott
McDaniel quien ahora trabajaba en DC, en una de las series coordinadas por O’Neil, y en un estilo mucho más maduro y sólido que el que había causado impacto
entre los fans en los tiempos de “Fall From Grace”. Un año más tarde salió el segundo especial, titulado “King of New York”, y esta vez los villanos elegidos
fueron el Kingpin y Ra’s al Ghul. Los resultados de este segundo encuentro superan ampliamente a los del primero, probablemente por la jerarquía de los autores
involucrados: el guionista escocés Alan Grant (famoso por sus trabajos con Batman, Lobo y Judge Dredd, entre muchos otros) y el dibujante uruguayo Eduardo Barreto,
de destacada participación en muchísimas series y especiales de la DC.
Otro personaje de otra editorial que se encontró con Daredevil fue Shi, la heroína creada por Bill Tucci, estrella de la minúscula editorial Crusade. En 1997, pleno
furor de las bad girls, salieron dos especiales, uno en cada editorial, ambos escritos por Bill Tucci, Peter Gutierrez y Christopher Golden. El de Marvel fue dibujado
por Jamal Igle y el de Crusade por el propio Tucci. Once años más tarde, DD se encontró con Magdalena, personaje del sello Top Cow de Image, para compartir un especial
íntegramente a cargo del destacado Phil Hester.
Eduardo Barreto y Daredevil se reencontrarían en 2001 en las páginas de la revista Marvel Knights, en la que DD, Black Widow y Punisher compartían cartel con otros héroes
menores de la editorial, como Moon Knight, Dagger y Luke Cage, entre otros. La serie, escrita por el prolífico Chuck Dixon, no llegó a capturar el interés de los fans y
fue cancelada con el n°15, en 2001.
La siguiente incursión importante de estos personajes fuera de la revista de Daredevil la vimos en la miniserie titulada Ultimate Daredevil & Elektra, obra del infaltable
Bendis y el español Salvador Larroca, y ambientada en la línea Ultimate, donde las versiones de los héroes clásicos no siempre coinciden con aquellas creadas por los
legendarios autores de Marvel de los ‘60, sino que suelen presentar notorias innovaciones.
En paralelo con la serie actual, Daredevil co-protagonizó especiales y miniseries con Punisher, Spider-Man y Luke Cage y siete miniseries en solitario: Ninja (obra de
Brian Michael Bendis y Rob Haynes), Yellow (de Jeph Loeb y Tim Sale), la inconclusa The Target (de Kevin Smith y Glenn Fabry), Redemption (de David Hine y Michael Gaydos),
Father (de Joe Quesada), Noir (con una versión alternativa del personaje, creada por Alexander Irvine y Tomm Coker) y Battlin´Jack Murdock (de Zeb Wells y Carmine Di
Giandomenico). Todas están publicadas en castellano y son de fácil acceso, pero es importante destacar a las dos cuya calidad las eleva claramente del resto: Yellow y
Redemption. La primera, especialmente, marca un pico en la larga serie de colaboraciones entre Loeb y Sale y entra seguramente al Top Five de las mejores historias de
Daredevil de todos los tiempos.
Y finalmente cabe destacar la participación de Daredevil en un largo serial que tuvo lugar entre Diciembre de 1992 y Mayo de 1993 en la tira para diarios de Spider-Man
(que se publica ininterrumpidamente hace más de 25 años en los principales periódicos de los EEUU), y que contó con guión de Stan Lee y dibujos de John Romita.
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