Durante su etapa en Dark Horse, David Lapham también colaborará con una historia corta de terror para la antología Creepy, y nuevamente lo veremos inspirado. Unas doce páginas a blanco y negro, donde juega con el relato y el meta-relato de una manera fabulosa.
Sin abandonar esta senda de inspiración, pero nuevamente de regreso en el color, Lapham dibuja y guioniza un nuevo one-shot (que luego tendría una miniserie de 4 números) llamado Juice Squeezers. Unos años antes de que saliesen Strangers Things o Paper Girls, nuestro querido David ya marcaba el camino en las aventuras de adolescentes unidos contra una amenaza externa (concepto que de por sí, no es muy original). En este caso, nuestros purretes deberán enfrentar a insectos gigantes, no al estilo Starship Troopers sino más bien cazadores de plagas. Es realmente muy divertido y el dibujo es espectacular. Es probablemente una de las pocas veces que podemos decir con certeza que Lapham no está haciendo un cómic de crimen urbano y que vale la pena leerlo con atención. Si te gusta esa onda los Goonies pero moderno, metete acá que no te va a defraudar. Lo único que le juega en contra es que se abren varios plots que nunca cierran, probablemente porque las ventas no acompañaron para que la serie siguiese, o porque Lapham es un vago.
Finalmente, entre el 2013 y el 2017 se viene una época donde todos los meses tenemos una nueva aventura de Lapham, al escribir las series de The Strain, esa franquicia creada por Guillermo del Toro y Chuc Hogan sobre vampiros milenarios lengüilargos. Son 37 números (si, un montón) que se distribuyen entre la serie principal (sin ningún título en especial más que The Strain), The Fall, The Night Eternal y Mister Quinlan. En líneas generales, están bien, y el dibujo de Mike Huddleston acompaña dignamente, pero a menos que seas un fanático de los vampiros, o un fanático de esta franquicia, no te estás perdiendo de nada. Los tiempos y el ritmo están bien manejados, se genera suspenso (poco), y el final es un mambo medio místico religioso pero zafa. Si te gustan los vampiros, leete de la 30 Days of Night que no falla. No así lo que sigue a continuación…
Avatar
Entre el 2010 y el 2013 (un período donde Lapham saca guiones con fritas para cualquiera que le mande un billetito) se produce una seguidilla de colaboraciones nefastas. Igualmente sospecho que cualquier cosa que salga de esta editorial es simplemente, aborrecible, y que no es culpa de los guiones de David.
Lo primero en ver la luz es la miniserie Crossed: Family Values. Para todo aquel que no conoce la franquicia, la misma fue creada por Garth Ennis y trata sobre un virus que hace que la gente actúe en base a sus peores perversiones. Es una especie de Walking Dead donde los zombies no solo se comen a la gente sino que se la cogen. Si te cabe la tortura, la coprofagia, embarazadas que se comen a sus fetos, padres que violan a sus hijas y ese tipo de perversiones, encontraste tu Meca. Una de mis pocas conclusiones al respecto es que, o Lapham se tomó esto con soda o debe estar bastante mal del bocho. Para colmo la historia de este comic trata sobre un pastor y su familia, así que se pueden imaginar a dónde va esto…
Luego llega Crossed 3D, que viene con anteojos para que puedas disfrutar la tortura y las violaciones con efecto de álbum de figuritas. Debe ser la menos horrible de todas, porque en este one-shot tenemos una historia similar a la de World War Z, donde unos milicos tienen que ir a rescatar a un médico de un ghetto lleno de zombies violadores.
Después, llega Crossed: Psycopath. Si, esta serie se llama «Psicópata», porque todo lo que veníamos viendo antes eran personas que estaban bien del bocho. Debe ser la única que está dibujada más o menos dignamente (Raúlo Cáceres), y se enfoca un poco más en la psiquis de los sobrevivientes, que al parecer están tan mal (o peor) que los que fueron infectados por el virus. Estoy seguro de que haber leído esta miniserie le hizo mal a mi alma y que me espera el infierno solo por haber invertido tiempo en ella. Por suerte para todos, lo último que hizo Lapham relacionado a Crossed son varios números sueltos en la serie regular Badlands, donde retoma algunos personajes sobrevivientes del arco de los psicópatas.
Entre 2011 y 2013 se manda dos series cortas sobre Calígula, el emperador romano. Los fantasticos dibujos estan a cargo de Germán Nobile, capo argentino quien le pone muchísima onda y rock a un guion que no aporta nada que no sean escenas de sexo y gore, y alguna cosa medio espiritual satanista. Son bastante olvidables ambas, pero reitero, el dibujo es una aplanadora.
Y si hasta acá teníamos trabajos por “encargo”, ahora llegan las ideas originales. Sí señor, estamos hablando de Ferals, una serie que guionizó hasta el 2013 sobre hombres lobos. Dentro de toda la mierda que venía haciendo para Avatar, esta debe ser de la menos hedionda. Es un poco gore, pero no tanto, y la historia es decente, pero apenas. Poco a poco va Lapham construye una trama de logias y misticismo, que lamentablemente queda en la nada, ya que en el último número anuncian un volumen 2 que nunca salió. Es muy interesante ver que absolutamente todas las mujeres que los hombres lobos se comen en el transcurso de los 18 números, son tetonas. Ni lentos ni perezosos, estos bichos.
Antes de cortar por lo sano su relación con Avatar, Lapham deja brotar de su perversa cabeza un último destello de una idea decente y escribe Dan the Unharmable. Es difícil de creerlo, pero esto está bien. O al menos, en comparación con todos sus trabajos anteriores en esta editorial. Con dibujos de Rafael Ortiz (otro argentino más), la historia va de un detective al mejor estilo «the Dude» de El Gran Lebowski, pero que es imposible de dañar, como Luke Cage. Tiene bastante humor, alguna que otra escena ligera de gore, y si bien al final se desinfla bastante con un desenlace medio berreta, vale la pena una lectura para reirse un rato.
Mientras miro las nuevas olas: Image (2014-hoy)
En Diciembre del 2013 sale a la luz una de las noticias más importantes para cualquier fan de Lapham. Vuelve Stray Bullets. Image lo había logrado, y el hijo de re mil putas de Lapham iba a retomar su serie insignia. Finalmente iba a salir maldito el nº 41, donde finalizaba el arco de HiJinks and Derring Do y el volumen 1 de la serie. Diez años esperando para saber qué mierda iba a pasar con Virginia, y estábamos a punto de saberlo. De yapa, además recopilaban toda la serie un tomo gigante (el Über Alles) y comenzaba una nueva serie titulada Killers. Era como Navidad y tu cumpleaños todo junto, y multiplicado por diez.
Así, en Marzo de 2014 llegaría a las bateas la bendita conclusión del primer volumen (con un dibujo mucho más fino que el que nos tenía acostumbrado, ya sin ese entintado con brocha gruesa que habíamos visto por última vez hace 10 años), y el inicio de uno nuevo. Esta vez Lapham abandonaría un poco el relato desordenado y -durante esos ocho episodios que integran Killers- se enfocaría en contarnos cómo sigue la vida de Virginia luego del fin del primer volumen.
Finalizado Killers, comienza a serializar Sunshine and Roses. Esta historia dura 42 números (si, más que el primer volumen y en menos de la mitad del tiempo… las cosas que uno hace cuando a fin de mes llega un cheque, ¿no?) y es un sin fin de acción, violencia -en la medida adecuada- y traiciones. Situada cronológicamente entre los números 5 y 8 del primer volumen, Lapham se encarga de explicarnos un montón de cosas que nosotros debíamos hasta ese momento suponer, ya que nunca se interesó en contarlas. No solo introduce algunos personajes nuevos sino que explota a fondo a Orson, Beth y Nina, y si luego de leer esta serie te animás a volver a leer el volumen 1, todo tiene muchísimo más sentido. Gracias, David, gracias.
Lo último que veríamos de Stray Bullets sería en Agosto del 2020, donde anunciaría una pausa (esperemos que no de 10 años), y confirmaría que el próximo volumen se titulará Virginia, por lo que es de esperar que retome desde donde dejó Killers, ya que la historia de nuestra pequeña protagonista no tiene tantos baches.
A modo de conclusión, si David Lapham es un músico, Maria Lapham es la directora de la orquestra. Se sobreentiende que toda su obra editada por ella es la que realmente vale la pena leer, la que tiene un nivel superlativo. Llega un punto en el que nos empezamos a preguntar, quién es el verdadero genio en esa relación ¿David o Maria? Sea el que sea, la sinergia entre ellos dos genera material de calidad, y que todos deberíamos leer. Porque si te gusta el policial negro y el crimen urbano, los Lapham son la palabra que importa.
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