La vida, la muerte, una historia, un personaje. Muchas historias, un personaje. Muchos finales... ¿muchos personajes?

Daytripper

17/11/2023

| Por Pablo Jiménez

1 comentarios

Hablar de la vida, es hablar de la muerte

A menudo leemos historietas donde héroes o villanos mueren y renacen sin más, sin peso para la Historia, tanto si nos referimos a si el comic es una versión canónica o no para cualquier personaje importante (debates que hacen a las delicias de cualquier comiquería old school) sino también para referirse a la historia de la industria en general. Caemos en frases como «quisieron generar impacto y lo mataron al pedo», la muy escuchada (incluso en vida diaria)  «fue una muerte sin sentido», o la ya clásica de cualquiera que haya leído mucho y haya sido estafado intelectual y emocionalmente varias veces por el mainstream yanki: «se murió y a los 5 minutos lo trajeron de vuelta».

Pienso en si es correcto subirnos al tren de «el género de superhéroes es escapista de la realidad», y no considero que sea apropiado compartir esa premisa, al menos no en su totalidad: sobran ejemplos donde los mejores relatos de éste género son historias que nos reflejan la misma realidad de porquería que vivimos todos los días, algunas veces con metáforas muy sutiles y de mucha altura y en otras oportunidades con mensajes que son un pastelazo en la cara. Pero si en algo es correcta esa frase, es en que la muerte para el comic masivo y norteamericano, con el foco puesto en los superhéroes y la ciencia ficción, tiene el mismo peso que puede tener un grano de arena en el espacio.

Hablar de la vida, es hablar de la muerte

Daytripper es una historia hermosa y reflexiva, publicada originalmente en 2010 en DC bajo el sello Vertigo (soy de las viudas que aún lloran por su cierre) pertenece a la autoría de los hermanos gemelos (fantásticos) brasileños Fábio Moon y Gabriel Bá, a quienes quizás conozcan por ser los dibujantes de The Umbrella Academy, Casanova o la adaptación a comic por parte de ellos mismos de la novela Dos Hermanos (Dois irmãos en su título original).
¿Cuál es la trama de esta emocionante y peculiar historia? Esa es la parte más simple de esta nota: Conocemos a Brás, una persona como vos y como yo, en distintos momentos de sus vivencias y que siempre muere al final de cada capítulo. Listo. Fin. Aplausos, enciendan las luces, retírense de la sala.

¿Hablamos de pura ciencia ficción con rayos, superpoderes y científicos locos? No.

¿Será que se trata de todo un multiverso donde hay muchas versiones del mismo sujeto luchando entre sí para ser la versión más poderosa de todos? No.

¿Quizás se deba a que el protagonista consume una poción mágica sacada de la fuente de la vida eterna, guardada durante siglos por un mago o un druida y con eso nuestro personaje vive múltiples aventuras? No.

Y aquí yo les pregunto: En nuestra realidad, ¿Tenemos una sola vida? ¿Y si dijera que tenemos muchas vidas? Indefectiblemente estaría diciendo también que.. ¿tenemos muchas muertes? Eso es imposible, y sólo un loco, alguien de mucha imaginación o una persona de cierta religión poco occidentalizada podría estar de acuerdo conmigo, claro está. Por suerte para nosotros, Moon y Bá tienen tanto de loco e imaginativos, como de destreza visual, narrativa y una sensibilidad casi sin igual.

Antes de que respondan masivamente con abucheos y me arrojen fruta podrida por haber dicho que tenemos muchas vidas, les pido que hagan un ejercicio: Párense frente a un espejo, cierren los ojos, piensen en algún recuerdo de la infancia, ábranlos y díganme si en eso que están viendo frente al espejo está ese niño que había en su recuerdo. A los que tienen más de 30 y 40 años: ¿Se acuerdan del primer candidato político al que votaron, o las primeras ideas radicalizadas que tenían cuando cursaban el colegio secundario? ¿Votarían igual o seguirían con las mismas prioridades e intereses que a los 18 años? ¿Elegirían a las mismas personas para compartir sus vidas? Hoy de grandes, ¿tratarían a sus viejos de la misma forma en que los trataban cuando eran mas jóvenes (y mas boludos/as)? La opción fácil es decir «cambiamos, pero somos los mismos» (algo que parece salido de un slogan de campaña de un partido político berreta).

La opción que más me gusta, pero que genera más rechazo en una charla, es decir «ese que fuí, ya no soy, ese que fuí murió, y gracias a que murió puede estar vivo este que soy hoy», porque traer la muerte como tema de debate siempre es antipático, nunca vas a ser el alma de la fiesta con esos tópicos. Por supuesto que hablo en sentido metafórico pero ¿dónde empieza la fantasía y dónde termina la realidad? Para nuestro protagonista, lo hace en la página 1 y 24 de cada capítulo.

Hablar de la vida, es hablar de la muerte

Como las casualidades son menos frecuentes que las causalidades, estas historias no podrían haber salido tan bien como salieron si no hubieran hechas por guionistas y dibujantes latinos (este es el momento «mi país, mi país» llevado al nivel superior: «mi continente, mi continente»).
En manos de un francés, un español o un británico (ni hablar de un estadounidense) hubiera sido muy distinto todo, no sé si mejor o peor. Pero estos hermanos brasileros (no estoy haciendo una expresión populista, ya dijimos que son hermanos gemelos en la vida real) logran una sensibilidad con los lectores de la cultura y del sentir sudamericano como no podría comprenderlo otro. No importa si sos fascista, zurdo/a o vegano/a (?), la conexión que podes hacer con la obra es tal que te genera una identificación muy propia y muy nuestra. Aunque los hechos ocurran mayormente en Río de Janeiro, muchas podrían darse en el Río de la Plata, en México DF, en Quito o en Cartagena de Indias. Y a medida de que las leía me di cuenta de que cubren un hueco de representación que yo no sabía que tenía al haber leído tantas obras extranjeras. Y ojo que no hablo de argentineadas o modismos propios de un traductor de IVREA o de Utopía: hablo de formas de sentir y de percibir la realidad que nos rodea, la forma de relacionarnos con el otro.

Los autores de Daytripper nos proponen hacer un viaje mental junto con nuestro querido (y a veces detestado) protagonista donde en cada capítulo, generan un remix y una vuelta de tuerca a la estructura del freak-of-the-week, para mostrarnos a Brás en distintas edades, distintas personalidades o habiendo pasado las consecuencias de haber tomado ciertas decisiones a lo largo de su vida. A partir de esta forma de narrar <<no-cronológica>> nos manipulan sutilmente para reflexionar sobre esos momentos de nuestras vidas donde hayamos tenido un momento bisagra, un antes y un después, pero sobre todo un punto final y punto de partida a nuestra personalidad a partir de experiencias que nos pudieron haber marcado: la muerte de un familiar, la pérdida de la inocencia infantil o adolescente, e incluso la pérdida del boludeo mental adulto al presenciar un crimen brutal o -como era esperarse- el enamorarse y amar por primera vez.. porque nadie que haya reído o sufrido realmente por amor puede volver a ser la persona que era antes de ese encuentro.

Sin ánimos de alienar a ningún lector/a, el disfrute y el jugo que le podés exprimir a la obra es directamente proporcional a las «vidas vividas» que tenga cada uno/a, algo que no está relacionado con cuántos años tenés. Y al mismo tiempo está tan bellamente narrado que si estás en el rango etario que va desde post-adolescente a pre-jubilado/a que piensa que se las sabe todas y se lleva el mundo por delante, así como si pensás que no conoces nada de la vida y que se te está pasando frente a tus ojos: este libro es para vos.

Soren Kierkegaard, un filósofo danés del siglo XIX, decía que «La muerte no nos quita a nuestros seres queridos, sino que nos los guarda en el corazón» y creo que este es el gran mensaje detrás de estas hermosas historias: Todos fuimos nosotros mismos en el pasado, pero hoy ya no somos aquellos, y es necesario haberlos dejado atrás para seguir conociendo a quien seremos en el futuro.

Quiero dejarles una frase que le escuché decir al psicoanalista Gabriel Rolón: «En la vida es necesario que frente al duelo, que puede ser la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo o algo banal como dejar un espacio de mucho goce y de disfrute, es necesario que también una parte de nosotros muera con ellos. Porque de lo contrario, si luchamos contra eso y nos aliamos a la melancolía y la depresión, estaremos muriendo por completo en vida.»

No tengamos tabúes: Hablar de la Muerte, es SIEMPRE hablar de la VIDA.

Anímense a este viaje que nos proponen los Moon y Bá para reflexionar sobre temas universales y tan importantes como la identidad, las decisiones tomadas, las relaciones con nuestros seres queridos y con nosotros mismos. Daytripper será siempre una excelente elección de lectura.

Compartir:

Etiquetas: , , ,

Dejanos tus comentarios:

Un comentario