Camila Torre Notari le pone diversión y delirio a la monotonía de la típica tarde de domingo.

Domingo a la tarde

06/09/2024

| Por Jules De Menta

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“Domingo a la Tarde”, de Camila Torre Notari (artista integral, reconocida fanzinera y colaboradora en Chicxs in Comics, Viñetas Sueltas y Comicópolis), se encuentra ya a la venta en las comiquerías de nuestro país desde hace unas semanas, editada por de Maten al Mensajero. La novela gráfica cuanta con un total de 128 páginas (formato 23 cm por 16 cm) en blanco y negro, con portada y contratapa rústica a todo color.

Al mediodía, Carmen logra levantarse finalmente gracias a que su madre va a despertarla. Es un domingo cualquiera y Carmen tiene planes de encontrarse con una amiga. Juntas, se van a un parque a tomar algo y a encontrarse con gente por ahí. Desde las primeras páginas, todo resulta muy cotidiano y costumbrista. Pero, si bien Torre Notari parece narrar un típico y de lo más ordinario domingo por la tarde, todo da un giro inesperado cuando Carmen tiene que pasar repentinamente al baño. No tiene mejor idea que meterse en una sala de velatorio, lo que supondrá mandarse una verdadera macana.

A partir de allí, todo el libro se volverá una locura, en el que el relato de Carmen es solo el principio. Se seguirán y se concatenarán tres historias más, todas insólitas, para concluir y desembocar en un reencuentro y en una vuelta a la calma en un domingo mucho más tranquilo y, obviamente, mucho más ordinario. En el proceso pasará de todo: el encuentro con una perra que parece una flama que no puede parar porque es puro torbellino, un asado en lo que parece la casita de un árbol en el patio de la casa de la familia y hecho por la mamá de Carmen, una abuela que hace de las suyas con una amiga de tour en Moscú y que se atreve a perderse, sueños insólitos y bastante lisérgicos, una ida al cine algo peculiar que involucra al hermanito de Carmen y a una feria de fanzines.

Así, a lo largo de las 128 páginas de Domingo a la Tarde, Camila se permite dejar de lado la clásica monotonía de domingo, para viajar a través del delirio y construir una atmósfera que se mueve entre lo cotidiano y mundano, y los detalles visuales peculiares y por momentos, desencajados, delirantes y psicodélicos. Camilia introduce el factor sorpresa dentro de la cotidianeidad para proponer aventuras y un poco de locura en lo que parece un domingo como cualquier otro. La artista ironiza en todo momento sobre el concepto de domingo y lo de vueltas para arriba, para proponer aventuras para soñar mientras abre un universo algo meta en el que inclusive, tienen lugar algunos mangas muy famosos, fanzines (algo que a la artista le va bien) y ferias de ilustradorxs e historietistas independientes.

A través de un trazo dulce y muy bien integrado a las historias que quiere contar, la artista conseguirá situar a lxs lectorxs en situaciones hilarantes, plagadas de emociones y algo surrealistas de una manera muy armónica. Todxs lxs personajes tienen un trabajo de la gestualidad de lo más cuidado que consigue integrarse a fondos repletos de detalles, y todo logra acoplarse de una manera muy orgánica y homogénea.

Domingo a la Tarde es un trabajo que deja en evidencia la versatilidad de la artista desde la ilustración. Si bien en general, Camila en un principio parece adoptar viñetas muy definidas y tradicionales, a medida que avanza el relato, la artista se permite jugar y propone ilustraciones que exceden la viñetas y parecen ir más allá de lo visible en el blanco de la hoja. En ese salir de la monotonía de una tarde domingo cualquiera, todo vale, y las decisiones artíticas de la artista acompañan muy bien en cada instante y cada escena.

Más allá de todo el trabajo estético en su conjunto, sin dudas se destacan aquellas ilustraciones muy logradas, tipo manga. Si bien rompen y llama la atención en función de todo el arte visual que presenta Camila a lo largo de su libro, en su contexto resulta muy pertinente ya que es orgánico con respecto al relato que construye. En la misma línea, en ciertas oportunidades se pueden disfrutar completamente en primer plano, las ilustraciones de los fanzines que aparecen en la historia. En contraste con esas páginas muy al estilo manga, son dibujos de los más simples, aunque no por eso menos icónicos, puesto que veremos algúnx que otrx personaje argentinx en esas páginas.

Domingo a la Tarde es una novela gráfica entretenida, con ganas de darle una vuelta de rosca al domingo y mostrarnos que, si se lo permitimos, puede ser un día que nos puede sorprender y en el que puede pasar de todo. Asimismo, es un trabajo que deja entrever la capacidad artística de Camila, tanto por su trazo como por la forma en que consigue relacionar historias que a simple vista parecen no tener nada que ver una con la otra. Sí, el disparate es esa conexión, pero también lo es su sensibilidad y esa destreza de hallar lazos en los detalles de lo cotidiano para volverlo único e irrepetible.

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