De todos los sellos editoriales de los´90 que hemos relevado, tal vez el que tuvo el destino mas trágico sea este del que hablaremos hoy. Bienvenidos a la triste historia de Gorilla Comics.
Estamos en 1999 con un mercado de venta directa que trataba de salir lentamente de la gran masacre de mediados de la década, en parte gracias al cambio del paradigma de historias dirigidas por dibujantes a historias basadas en los guiones. Entre los nuevos guionistas superestrellas tenemos a Kurt Busiek y Mak Waid, a los que les iba bien en Marvel y DC (y en el caso de Busiek con su Astro City, en Image) pero que querían algo más. Sobre todo Waid, que estaba un poco cansado de que los editores metieran mano en sus guiones. De ahí salió la idea de publicar proyectos propios. Y, para darle más peso a la línea, decidieron llamar a amigos para que se prendieran. Con lo que se sumó un elenco de notables: George Pérez, Barry Kitson, Joe Kelly, Mike Wieringo, Karl Kesel, Todd DeZago, Stuart Immonen y Tom Grummett. Todos tendrían sus propios proyectos e Image estaba listo para apoyarlos para que la línea saliera con su logo. Solo faltaba el financista que apoyara el sello.
Y ahí apareció el sitio eHero.com, uno de los muchos sitios que salieron en medio del boom “dot.com” de fines de milenio. Su dueño, John Wells, prometió el dinero para lanzar Gorilla. Y el encargado de la producción editorial sería nada menos que el ex jefe editorial de Malibu Comics (vayan y léanse la historia de ella en el sitio), Dave Olbrich. O sea, tenemos autores de primer nivel decididos a generar material en el que tenían puestas sus esperanzas (y no sólo para cobrar un cheque), un coordinador editorial con experiencia, un lugar donde publicar y financiamiento. ¿Qué podía fallar?
Por un lado, John Wells no se puso. La guita prometida para financiar el proyecto no apareció. De hecho Olbrich debió cubrir con su dinero costos administrativos. Pero esto no lo sabrían los artistas al momento de lanzar las revistas. Por eso decidieron lanzar sus revistas a un precio más barato al comienzo ($2.50 en vez del estándar en esos años de $2.95). Y, cuando la plata no se materializó, se encontraron que el gorila estaba muerto apenas empezando. ¿Qué hacer? Joe Kelly decidió bajarse del barco sin publicar nada. Los demás seguirían adelante con los proyectos mientras pudieran financiarlos con su dinero.
Lo peor es que, en el balance, el material era muy bueno. Fíjense si no los títulos:
EMPIRE: Con guiones de Mark Waid y dibujos de Barry Kitson, la premisa es maravillosa: tenemos siempre a villanos que querien dominar el mundo. Bueno, en Empire uno de ellos (Golgoth, que tiene unas vibras a lo Doctor Doom que no se puede creer) lo logra. Y ahí empiezan los verdaderos problemas, porque debe lidiar con las internas de poder entre sus subordinados y vigilar que no sea él mismo víctima de un golpe palaciego. Rosqueo político, personalidades complejas y maquiavélicas e intrigas palaciegas a más no poder.
SECTION ZERO: Escrita por Karl Kesel y dibujada por Tom Grummett, la serie cuenta la historia de un grupo secreto de las Naciones Unidas que se encarga de investigar fenómenos extraños… sin contar que el jefe del grupo puede ser responsable de un grupo paralelo con objetivos diametralmente opuestos.
TELLOS: Escrita por Todd DeZago y dibujada por Mike Wieringo, esta es la única serie que venía de otro lado (había comenzado a publicarse por Image directamente). La serie cuenta las historias de un grupo de aventureros ambientadas en un mundo fantástico con genios, animales antropomorfos, piratas, magos y demás historias típicas del subgénero.
SHOCKROCKETS: Escrita por Kurt Busiek y dibujada por Stuart immonen, tenemos un futuro no muy lejano donde la Tierra acaba de sobrevivir a una invasión extraterrestre y se está recuperando Y los Shockrockets son naves ultra modernas cruciales para hace que la Terra se recupere. Una fuerza de defensa contra enemigos internos y externos, que además responde ante desastres naturales. Alejandro Cruz es el joven protagonista que consigue un puesto dentro de los Shockrockets y se convierte sin quererlo en un héroe dentro de este grupo.
CRIMSON PLAGUE: Escrita y dibujada íntegramente por George Perez, esta serie había tenido ya un primer número en 1997 en la fallida editorial Event Comics. Y aquí seguiría su camino fallido: sólo saldrían dos números… el primero de los cuales era una versión extendida del primer número de Event. Aparentemente la protagonista de Crimson Plague tiene el poder de que su sangre es mortal. Si sangra puede matar a las personas cercanas. Y mucho más no se sabe qué pasa, porque los dos números publicados no terminaron de dejarlo claro. Eso sí: Perez acá se rompe el upite en el dibujo como pocas veces. Y eso es mucho Perez
SUPERSTAR: AS SEEN ON TV: escrita por Kurt Busiek y dibujada por Stuart Immonen, tenemos a un superhéroe que además es ídolo juvenil. Y su poder se sustenta en la fuerza vital que sus fans le conceden: cuantos más fans tenga, más poderoso es.
Como ven todo, el material era como mínimo de bueno para arriba (si querés obviemos la confusa serie de Perez, si lo que te interesa es el guion). Pero la falta de financiamiento hizo imposible seguirlo: sólo Shockrockets se publicaría completamente bajo el sello. Empire sólo sacaría dos números para luego completarse años más tarde con seis números más que publicaría DC Comics; Tellos sólo saldría por tres números bajo el sello Gorilla, y luego tendría otros one-shots en Image, hasta que en el 2007 Wieringo murió repentinamente. Section Zero saldría años después, primero como un webcomic y se terminaría de publicar completa en el 2018 gracias a un Kickstarter. Superstar tendría su final en IDW en el 2011. Y Crimson Plague nunca se terminaría y se convertiría en el proyecto maldito de Perez. Como ven, probablemente no haya una línea de comics tan prometedora y que fracasara tan rápidamente.
Y aquí dejamos esta exploración de las líneas de los sellos de comics que en la década de 1990 apostaron a ser Image (de una forma u otra) y fracasaron. Calidad hubo mucha. Recomiendo que, si pueden traten de encontrar este material, que en general es de un nivel más que aceptable. Porque más allá de su éxito o fracaso, todas son expresiones directas de autores que quisieron contar historias a su gusto, sin limitarse por géneros, universos y continuidades. Historietas olvidadas que se pueden disfrutar en su mayoría y hacernos pensar lo que nos perdimos al no haber tenido el éxito suficiente.
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