Son pasadas las 10 de la noche, un tétrico acorde de órgano preanuncia la aparición de una voz espeluznante que decía «Nadie sabe, nadie supo, la verdad sobre el pavoroso caso, Ja Ja Ja Ja». Corría 1937 y en México comenzaba esta apasionante leyenda.
Origen radial
Al igual que el Doctor Mortis, el Monje Loco nació también en el éter, lugar de excelencia para llegar al gran público. Salvador Carrasco le daba su voz al horroroso personaje que presentaba la historia mientras que al mismo tiempo sus ayudantes ejecutaban los efectos especiales para darle credibilidad a la atmósfera.
Nacho García fue el responsable de dar vida a los erizantes acordes musicales del órgano que hacían de apertura. Sus guionistas fueron entre otros Carlos Riveroll del Prado y Pedro de Urdimalas, y la cadena responsable de este éxito fue XEW.
La exitosa fórmula era bastante sencilla. Desde la Capilla Negra, perdida en el tiempo y el espacio, lugar de reclusión y castigo, este ex religioso relata los distintos casos que le toca observar desde este confín. Como presentación siempre se usaba la misma muletilla, que comenzaba diciendo: «Nadie sabe, nadie supo, la verdad sobre el pavoroso caso, Ja Ja Ja Ja» (música de órgano de iglesia). Aquí iba el título del episodio, seguido de otro » Ja Ja Ja Ja». Y luego continuaba, relatando el caso que siempre tenía ribetes violentos y macabros.
El serial de radio se discontinuó en los primeros años de la década del ´60.
Un cuerpo para el Mal
A diferencia de satánico Doctor Mortis, que tuvo que esperar hasta los ´60 para dar el salto a la gráfica, el Monje rápidamente tuvo su adaptación al comic. Su desembarco en el mundo de las viñetas se produjo en la revista Chamaco a partir de de 1940, con guiones de Carlos Riveroll del Prado (guionista del radioteatro) y dibujos de Juan Reyes Belker.
Chamaco era una revista mexicana de historietas de Publicaciones Herrerías, que apareció entre 1936 y 1956. Originalmente era un suplemento del semanariio Novedades Taurino, también de Publicaciones Herrerías, y debe su nombre a Ignacio Herrerías, cuyo apodo era «Chamaco», propietario de la editorial y reconocido periodista deportivo.
En 1937 apareció la revista Chamaco Chico, la primera en formato de bolsillo en el mercado, modelo que fue imitado por la competencia. Desde un comienzo la revista apostó a la producción local de historietas, y consiguió cifras de venta récord, que llegaban hasta los 750.000 ejemplares semanales. Entre los historietistas que se destacaron estaban Germán Butze (Los Supersabios), Arturo Cervantes Basoco, Sixto Valencia (creador de Memín Pinguín), Ángel Mora (creador de Chanoc), Rubén Lara (dibujante de Fantomas) y Gabriel Vargas (creador de La Familia Burrón). Básicamente, las figuras más importantes de la historieta mexicana de aquella época.
En Abril de 1944, tras el asesinato de Ignacio Herrerías, comienza la decadencia de Chamaco y la diáspora de dibujantes. Primero desapareció Chamaco y luego Chamaco Chico, cuya publicación siguió hasta 1956.
El Monje Loco en Chamaco Chico
La historieta era una adaptación al papel del radioteatro homónimo, con la singularidad de que Carlos Riveroll del Prado (el guionista de la radio) reversionaba sus historias para este nuevo formato. El inicio de todas las historias comenzaba con la muletilla de apertura y esta fue una característica que se conservó también en todas las adaptaciones posteriores. «Nadie sabe, nadie supo, la verdad en el horrible, en el espantoso caso de…».
Inspirado por el ideal radiofónico, Juan Reyes Belker dio vida a la forma gráfica del maldito monje, encapuchado, enjuto y deforme, y así se mantuvo hasta el final de sus apariciones gráficas, hacia la década del ´80. Otros dibujantes que participaron (además de Belker) fueron Carmona, Antonio, Cortés, José Cárdenas y Carmen Estrada.
Segunda vuelta
Con el éxito a cuestas y terminada su primera aventura gráfica, el Monje peregrina hasta Ediciones CEMSA (Corporación Editorial Mexicana S.A.), editora de la revista Cuentos de Abuelito (salió dos veces por semana entre 1952 y los primeros años de la década del ´60). Los personajes estrella de Cuentos de Abuelito fueron en realidad «Kun´ga, la Diosa de Oro», «Conan y Belit» (mucho antes que Roy Thomas, los autores mexicanos ya adaptaban por supuesto sin derechos, los relatos de Robert E. Howard) y «La Reina de la Costa de Oro», y según cuenta la historia, la incorporación del fatídico religioso fue para complementar los atrasos que suponían dibujar 36 páginas de comics semanales, y así darle aire a las series principales.
En el nº19, del 1º de Diciembre de 1952, se publicita la llegada del Monje Loco con sus escalofriantes narraciones y pronto lo veremos en los nºs 20 (5 de Diciembre de 1952, con «El sepulcro blanco»), nº22 (12 de Diciembre de 1952 con «La reencarnación de Lina»), nº27 (9 de Enero de 1953, con «Venganza de Ultratumba»), nº29 (16 de Enero de 1953, con «Herencia Mortal») y en el nº31 (23 de Enero de 1953, con «El gorila asesino»). En el nº25, también de Diciembre de 1952, el Monje Loco comparte la portada junto a Conan y Belit para desearles a los lectores una feliz Navidad y un próspero 1953.
(el lunes, la segunda parte)
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