Incluso sin saber concretamente qué o quién este personaje, a lo largo de sus historias se va armando una suerte de biografía, en la que vemos distintos poderes y saberes del siniestro Doctor Mortis. En el capitulo “La Hija del Dr. Mortis”, el engañoso título hace suponer que esta sería un vástago del terrible personaje, pero en realidad cuenta la historia de una vampira con sed de sangre que ataca a un grupo de soldados luego de ser liberada de su ataúd de cristal. También descubrimos que, al menos una vez, estuvo enamorado y la elegida se llamaba Mary Bohr.
A lo largo de los siglos, Mortis aprendió diferentes saberes que aplicará a todas sus maldades, al tiempo que tiene dominio absoluto sobre los muertos, como un verdadero nigromante. Tiene como escondite un sepulcro en cada cementerio. Aquel mausoleo que no tenga cruz, será habitado por él. A pesar de ser perseguido por diferentes entes policiales del mundo, incluso el mismísimo Scotland Yard, la ciencia requirió de sus saberes a fin de poder desentrañar el secreto de de las bombas V1 y V2. Para ello se recurrió al espiritista Dr. Zikaroff , antiguo discípulo de Mortis, quien llevará a los militares hasta un recóndito lugar donde descasan sus restos a fin de realizar una sesión. Finalmente se darán cuenta de que Mortis los ha engañado al quedarse con lo revelado por el revivido científico alemán, que se desarma putrefacto frente a los ojos de sus interpeladores.
Revista a revista, la figura de Mortis se va afianzando. Vive aventuras en el pasado, en el presente y algunas de corte de ciencia ficción. Esta suerte de Conde de Saint Germain del horror tiene un solo objetivo: cambiar al mundo conocido y manejarlo junto a sus zombis, para lo cual utilizará todo su genio científico acumulado a lo largo de los siglos. A lo largo de las aventuras , también descubrimos que en su forma de oriental (Pao Lang) dominaba a una suerte de Yeti del Tíbet, aquí llamado Uyu Tain, que respondía a sus malévolas órdenes. Incluso el mismísimo Bafomet (nº 26), el Príncipe del Averno, es convocado y dominado por Mortis, lo cual instala la duda de si el siniestro doctor no era nada más y nada menos que Satanás.
Mortis fue perseguido por un centenar de policías, científicos y religiosos, pero su verdadero némesis será el padre Paul Libby, un sacerdote católico. En el episodio, llamado “Réquiem para el Dr. Mortis” (nº101) el padre Libby irrumpe en una reunión de la Policía Científica Internacional (una suerte de Naciones Unidas contra el delito) y explica vehementemente cómo derrotar al villano a quienes debatían qué hacer con él. Libby los convence de buscar el féretro de marfil donde reposa este engendro del mal. Una vez ubicado y llevado a un lugar seguro, se descubre que -a pesar de parecer vacío (ya que a la luz del sol este es invisible)- a los efectos de los rayos Roetgen se podía visualizar su silueta. Luego de seleccionar a un pequeño grupo de valientes y de influenciar a uno de ellos, el siniestro Dr. Mortis es llevado a una base soviética, donde un misil dirigido mas allá de Venus lleva en su cabeza el féretro, rodeado de cruces cristianas, para desterrar definitivamente al maligno.
Cronología de publicaciones
Los primeros 105 números de la revista Mortis aparecen en la editorial Zig-Zag, entre 1966 y 1971. Los números 56 al 70 se publicaron en blanco y negro, y el resto a color. La gran mayoría de las historietas son autoconclusivas, aunque a veces hay arcos argumentales que se extienden a lo largo de más de un número. Incluso a veces aparecen secuelas a alguna historia muchos meses después de la publicación de la misma. Por ejemplo, varios elementos presentados en el nº30 (“El Invernáculo del Dr. Mortis”) se retoman en el nº33 (“Los Anti-hombres del Doctor Mortis”). Y el nº35 (por poner otro ejemplo) funciona como secuela de la historia presentada en el nº7.
Algunas de estas historietas serán reformuladas años más tarde por Juan Marino para convertirlas en otras historietas, o en cuentos, que en los años ´70 aparecieron en una colección de libros bajo el título de “Memorias del Doctor Mortis, exhumadas por Juan Marino”, publicados por Editorial del Pacífico. Otras historietas (como “Un Desafío al Doctor Mortis” o “Taxidermos del Doctor Mortis”) toman sus argumentos de los episodios del radioteatro, y otras son adaptaciones de obras de otros autores. Por ejemplo, en los nºs 63 y 64 se publica un arco argumental compuesto por las historias “Incubo del Dr. Mortis” y “Dr. Mortis y la Semilla de Satán”, que toman su trama de “El Bebé de Rosemary”, la novela de Ira Levin, y el film homónimo de Roman Polansky. “Dr. Mortis y el Tazón Chino” (una de las historietas publicadas en el nº71) es una adaptación del cuento “El Cuenco de Cobre”, de George Fielding Eliot. Y la historia “Doctor Mortis y un Viaje al Horror” (nº87) es una adaptación no acreditada del film “El Viaje Fantástico” (1966), de Richard Fleisher. En el tramo final de esta primera etapa (nºs 102 al 105), la revista adoptará un formato en el que el letárgico Doctor aparece sólo para presentar algunas historias de terror (al estilo del Tío Creepy), y otras relacionadas con OVNIs.
Una respuesta a «El Siniestro Doctor Mortis (parte 2)»
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El doctor Mortis es siniestro.
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