Javi Hildebrandt: Hablábamos de Dieter Lumpen, de la influencia del Corto Maltés… y finalmente llegó el auténtico Corto. ¿Cómo fue eso?
Rubén Pellejero: Fue una gran aventura. Todo el mundo me pregunta cómo pude llegar a hacer el Corto Maltés, y es muy sencillo. Me llamó por teléfono Juan Díaz Canales, él me lo ofreció. A Juan lo conozco desde hace unos quince años, somos amigos, y habíamos imaginado alguna vez poder hacer algo juntos. Y un día me llamó a casa y me dijo “¿Rubén, te interesaría hacer el Corto Maltés?”.
JH: Pensaste “es un chiste”…
RP: Sí, pensé que me lo preguntaba porque quería hacer algo del tipo aventurero, pero después comprendí que estaba hablando en serio (risas). Por lo general, Juan cuando habla de un tema así no se anda con bromas. Me quedé muy cortado y le pedí unos días para pensármelo, porque sabía dónde me metía. Pero por otro lado me fascinaba porque era un referente mío. Y empecé a pensar “¿por qué no?”. Porque, digamos, Juan me recomendó a los editores y a los herederos de Pratt, Cong SA, que es la empresa que creó Pratt junto con Patrizia Zanotti. Juan había hecho contactos con otros autores que no acabaron de cuajar por varios motivos, hasta que me recomendó a mí. Y le dieron carta blanca para hacer las negociaciones.
JH: Y en el momento de arrancar el trabajo, ¿cómo fue dibujar con el fantasma de Pratt mirando la hoja por encima del hombro?
RP: Todavía lo tengo, no creas que se ha ido (risas). Me han pasado cosas muy curiosas, es increíble. Pero cuando tuvimos la primera entrevista con los editores dejamos en claro que no íbamos por el camino de la copia. Es imposible copiar a Hugo Pratt porque era muy cambiante, muy expresionista, no es una línea clara como Tintín, que puede hacerse exactamente igual. El camino de la copia no funciona. Nosotros como autores teníamos que estar presentes y sentirnos cómodos. Evidentemente tuve que hacer algunas pruebas para que nosotros mismos viéramos que la cosa podía funcionar. Hicimos tres páginas de guión en color y con eso ya fuimos puliendo cosas.
JH: ¿Cómo se llevaron con los puristas de Pratt y del Corto que no veían con buenos ojos una continuación con otros autores?
RP: Es verdad que los propios herederos y la propia editorial Casterman, que publicaban toda la obra de Pratt, tenían en claro el hecho de que Hugo nunca se había negado a que su personaje fuera continuado por otros. Esa fue la gran puerta por la cual los herederos de su obra mantuvieron un tiempo como de luto, lógico, pero con la idea de retomar al personaje. Si no, hubiese quedado sólo como un icono. Hay generaciones que no lo conocen. Eso lo hemos visto ahora con el nuevo Corto Maltés, gente nueva que se acerca al personaje y tienen interés. Es increíble. Cuando un personaje llega a estas categorías es Historia, es patrimonio. Conocíamos que había un aspecto más, digamos, integrista, con lectores que no querían saber nada con la continuación del personaje, pero también había otros lectores que lo añoraban y muchos nuevos que podían devenir en amantes del personaje. Eso también nos daba fuerzas. La expectativa por la salida del libro -creo yo, de una forma muy inteligente por parte de todos- se mantuvo en secreto y se fue develando muy de a poco. Eso fue interesante para crear esta expectación, que se ha visto desbordada, como la aceptación que ha tenido. Y se ha dado en grupos muy diferentes, desde el lector que en las sesiones de firmas y dedicatorias ha llegado emocionado por haber retomado al personaje, otros que mencionan algunos puntos que no les han gustado tanto… hay de todo un poco, pero en conjunto estoy muy contento de cómo ha sido recibido.
JH: ¿Ya hay ideas o proyectos para próximos tomos?
RP: Sí. Para que veas la aceptación que ya tenía el editor cuando recibía las páginas, antes de que saliera el primero ya habíamos firmado el contrato por dos libros. Ahora estamos trabajando en el segundo, que en realidad es el número 13 de la colección Corto Maltés. La salida está prevista para finales del año que viene. Estoy esperando que se concreten algunos detalles de la sinopsis, que es top secret todavía. Juan ya está guionizando la historia, creo que el mes que viene [por junio] voy a estar empezando a dibujar.
JH: Y ya que estamos hablando de las continuaciones y personajes dibujados por otros autores. ¿Te imaginás a Dieter Lumpen continuado por otro dibujante en algún momento?
RP: Si se diera el caso, en algún momento… No por ahora, porque todavía somos propietarios de los derechos del personaje. Actualmente lo veo muy difícil retomarlo, sobre todo por el cambio en mi dibujo, no podría volver a hacer lo mismo. Y Jorge, en teoría ha abandonado la historieta, está en otro mundo.
JH: Publicó algunas cosas en la actual etapa de Fierro, pero muy poquito…
RP: Sí, casi un favor de amigo, algo que le habían pedido. Pero él mismo reconoce que no se siente dentro del medio.
JH: ¿Algún otro proyecto en el que estés trabajando, o que esté por lanzarse dentro de poco y que quieras mencionar?
RP: Antes de trabajar con el Corto Maltés yo tenía un par de proyectos ya bajo contrato. Cuando finalicé con el Corto retomé uno de ellos, que se va a publicar en Francia a fines de este año. Se llama The long and winding road. Un libro grande con una temática diferente, en la que se habla sobre el rock de los años ’70, una especie de road movie situada en Francia en esa época. Es algo diferente también porque es un proyecto creado junto a otros dibujantes, yo hago los lápices y el plantado de página, luego un entintador [Toni Benages] que sigue más o menos mi estilo y finalmente un colorista [Xavi Reñé] que también está bajo mi criterio artístico. Es una novela gráfica, son muchas páginas y la historia está tratada con ese concepto, más que en la línea de BD tradicional. El guionista es Christopher, que ha escrito sobre rock en Love song, una serie dedicada a las chicas y al público juvenil. También es un amigo, y hablando con él salió este proyecto.
JH: ¡Muchas gracias, Rubén!
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