35. JUGUEMOS EN EL BOSQUE
Estamos en Agosto de 2010 y DC lanza una nueva serie regular protagonizada por el arquero esmeralda. J.T. Krul está de nuevo al frente de los guiones, ahora acompañado por el dibujante brasileño Diógenes Neves y el entintador español Vicente Cifuentes. En el inicio, las portadas están a cargo de Mauro Cascioli, que no quería dibujar más historietas después de JLA: Cry for Justice, pero tampoco perder el contacto con DC y el mercado americano. Debajo de esas ilustraciones zarpadas de Mauro, acechaban las peores historietas de Green Arrow en muchos, muchos años.
La acción nos lleva a las afueras de Star City, la ciudad que lentamente se reconstruye tras el devastador ataque de los villanos liderados por Prometehus. Alrededor de los barrios destruídos, apareció de la nada un bosque, en el que ahora se mueve Oliver Queen en modo Robin Hood, es decir, choreándole a los ricos para ayudar a los que perdieron todo. Enseguida, Krul nos plantea tres misterios: 1) ¿de dónde salió ese bosque, y qué tiene que ver en esto el anillo de White Lantern? Este es el plot más choto de la serie, por supuesto metido ahí para que buena parte de lo que suceda se pueda vender como ”tie-in” de la espantosa saga conocida como Brightest Day, que se editaba en ese mismo momento. 2) ¿Quién corno es ese caballero que dice ser Sir Galahad, el de la Mesa Redonda del Rey Arturo? ¿Un loco de la guerra? ¿Un héroe medieval posta? La respuesta es casi tragicómica. 3) ¿Quién es la misteriosa señora que se hace llamar ”Queen” y tomó el control de las empresas de Ollie? Este probablemente sea el hilo argumental mejor planteado, porque -sin ser una maravilla- le permite a Krul hablar sobre el gran negocio que hacen las empresas encargadas de reconstruir y brindar seguridad cuasi-militar a las ciudades afectadas por bombardeos o desastres naturales. Por suerte para el nº4 el misterio de esta mujer está básicamente revelado y queda ahí, como una posible villana de base bastante real, en medio de un planteo tan fantástico como delirante.
Hal Jordan y el Martian Manhunter pasan por el bosque sin pena ni gloria, la calidad del dibujo baja número a número y ya para el nº9 ni siquiera tenemos portadas de Cascioli, a quien reemplaza otro argentino, Rodolfo Migliari. Entre los nºs 8 y 11, Krul hace explotar ”la saga del bosque”, superpoblado de caras conocidas: aparecen Posion Ivy, Dr. Mid-Nite, Mr. Terrific, el Phantom Stranger, Jason Blood (que obviamente se transforma en Demon), esbirros de Lex Luthor y demás tercerones para una machaca grandilocuente contra una amenaza sobrenatural, que obviamente no tiene nada que ver con lo que uno quiere leer en un comic de Green Arrow.
En el nº12 se suma al bolonki nada menos que Swamp Thing y la saga alcanza un climax que… nos lleva a la revista The Search for Swamp Thing, una especie de epílogo de Brightest Day en el que tiene mucha chapa el elemental del Verde. O sea que Ollie está de adorno en su propia revista, mientras todo se resuelve en otra. Y de ahí al nº15 (último de la serie) tenemos una saguita de tres episodios a cargo de los ignotos James Patrick y Agustín Padilla, contra un villano sin onda. Posta, si nunca leés estos 15 números no te perdés nada.
36. VOLVER A EMPEZAR
En Septiembre de 2011, DC relanza con bombos y platillos toda su línea heroica. Con fecha de tapa Noviembre 2011 salen 52 números 1 en los que debuta una nueva continuidad, con la posibilidad de hacerse cargo (o no) de lo narrado en las décadas anteriores. Por supuesto Green Arrow está entre los 52 conceptos que se relanzan en esta ambiciosa maniobra y así tenemos un nuevo nº1, protagonizado por un nuevo Olliver Queen que se parece bastante poco al de toda la vida.
Estamos otra vez en Seattle, donde conocemos a un Ollie más joven, sin barba ni bigotes, que además de ser Green Arrow es capo de Q-Core, una empresa líder en tecnología de avanzada. Eso explica, entre otras cosas, un verdadero festival de flechas con truquito que el arquero lanzará contra… un montón de villanos con superpoderes, uno más absurdo que el otro. Además, Ollie compartirá su secreto con algunos de sus empleados que lo asistirán al mejor estilo Alfred Pennyworth a la hora de conseguir data para realizar sus misiones y sus hazañas.
El guionista de los tres primeros números es –otra vez- J.T. Krul, al que acompaña otro viejo conocido: Dan Jurgens, cuyos lápices entinta el mismísimo George Pérez. O sea que los guiones son pésimos pero, mal que mal, el dibujo sostiene algún tipo de interés. Pero para el nº4 Krul no está más y ahora es Keith Giffen quien toma las riendas del guión, primero solo y más tarde en conjunto con Jurgens. Pero los tres episodios de Giffen y Jurgens son igual de espantosos a nivel argumental, y la partida de Pérez tras el nº4 no hace más que bajar las expectativas. En el nº6, Giffen y Jurgens cierran su saguita (también, contra un villano con superpoderes y una villana robótica que daba para mucho más), junto al dibujante uruguayo Ignacio Calero, que entrega un trabajo mucho mejor que lo visto en el nº5, cuando a Jurgens en vez de Pérez lo entinta un perro catatónico.
Todos estos monumentos a la mediocridad y el ”sale con fritas” están reunidos en el primer TPB de Green Arrow, así que si te interesa explorar la versión New 52 del personaje, la recomendación es subirse con la serie ya empezada. A partir del nº7 tenemos nuevo equipo creativo: llegan el dibujante Harvey Tolibao (dueño de un trazo elegante, cargado de detalles, con angulaciones y enfoques muy jugados) y la gran guionista Ann Nocenti. Imaginate la emoción que generaba tener a una guionista de izquierda como Nocenti al frente de un personaje como Green Arrow, siempre propenso a abordar temáticas socialmente relevantes y sensibles.
Lamentablemente, la etapa de Nocenti también es breve e irrelevante. Lo único divertido es que, como en esta continuidad no existe la telenovela con Black Canary, el héroe se encama con distintas minitas sin la menor culpa ni enrosque. Pero no esperes mucho más que aventuras de palo y palo, a veces contra villanos con superpoderes limados, a veces contra villanos de perfil más urbano y alguna vez contra el infaltable empresario garca (en este caso chino) que se quiere quedar con el imperio industrial de Ollie. Por suerte el dibujo de Tolibao es interesante, y cuando este se baja lo reemplaza el siempre eficaz (y a veces espectacular) Freddie Williams II.
El nº16 es el último de Nocenti, que vino a salvar a la serie y la dejó al borde de la cancelación, como el Diego en Gimnasia. Algún día sus fans le perdonaremos episodios bochornosos como ese nº14, que enredaba a Green Arrow en un crossover con Deathstroke y Hawkman, las series que en ese entonces escribía Rob Liefeld.
Paciencia, que en el nº17 barajamos y damos de nuevo.
(Muy pronto, la vigésima entrega)
5 comentarios