9. SE VIENE EL ZURDAJE
Andá a saber cómo fue que le dejaron a Neal Adams hacer lo que hizo: después de mil años sin cambios, el encumbrado dibujante rediseñó por completo el traje de Green Arrow y creó el look icónico del personaje, con la chivita, el bigote y ese chaleco con hombreras que –de algún modo- perduró casi 20 años.
Este notable cambio visual de Oliver Queen se vio en Septiembre de 1969, en el nº85 de The Brave and the Bold, una aventura breve pero intensa que el arquero comparte con Batman, bajo la pluma de Bob Haney, quien le tenía un gran cariño. Ya desde la portada, Ollie eclipsa al titular de la serie, y en las páginas interiores despliega, por primera vez, algo así como una actitud propia, personal, una idiosincracia. Acá es donde Ollie se plantea por primera vez si tiene sentido seguir siendo un superhéroe de la B, cuando puede ayudar a tanta gente desde su lugar de empresario multimillonario. De hecho, le blanquea este dilema a un personaje secundario, un asistente de saco y corbata al que nunca jamás habíamos visto antes.
Esto, que podría haber quedado ahí, en una de las tantas bizarreadas de Bob Haney (en esa misma aventura, sin ir más lejos, Bruce Wayne asume una banca de senador y renuncia a la misma en la anteúltima página), llama la atención de Denny O´Neil, por entonces guionista de la Justice League of America y amigo cercano de Neal Adams. O´Neil decide que esta jugada tiene potencial y apuesta a llevar la reconfiguración del personaje un poco más allá.
El nº 75 de la JLofA (Nov.1969) es el primero de esta serie en el que vemos a Green Arrow con su nuevo look (aunque el dibujo está a años luz del impacto y la calidad que nos obsequiara Neal Adams) y además la historia gira, básicamente, en torno a este personaje. El perfil empresarial de Ollie propuesto por Haney (ampliamente soslayado en los casi 30 años de historia que acumulaba el héroe) iba a durar poco: una oscura manganeta del financista John Deleon deja a nuestro héroe afuera de su propia empresa, en la ruina económica y con el culo lleno de preguntas. La trama –de fuerte contenido psicológico- va a hacer hincapié en este quiebre y Ollie va a confrontar consigo mismo. Finalmente triunfará un Ollie dispuesto a ser feliz sin un mango, con la tranquilidad de luchar siempre por causas justas y por los que más lo necesitan.
Recordemos que en ese momento Green Arrow solo aparecía en las páginas de la JLofA, o sea que O´Neil no tenía que pedir permiso a nadie para profundizar el viraje del otrora insulso arquero hacia un cruzado de la justicia social. En todo este tramo de la Liga escrito por O´Neil aparecen temas más socio-políticos (de hecho, el villano del nº 77 es un político), que tienen que ver sobre todo con la guerra, el racismo y la destrucción del medio ambiente. Y Ollie va a ser el emblema de este abordaje por parte de O´Neil de estas problemáticas más reales.
Tanto él como Black Canary (incorporada al equipo por O´Neil también en aquel nº 75) serán los personajes con más desarrollo, en detrimento de otros a los que el guionista no les da bola (Aquaman, Flash) o directamente se saca de encima (Wonder Woman, Martian Manhunter). En el nº 79, Ollie le tirará sus primeros “flechazos” a Black Canary, pero esta -por ahora- sigue de duelo por la muerte de su marido (Larry Lance, en la JLofA nº 74) y no está para iniciar un nuevo romance. Démosle tiempo.
10. COTIZAN LOS VERDES
Para Septiembre de 1970, Denny O´Neil deja su trabajo como guionista de la Justice League of America. Pero antes de irse, se asegura de que Green Arrow siga teniendo un espacio para desarrollarse como este personaje único, comprometido, discordante, muchas veces calentón, siempre al filo de la polémica. Para principios del´70, el coordinador Julius Schwartz está decidido a cancelar la revista de Green Lantern (que vendía muy mal) y O´Neil lo convence de darle una posibilidad más: la idea es sumar a Green Arrow como co-protagonista y a Neal Adams como dibujante, y sacudir a los lectores con historias que no se habían contado nunca, en ningún otro comic de superhéroes.
Así es como en Abril de 1970 aparece el nº76 de Green Lantern/ Green Arrow, el primero a cargo de O´Neil y Adams, donde ambos héroes deciden recorrer EEUU en una camioneta. Con la excusa de buscarse a ellos mismos, Ollie y Hal van a confrontar con los problemas reales de la gente real y con ellos mismos. Obviamente, esta personalidad petardista, anarco-zurda que O´Neil le fue dando a Ollie estaba destinada a chocar con la de un Hal Jordan que nunca fue mucho más que un buen policía, siempre listo para acatar órdenes sin preguntarse si de verdad estaba del lado correcto de cada conflicto.
Milagrosamente, durante un tiempo esta fórmula funciona y los “hard-travelling heroes” (a los que más tarde se suma Black Canary, que de a poco cede a los avances de Ollie) logran mantener a flote la revista hasta el nº 89 (Abr.1972), siempre con unos huevos inmensos a la hora de abordar temas urticantes, incómodos como tampón de virulana. Sin dudas el momento más espeso se ve en los célebres nºs 86 y 87, cuando O´Neil y Adams nos revelan que Speedy (por entonces miembro de los Teen Titans) se había hecho adicto a la heroína. Hacía muchos años que Ollie y Roy no compartían una aventura y “Snowbirds Don´t Fly” fue de las más bravas. De hecho, O´Neil había escrito un final más optimista para la historia, pero a Adams le pareció muy blando y lo convenció a Julius Schwartz para cambiar el guión de las dos últimas páginas por uno más fuerte, menos simplista y obviamente más traumático para los héroes.
De todos modos, a pesar de las buenas críticas y los premios obtenidos, las ventas no terminan de conformar a la editorial, y GL/GA se cancela –como ya dijimos- con el nº 89. Quedaba una historia en el tintero y O´Neil y Adams la narrarán en 1973, a lo largo de tres back-ups en la revista de Flash (nºs 217-219): mientras Barry Allen combatía a villanos absurdos, Green Arrow afrontaba la crisis más jodida de su vida. Tras matar por accidente a un criminal de poca monta, cuelga el arco, las flechas y el trajecito verde, para internarse en un monasterio en la Loma del Orto. Y esta vez sí, supongo que por problemas de espacio, los autores optan por el final simplista, y pocas páginas después de raparse y tomar los hábitos, Ollie está de nuevo junto a Hal y Dinah en Star City. Era el fin de la era de la relevancia, pero no del vínculo entre Green Arrow, Green Lantern y Black Canary, tres héroes sin revista propia que seguirían sus caminos en las páginas de la Justice League of America y en distintos back-ups a lo largo de los ´70.
(Muy pronto, la sexta parte)
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