Empieza a publicarse en Argentina uno de los comics fundamentales de los ’90. Esta es la guía básica para amar al odio, o sea, todo lo que necesitás saber para cebarte MAL.

Hate

01/12/2007

| Por Staff de Comiqueando

44 comentarios


Buddy Bradley es un veinteañero que no soportó más a su familia de New Jersey y se fue a vivir a Seattle, donde comparte un departamento con una pequeña galería de freaks e idiotas. Mientras decide qué hacer (o no hacer, ya que es un vago con mil vicios y una visión bastante nefasta de todo) con su vida, conocemos a sus amigos, su nuevo entorno, sus chicas y algo de la movida de la «generación X» de la Seattle de los años ‘90.

La historia de Buddy comienza en una revista under llamada «Neat Stuff» («Buen material») que realizaba Peter Bagge, responsable de todos los números de Hate. El muchacho vivía con su padre chapado a la antigua mal, su madre (típica ama de casa sin vida), su hermano Butch (pequeño facho en potencia) y su hermana Babs (intento de cheta malcriada que terminaría con dos críos bajo el brazo). Durante su adolescencia los roces con su familia se hicieron insoportables y es cuando decide irse a la mierda y vivir su vida, dando comienzo a Hate. Las historias de The Bradleys en Neat Stuff son sólo un gran prólogo bastante divertido.
Buddy tiene una historia con la cheta Valerie, comparte noches, salidas y porros con su extraño amigo Stinky y vive con ellos en su depto además de con un negro llamado George que es un nerd antisocial y amargo. También aparece la enkilombada Lisa, pero eso es otra historia.

Lo que Bagge hace es muy simple: desde el lugar de un tipo que vivió rodeado de salames que enarbolaban la bandera de la contracultura, la analiza desde fuera. Recordemos que el tipo (si bien se nota que tuvo mil noches de reviente y cientos de días de ponerse en pedo y no hacer nada) es un correcto ciudadano americano que juega con las reglas del american way. Y ahí está uno de los chistes de Hate: ves a todo tipo de jóvenes que curten mil mambos diferentes (los faloperos irredimibles, los que se pusieron el jetra y se fueron a laburar, los que van para donde los lleve el viento) sin hacer de ninguno de ellos un ejemplo. Para la visión de Bagge parece haber un tiempo para hacerse concha y otro para tener tu laburo de 9 a 5 hs. Y si no me creen presten atención a la evolución de personajes como Valerie o Stinky, para ver en qué vereda parece estar parado el autor.


Pero lo lindo de Hate es que no perdona a nadie. Todos los personajes tienen un costado patético, negativo y tarde o temprano se los ve como idiotas. Cada vez que hay un contacto con otro tipo de gente, lo primero que notamos son los contrastes: en la banda de rock que lidera Stinky (Leonard and the Love Gods) todos sus integrantes se llaman Kurt. El ex compañero de colegio de Buddy devenido policía tiene un hijo e ideas que rozan el facismo. Parece que nada logra transformar a estos exponentes de la generación X en personas agradables y por algún lado tenemos algún chiste jodido para hacer sobre ellos.

¿Que decir del dibujo? Bagge es expresivo, funny y totalmente irreal. En los primeros números (en blanco y negro) tiene un excelente manejo de las tramas y texturas y un tufillo a under salido de la influencia de Robert Crumb que es delicioso. Luego, con la incorporación del color (a partir del número 16 con Jim Blanchard en tintas) lo que el dibujo pierde en texturas lo gana en la expresividad de sus personajes al palo.


¿Sexo? Gracias por preguntar. Hay sexo en Hate y esta vez es de verdad. Se ven tetas, penes y chuchas. Pero no está puesto en función de calentar al lector (realmente tenés que ser muy degenerado para tocarte con un dibujo de Bagge) sino como algo perfectamente natural en la historia. Hay eyaculaciones fuera de cuadro, esperma dando vueltas por ahí, varias posiciones y muchas ganas de mostrar que la gente real coge, punto.

Hate arranca en el año 1990 y termina (recordemos que es un comic under, no salía todos los meses como un bofe de DC o Marvel) en el ‘98, en su n°30. Tiempo más tarde salieron seis anuales.

Si tenés menos de 20 y querés ver una ventana de lo que puede ser tu futuro, te vas a cagar de risa. Si tenés entre 20 y 30 vas a sentirte muy identificado. Si pasaste los 30, tu tema, pero ver a Buddy vomitando cuando le regalan entradas para U2 o a Lisa puteando al psicólogo porque la hace esperar para darle pastillas, te va a divertir igual. Hate está bueno, muy bueno, y nos hace mirar dentro nuestro para descubrir que en serio, mucha gente, muchos trabajos y muchas situaciones cotidianas merecen nuestro Odio.

Como ya dijo en este medio el legendario Dr.Müle: «Hate es una revista que te asegura diversión a un costo muy bajo: tu alma. Porque para reírse de la guachadas que Bagge nos presenta en Hate, tenés que perder toda tu piedad, tu compasión y esas boludeces que no nos dejan disfrutar de la vida. Dale, no seas nabo, entregale tu alma al odio. Leé Hate».

Compartir:

Etiquetas:

Dejanos tus comentarios:

44 comentarios