Cool Shock B.T. duró solo seis capítulos unitarios, narrados por el mejor amigo de B.T., Koichi, que nos relata varias aventuras que vivieron juntos. Nada muy impresionante, aunque hay un salto de calidad importante en cuanto a storytelling. A Araki parece rendirle bien el formato de historia corta después de los tres trabajos anteriores, tal vez más atropellados en cuanto a cómo quería contar las cosas. Las aventuras buscan, más que tener una resolución total, mostrar lo hábil que es B.T. con la magia y sus ocurrencias, un personajito que esconde más de lo que muestra, y que a veces sus intenciones son más maquiavélicas y personales, a diferencia de otros héroes shonen más altruistas. El dibujo mejora notablemente, pero todavía le falta “algo más”, algo que veríamos en sus próximas historias largas. Aún así y pese a lo trunca que quedó la serialización, Araki aprendió bastante durante su producción. Al trabajar a distancia desde su hogar familiar, los cambios exigidos por su editor eran bastante severos y él tenía que entregarlos con toda velocidad, e incluso llegaba a apersonarse en la editorial misma para terminar las entregas, con siestas en el tren incluídas. Aún así y a la distancia, el mangaka siempre le agradeció a su editor el entrenamiento que adquirió durante este manga, incluso reconoció que esta persona fue la única que quiso que Cool Shock B.T. saliera, cuando el resto de los editores no.
Su segunda serialización fue tal vez la que mayor relevancia tuvo (y de las primeras en llegar a Occidente gracias a Viz Media que la publicó en dos tankoubon en 1990; mientras que Planeta- DeAgostini la publicó en España en ocho comic books en el ´92. Actualmente, Ivrea Argentina tiene una edición en formato bunko. Anunciada con bombos y platillos en la tapa de Shonen Jump nº45, del 20 de Mayo de 1984, Baoh es una historia de body-horror inspirada por las noticias científicas “de actualidad” por ese entonces: biotecnología, clonación y armas biológicas.
Doress es una organización que busca crear justamente armas biológicas poderosas, para lo cual utiliza unos extraños parásitos que se implantan en personas. Ikuro Hashizawa es el portador del “baoh” que sobrevivió con éxito al experimento, pero huyó del laboratorio y su búsqueda es menester. A él se le suma Sumire, una niña con habilidades premonitorias que también era utilizada por los científicos.
Baoh duró solo nueve capítulos, donde los primeros ocho son un viaje que es interrumpido por un villano de turno a vencer, y un final con el obvio final boss como todo buen shonen que se precie de tal. Pero lo clave de la obra es el tono en el que se desenvuelven los combates. El manga es más una historia gore que un típico shonen de peleas: Araki no se guarda nada para la imaginación del lector, todo está a la vista y en tu cara (“over the top”, diría un yanki), los “efectos especiales” de derretimiento, la mutación del cuerpo de Ikuro, son todas escenas grotescas que aumentan fuerte el shock value. Si bien no hay rastros aún de lo que veríamos a futuro en él, si hay un despliegue de todas las influencias mencionadas anteriormente, sobre todo en las películas de terror, aunque después de maratónicas sesiones de mirar MTV en Tokyo, el mangaka tenía la intención de un desarrollo ágil, como un rock. Por supuesto que las peleas violentas y la sangre las veremos más adelante (o incluso en otros mangas de la época como Hokuto No Ken), pero nunca hubo un nivel tan exagerado de sangre en la Shonen Jump como en esta breve obra.
Es para este momento que Araki se va de su Sendai natal hacia Tokio, por lo extenuante que era la entrega de originales a Shueisha debido a la distancia. La mudanza le permitió una expansión multi-cultural que unos pocos años después explotaría por completo. De Madonna a Frank Frazetta, de Enki Bilal a Gianni Versace, infinidades de películas, sonidos, imágenes y estímulos que antes no había conocido. Las consecuencias de este bombardeo de información las veríamos tres años después.
Pero antes, un último intento: Gorgeous Irene, de dos lastimosos capítulos, uno publicado el 1 de Octubre de 1985 en el especial otoñal de la Jump y el segundo en el debut de la Super Jump, revista quincenal de seinen, el 20 de Diciembre de 1986. Irene es la hija de un asesino de la mafia que sigue su camino y obtiene habilidades especiales con ayuda de maquillaje. Obviamente la brevísima duración no permite desarrollar la historia de una manera que permita una crítica amplia, pero sí podemos observar un salto de calidad en relación a sus obras anteriores. La narrativa se vuelve todavía más ágil y la chapa pelada en Baoh se hace todavía más evidente, sobre todo en las primeras poses extravagantes que serían bandera durante el próximo año.
Si hay algo “en contra”, de lo que Araki se hizo cargo en diversas entrevistas, es su desconocimiento del género femenino, tanto para el dibujo como en su caracterización. El mangaka aprovecha las poses para hipersexualizar la transformación de Irene de una chica de 16 a una femme fatale desarrollada, donde las poses estan más para un fanservice, con el culo y las tetas en primer plano, en unas contorsiones imposibles. También se hizo cargo de su desconocimiento del cuerpo femenino y la posibilidad de dibujarlas de manera linda (discrepo en esto), aún así está presente una mujer que va al frente sin remordimientos o sin temerle a un mundo de hombres. Pero para él no estaba bien y tendrían que pasar varios años hasta que se anime a darle protagonismo a una mujer. Antes, hay que recorrer todo un linaje familiar que se remonta al Siglo XIX, y eso es JoJo´s Bizarre Adventure, la obra que consagró definitivamente a Hirohiko Araki como uno de los mangakas más importantes de los últimos 35 años.
2 respuestas a «Hirohiko Araki: Los inicios (parte 2)»
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Es un extracto de la nota que Gonza escribió para el nº2 de la Comiqueando Digital.
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Muy buena nota Gonza! La hiciste ahora para la web o es un cacho de la de araki para la digital?
Me cebaste mal con Cool Shock BT y no conocía Gorgeous Irene, baoh si, me encantó.
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