1996 es el año en que Caliber se decide a apostar fuerte por Kabuki. A tal punto que edita dos especiales a color (algo insólito en esa editorial) que traen unas pocas páginas de historieta magistralmente ilustradas por Mack y mucho relleno (bocetos, pin-ups de otros dibujantes, textos, etc.). Los especiales, titulados Kabuki Color Special y Kabuki: Dreams of the Dead narran básicamente una historia de fantasmas y venganza, que transcurre en la mente de Ukiko (así se llama Kabuki) mientras agoniza junto a la tumba de su madre, en el lugar exacto donde terminó Circle of Blood. O sea, no avanza NADA la historia. Pero con la posibilidad del color a su disposición, Mack se zarpa como nunca y los fans se vuelven locos.
También en 1996, empieza a publicarse la miniserie Kabuki: Masks of the Noh, que narra historias breves, protagonizadas por las ocho agentes de Noh. Cada una recibe una caracterización individual alucinante, en guiones de Mack tan afilados como los primeros de Kabuki. Por supuesto, esta aparece en Masks, en la única secuencia dibujada por Mack, que ya habíamos visto a color en el primer especial. Para el resto de las secuencias, la miniserie contó con los aportes de varios dibujantes grossos como Dave Johnson, Andrew Robinson y fundamentalmente Rick Mays, un autor muy identificado con la corriente llamada “amerimanga”.
Pero lo más grosso de 1996 es Kabuki: Skin Deep, una miniserie de tres episodios a color, íntegramente escrita, dibujada e ilustrada por un David Mack que acá deslumbra en su exploración de varios estilos, entre ellos el que se convertiría en su estilo definitivo. En Skin Deep nos enteramos de que, antes que las agentes de Noh encontraran el “cadáver” de Kabuki, otra agencia secreta la rescató aún con vida y la internó en una especie de instituto neurosiquiátrico en el que están confinados varios ex-agentes secretos que se tildaron, o que se rebelaron a su organización. Acá, una terapeuta se mete a fondo en la mente de Ukiko, quien intenta armar un plan de escape antes de que sus ex-compañeras invadan la clínica para matarla, y además conocemos a la misteriosa Akemi y a Kageko, la elegida por Noh para convertirse en la nueva Kabuki. Joya absoluta de la sutileza y la psicopateada, además de la orgía gráfica y visual y el jueguito de los dibujos repetidos tres millones de veces.
CAMBIO DE IMAGEN
Para 1997, sin embargo, Caliber empieza a sufrir serios problemas financieros y sus mejores autores se dejan tentar por otras editoriales para cambiar de escudería. Ni bien termina de publicarse Skin Deep, Kabuki recala en Image (la editorial de Spawn y Savage Dragon), donde se republica absolutamente TODO lo que ya había editado Caliber, incluso el cuasi-secreto Dance of Death, que Caliber no había reeditado jamás. Los dos especiales a color se convierten en Dreams, un lujoso libro de tapa dura, al que Mack le agrega una nueva historieta a todo color de 24 páginas (The Ghost Play), que luego saldrá también por separado.
En Octubre de 1997, Image lanza el n°1 de una nueva serie de Kabuki, a todo color y 100% a cargo de David Mack. Los 50.000 ejemplares se evaporan en cuestión de días, y así sale Kabuki: Images, un prestige que reedita el n°1 y trae como complemento un montón de ilustraciones, bocetos y pin-ups. Los n°s 2 y 3 también se agotan e Image los reedita como Kabuki: Images Vol.2. En total, la serie de Image, conocida como Metamorphosis, se extiende a lo largo de nueve episodios, el último de los cuales se publica en Marzo de 2000.
Metamorphosis es, sin duda, el proyecto más ambicioso de Mack. A lo largo de más de 250 páginas conocemos a fondo a Akemi y a las otras pacientes del neurosiquiátrico. Kabuki sigue adelante con su terapia y la chance de fugarse finalmente llega cuando las agentes de Noh invaden la clínica para acabar con ella. Con la ayuda de Akemi, Kabuki convence a Noh de que finalmente está muerta, pero logra huir y usurpar una nueva identidad. En el medio, tenemos debates filosóficos, religiosos, psicológicos y de física cuántica y hasta un cuento infantil metido de keruza. Además, este es el arco más lento. Por momentos la parsimonia narrativa de Mack se vuelve exasperante. Pero garpa, a full.
La cantidad y diversidad de técnicas pictóricas que manda Mack en Metamorphosis son la pesadilla de cualquier profesor de dibujo. A primera vista parece un derivado de Dave McKean, pero también hay Sienkiewicz, Alex Ross, un montón de artistas plásticos (Gustav Klimt a morir) y hasta historietistas más dark, o más “sucios” como James O’ Barr, Jae Lee o Leo Manco. Y mucha referencia fotográfica, ya que Mack capta muchísimas poses de su coordinadora, Connie Jiang, para luego convertirlas en dibujos. Pero de toda esta mescolanza, emerge un autor firmemente asentado en un estilo personal y fascinante.
En paralelo a Metamorphosis, Image edita 4 números de Kabuki: Reflections, en los que prácticamente no hay historieta, sino que son páginas sueltas, bocetos, portadas que hace Mack para otras revistas y delitos varios. Ni se te ocurra comprar uno de esos.
Desde la época de Masks of the Noh, Mack venía amenazando con crear varias miniseries protagonizadas en forma individual por las otras agentes. En Agosto de 1999 la amenaza se concreta y empiezan a publicarse los 8 episodios de Kabuki Agents: Scarab, escritos por Mack y dibujados a todo culo por Rick Mays. La historia está un poco estirada, pero si te la bancás hasta el final tiene un bonus fastuoso: en el último episodio aparece Kabuki (dibujada por Mack!), ya que esta serie va en paralelo a Metamorphosis y termina (igual que esta) con el asalto a la clínica. En el convulsionado final de Metamorphosis, se menciona que una de las agentes de Noh muere durante el ataque, pero no queda claro cuál. Bueno, acá sí. Y no es la que uno sospecha.
La saga de Scarab termina de publicarse en 2001, los recopilatorios salen en 2002 (acá es cuando pasa a llamarse Scarab: Lost in Translation) y, una vez más, David Mack acepta una oferta de otra editorial para irse con sus heroínas japonesas a otra compañía. Es el fin de la Era Image y el principio de la Era Marvel.
En realidad, Mack empieza a trabajar en Marvel (llevado por su amigo Brian Michael Bendis, la otra super-estrella surgida del semillero de Caliber) ni bien termina Metamorphosis. La rompe en dos sagas de Daredevil (en una dibuja y en la otra escribe) y más tarde como portadista de la magnífica Alias. Pero en 2004, Marvel lanza el sello Icon, que le da la posibilidad de publicar historietas por afuera del Universo Marvel, con creaciones que sean propiedad de sus autores, como hiciera Image desde sus inicios. Entre los proyectos ya famosos que se suman a Icon, se destacan Powers (de Bendis) y obviamente Kabuki, que en Julio de 2004 (justo 10 años después de su primera aparición) debuta con el primer episodio de la extensa saga conocida como The Alchemy.
Los nueve capítulos de The Alchemy (a todo color, íntegramente realizados por Mack) salen de forma muy espaciada hasta culminar en Diciembre de 2007. Como el pronóstico anunciaba un aluvión de lectores nuevos, Mack dedica todo el primer número a recontar (por milésima vez) la historia de Kabuki. En los números siguientes, vemos cómo se despliega el plan maestro de Akemi: Tras la masacre en la clínica, Ukiko consigue una nueva identidad y logra escapar de Japón para empezar una nueva vida en los EEUU, pero los tejemanejes de Akumi (y un par de giros sorprendentes que no conviene revelar) fuerzan la confrontación final entre Ukiko y el Noh, lo cual garantiza una nueva masacre. Un final shockeante y sangriento para la más reciente saga de Kabuki, obviamente dibujado como los dioses.
Por supuesto, Marvel continuó con el curro de Image y publicó más números de Reflections (esos libritos casi sin historietas), hasta llegar a los 15. Sólo para fetichistas, al igual que las decenas de art-books, portfolios, posters, bustos, estatuas, muñecos y demás “chiches para grandes” que hacen las delicias de los fans más extremos de Kabuki y del Genio de Ohio.
VOLVER A EMPEZAR
A fines de 2014, después de un tiempito alejado del mundo del comic, Mack confirmó su pase a las filas de Dark Horse, y de vuelta a empezar de nuevo. La editorial del caballito publicó en Enero un recopilatorio de Reflections y anuncia para Julio una reedición integral de Kabuki, en una colección en formato más grande que el comic-book tradicional, que arranca con un masacote de 400 páginas. Este nuevo Vol.1 de Kabuki recopila Circle of Blood, Dreams y varios extras, entre ellos un prólogo de Jim Steranko y uno de Brian Michael Bendis.
Y supuestamente, Mack ya está trabajando en nuevas historietas de Kabuki, que ojalá se editen pronto, en la editorial que sea. Esta es una serie realmente increíble y mientras al autor le queden ideas para explorar, no se tiene que terminar nunca.
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