Con las ganancias de las turbias movidas de Scott Rosenberg, en 1987 sale al ruedo Malibu Comics con sus primeros títulos.

La loca y tránsfuga historia de Malibu (parte 2)

25/03/2020

| Por Roberto Barreiro

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elflordMarch1986seriesVolume15Al terminar la primera parte de esta historia, teníamos al fin a Malibu Comics, con las ganancias de esa movida turbia de Scott Rosenberg, lista para empezar a publicar, en un mercado de comics que venía saliendo de la explosión especulativa del boom independiente de historietas en blanco y negro. Bajo el mando de Dave Olbrich y Tom Mason, y con el subsello Eternity bajo su control, decidieron empezar con calma y se tomaron seis meses de preparación para, durante el segundo semestre de 1987, empezar a sacar sus títulos. Por cierto, de los primeros ocho títulos anunciados, sólo uno no saldría. El titulo se llamaba Youngblood. Si tenemos en cuenta que, ya para ese entonces, un pendejo llamado Rob Liefeld (que empezaba a publicar cosas en DC y Marvel) tenía buena onda con la gente de la editorial, da para pensar que este es la primera vez que nuestro Rob no llegaba con los plazos de entrega de un comic. Una sospecha nomas, pero ojo ahí. Ya veremos cómo esta relación entre Liefeld y Malibu prospera.

Mientras tanto, el tema del quiebre de la distribuidora Sunrise termina con un juicio de Fantagraphics (o sea Gary Groth, o sea el Comics Journal) y Blackthorne Publishing contra Rosemberg. En primera instancia, Fantagraphics gana, pero un nuevo juicio dice que como la empresa no existe más (pese a que Rosenberg anda suelto con plata por ahí), no hay cómo cobrar. Con lo que se imaginarán el estado de ánimo de Groth y el Journal contra Malibu. Los van a vigilar continuamente y marcarle todo lo que ocnsideren que está mal (y es mucho). Eso por supuesto hizo que, del otro lado, Olbrich, Mason y compañía no quisieran ni hablar con ellos.

mib2Mientras Malibu sigue publicando títulos -algunos mejores, otros peores- la política editorial de la compañía va a ser seguir sumando sellos. Al primero que van a captar es a Aircel Publishing, una compañía canadiense que habían fundado en 1985 Ken Campbell y Barry Blair (aunque este último era el motor creativo de la editorial). Tenía algunos títulos que vendían aceptablemente bien (como Elflord), pero últimamente Blair se estaba volcando a historietas de corte erótico (como Leather & Lace), todo dibujado con su característico estilo (que era como una versión serie B de Wendy Pini de Elfquest con algun toque de manga). Malibu y Aircel hacen un acuerdo que le da teóricamente margen creativo a Blair para decidir qué publicar, aunque poco a poco se va a relegar al sello a publicar principalmente la línea para adultos (aparte de lo que hace Blair, que sigue allí con relativa carta blanca, aunque priorizara de a poco el material erótico y las “bad girls”). Tal vez lo más interesante sea que para 1990, Aircel saca un título creado por un tal Lowell Cunningham y dibujado por Sandy Carruthers, llamado Men in Black. Las dos miniseries que saldrán no son nada del otro mundo (por no decir bastante berretas) pero van a ser importantes en el futuro. Por cierto, en 1991 Blair se va de la editorial que se vuelve un subsello más.

12b3488e4e17088912a69cb74ff4a51fMuy poco después, Malibu va a comprar Adventure, un sello chico que manejaba Steve Milo, un dueño de comiquería y de servicio de venta de comics, que sobrevivía a duras penas sin demasiado reconocimiento. Acá la cosa fue mucho más directa: Adventure se convierte en un nuevo subsello de Malibu. De a poco, cada subsello se va a especializar en un determinado tipo de material: Aircel se va a dedicar a sacar –como dijimos- material XXX, Adventure va a convertirse en el sello para las licencias, Eternity va a tener por un lado la línea de manga o inspirada por el manga (por ejemplo, Robotech) y Malibu propiamente dicha va a priorizar el material más bien superheroico. Ojo, que esto es a grandes rasgos porque si mirás con cuidado no queda muy claro qué hace que un título vaya a un subsello o a otro.

Un último lío editorial ocurre cuando en Eternity sacan The Uncensored Mouse, donde reimprimían tiras de diario de Mickey Mouse de la década del ´30, que según la editorial estaban en dominio público. Pero claro, se toparon con Disney que, si bien no era ese monstruo que quiere convertir a la Tierra en una división de su corporación que es hoy día (y que de hecho estaba de capa caída en esos años pre-Sirenita), SIEMPRE había sido buena para litigar en defensa de sus propiedades. Tras dos números, la cosa no llegó a mayores: se firmó un acuerdo y dejaron de sacar la revista.

uncensoredmouse1backCon todo esto, en esos primeros cuatro años entre 1987 y 1991, Malibu se convierte en uno más de los sellos de nivel medio del mercado de venta directa yanki. En términos futboleros, estaban de la mitad de la tabla para abajo, no necesariamente gambeteando el descenso pero tampoco disputando los primeros puestos. Había producto realmente olvidable, cosas que zafaban y algunos títulos que tenían cierto respeto de la crítica y un cierto apoyo del público. Pero, claro, a Rosenberg no le gustaba mucho ser el dueño de un club chico, sino que apostaba en grande. Y para eso, la relación con Rob Liefeld va a ser importante…

Pero eso lo dejamos para más adelante. La próxima entrega hablamos de algunas de las series que vale la pena rescatar de esta Malibu originaria.

Nos vemos

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