En la primera y segunda parte de este artículo, nos enteramos del complejo, turbio y complicado proceso de creación y desarrollo en sus primeros años de Malibu Comics. Para 1991, la editorial se había posicionado como una de las sobrevivientes del boom del blanco y negro, en el pelotón del medio de las editoriales que alimentaban el circuito del mercado directo (o sea, las comiquerías) de EEUU.
Pero… ¿qué calidad tenía lo que editaban?
La respuesta es… decente. Había de todo, desde reimpresiones de material antiguo, hasta adaptaciones de obras más conocidas en otros formatos (por ejemplo, las películas de la productora cinematográfica Full Moon o la serie Alien Nation, el siempre hitero Robotech y hasta historias en el universo del Planeta de los Simios). Incluso llegaron a publicar en comic-book material de autores argentinos, como el Rio Kid de Carlos Albiac y Alberto Saichann, hecho originalmente para Italia. Dentro de las series producidas originalmente para la editorial, el nivel es aceptable dentro del mainstream de esos años. Raramente llamaba la atención de la crítica o del lector de paladar más exigente algo de lo publicado allí. Tampoco era muy común que publicaran una basura infecta. Todo era bastante parejito. Mediocrón, si se quiere, pero legible.
Claramente NO puedo entrar a revisar todas y cada una de las series publicadas. Así que vamos a darle una repasada a quince series lanzadas en ese período por Malibu y sus subsidiarias. Algunas son representativas por su longevidad, otras me parecieron interesantes más allá de su brevedad. Todas se originan antes de abril de 1992. Va a ser apenas un punteo cortito.
Ahí vamos:
Pirate Corp$
Estamos en el futuro. La nave New Jersey Devil es la base de un grupo de piratas espaciales, unos simpáticos malandras especialistas en robos pero que evitan matar a la gente. La serie es una gran mezcla de ciencia ficción y comedia, manejada soberbiamente por Evan Dorkin en su primera obra. La serie sólo duró cuatro números en Eternity y Malibu, para luego pasar a publicarse (bajo su nombre y luego como Hectic Planet) por Slave Labor Graphics. Igual esos números alcanzaron para que varios estuvieran atentos a este pibe Dorkin, una promesa que no defraudó. Este fue uno de los pocos golazos críticos de Malibu en esos años.
Adventurers
Un mundo de fantasía típico. Un grupo de aventureros típico de esas historias. Reunidos originalmente con el típico objetivo de conseguir objetos en diferentes catacumbas a cambio de dinero. Y que terminan (típicamente) convertidos en un grupo de personajes que una y otra vez definen con sus hazañas el destino del mundo. Creado por Steve Milo (el dueño original de la editorial Adventure, antes de venderla a Malibu) y escrito y dibujado por una sucesión de guonistas y dibujantes que reproducen bien todos los yeites típicos de la fantasia heroica versión AD&D, Adventurers tuvo tres volúmenes y 23 números de historias que no se escapan un ápice del subgénero, pero que, si no le piden más que eso, se pueden leer sin drama. Típico, o sea.
Leather & Lace
Pamela y Christine son amigas que se enfrentan a la malvada Comandante Velvet Black y su mano derecha Thumper en aventuras que no tienen mucho sentido, pero que siempre son excusas para que haya algún tipo de escena sexual. Todo dibujado y escrito por Barry Blair, que es una versión clase B de Wendy Pini, con personajes muy de cuerpos adolescentes muy expresivos dándole al dunga-dunga y una carencia de fondos notable. De hecho para los últimos numeros el dibujo y los guiones son cualquiera (apuesto a que ahí Blair no dibujó nada y se lo pasó al pendejo ayudante para sacarla con fritas). Bair mismo reconoce que hizo esto (además de un montón de otras historias xxx) porque era lo que le pedían que hiciera (ya que vendía bien) y no quería dejar que el estudio se fundiera. Cuando se cansó, les dejó el estudio y se fue a laburar un tiempo con los Pini en Elfquest, donde volvió a sentir que hacía algo interesante. ¿Algo a rescatar? El dibujo de los veinte primeros números es (apenas) pasable, los guiones son tan tontos que no se pueden tomar en serio y hay un personaje gay al que el resto de los personajes respetan en términos iguales. Poco, pero bueh, es lo que hay…
Scimidar
En el distópico futuro del año 2005, Scimidar es una poeta aclamada mundialmente. También es una de las caza-recompensas más exitosas de EEUU. Esto es porque tiene el poder de absorber los pensamientos y sensaciones de las personas a su alrededor, que alimenta sus capacidades. De alguna manera, eso además la deja siempre lista para disfrutar más todo tipo de sexo, con lo que la vemos seguido en pelotas, dándole al dunga-dunga. Excepto cuando también pelea con dos tonfas aguzadas, que no tiene problemas en usar letalmente contra quien se enfrente en el momento. De hecho la imagen iconica de la serie es ella lamiendo la sangre de la tonfa sensualmente. Fue una de las primeras “bad girls”, creada y escrita por R.A. Jones y dibujada por varios autores, mayoritariamente Rob Davis, un dibujante sólido aunque no particularmente espectacular. Scimidar (pese –o tal vez debido- a su incorrección política) llegó a tener seis miniseries de 4 números cada una entre 1988 y 1992, amén de otros cuatro números en 1995, en la editorial CFD, luego de irse de Malibu.
Bloodlines
Lo que empieza como una historia que parece sobre guerra de pandillas termina como una compleja, oscura (y finalmente trunca) versión de un relato sobre Dios y el Diablo, basado en una obra de Gustav Mahler. Rob Walton (que en los ´90 se va a destacar con un arco de Grendel Tales y – especialmente- su Ragmop) demuestra en esta ópera prima que es un tipo muy interesante de leer y con un dibujo muy maduro. Ojo, sólo dos (de los siete números en total de la historia) son de Aircel (y de hecho publicados previo a la fusión con Malibu), pero la verdad que merece rescatarse. Es de esos proyectos locos que hacen fascinantes a estos años.
Fist of God
Mick Taggert es un ex boxeador y ex combatiente de la Primera Guerra Mundial que se ve envuelto en una aventura que va de México hasta el Kurdistán, en la que terminará por proteger y rescatar a una mujer de la que se ha enamorado: su cuñada. Escrita por R. A. Jones y dibujada por Butch Burcham (en un estilo muy clásico), esto es pulp a la enésima potencia, con trampas mortales, enemigos exóticos, coincidencias asombrosas y heroísmo machista por kilo. Cuatro números que se dejan leer muy bien si les gusta este tipo de material.
(Muy pronto, la cuarta parte)
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