Era obvio que 2019 iba a ser un año importantísimo para Vampirella, y junto a la serie nueva, el facsímil, las nuevas mini-series, más el team-up con Red Sonja, Betty y Verónica, se venían muchos proyectos para celebrar la ocasión del primer medio siglo de la célebre heroína creada por Forrest J. Ackerman.
En Septiembre sale el nº1 de la serie “Red Sonja/ Vampirella” una serie de team-up que reúne a las dos heroínas principales de Dynamite a lo largo de 12 números, escritos por Jordie Bellaire y dibujados por Drew Moss. Esta historia comienza ambientada en 1969, año de la primera aparición de Vampirella, para establecer que este encuentro entre heroínas ocurrió en el inicio de su historia, poco después de llegar a la Tierra desde Drakulon, aunque de movida establecen que ya para ese año ella ya llevaba alrededor de un año y medio en la Tierra, como para justificar el hecho de que ya tuviera un manejo fluido de ciertas cosas y costumbres. Precisamente eso se hace porque a partir del momento en que ambas se conocen, se empiezan a establecer las similitudes y diferencias entre ellas, como el hecho de que por un lado las dos son extrañas en una nueva tierra totalmente desconocida para ambas, como lo es el mundo “moderno” (de 1969, en este caso), pero en definitiva que son mucho más parecidas que diferentes, por muchas razones que se exploran a lo largo de la serie.
Lamentablemente, también tiene algunos desaciertos muy obvios, como algunas inconsistencias, ya que Vampirella se presenta al comienzo de la historia a un científico en una conferencia como “Ella” (en alusión al alter ego que suele usar de vez en cuando, Ella Normandy), mientras que a Sonja, tras llevarla a su habitación se presenta como “Vampirella”, lo que deja al lector preguntándose por qué no se presenta a todos como Ella Normandy en el primer encuentro. Por otra parte, tampoco estoy tan seguro de si Vampirella ya por el comienzo de su estadía en la Tierra había adoptado ese nombre. Me inclino a pensar que no, porque pasó mucho tiempo junto a los Van Helsing, adaptándose, y aprendiendo las costumbres humanas. Tampoco me gustó el chiste de la situación con las hamburguesas. Una estupidez innecesaria, hay muchas formas de mostrar lo inexperta que puede ser una mujer de la Edad Hiboria en el mundo de mediados del Siglo XX. Por suerte, no le dedicaron más de una página, y fue una situación que se dio a entender más que nada por los diálogos, sin desperdiciar espacio plasmando la situación en dibujos.
Como sea, la serie en general está bien escrita, y el dibujo, aunque en principio parece un poco inadecuado para la forma en que estamos acostumbrados a ver dibujadas a ambas heroínas, ayuda a acentuar el hecho de que estamos frente a dos versiones bastante jóvenes de ellas. En ese sentido, funciona bien.
Un detalle llamativo de esta serie, fueron algunas de la portadas alternativas hechas a modo de collage, donde se combinaban imágenes de portadas clásicas con alguna figura dibujada por el artista moderno encargado de la imagen. El resultado es mejor en algunos casos que en otros, obviamente, pero la idea es interesante, y por mi parte soy muy fan del uso del collage como recurso visual en los comics.
A los pocos meses de la salida de la nueva serie escrita por Christopher Priest (digamos, cuando ya habían salido los primeros cinco números), se anuncia una nueva serie titulada “Vengeance of Vampirella”, que no solo retoma el título de la serie publicada por Harris en los ´90, sino que además sería escrita por Tom Sniegoski, emblemático guionista de aquella, quien ya venía adelantando en entrevistas que iba a retomar SU versión de Vampirella, a partir del último número escrito por él, es decir, desde el final de la mini-serie “Death and Destruction” que es cuando Mistress Nyx mata a Vampirella al empalarla con una lanza.
Con esta movida, Dynamite publica simultáneamente dos versiones de Vampirella que siguen arcos argumentales completamente distintos, y que evolucionan de manera muy diferente. También, en el caso de “Vengeance of Vampirella”, lanzan un facsímil del nº1 original publicado en 1992 por Harris.
Priest, por su parte (al igual que en su momento hicieron Nancy Collins en el volumen 2 y Paul Cornell en el volumen 4), hace su propia versión, que parece desconectada de todo lo anterior, pero al igual que sus antecesores, incorpora elementos y personajes de toda la mitología de Vampirella, tomados de distintas eras. Por ejemplo, hay una versión de Nyx en la serie de Priest, que es bastante diferente de la que se ve en “Vengeance of Vampirella”, que es una continuación directa de la Nyx original, escrita por su propio creador.
Priest introduce al lector a la historia de Vampirella a partir de la mirada de un psicoanalista, un profesional que trata de interpretar símbolos en lo que le cuentan y de encasillarlos en estructuras racionales, lo cual se le dificulta cada vez más en las sesiones en las que tiene a nuestra heroína como paciente. Hay una complicidad entre Vampirella y el lector, ya que sabemos que todo lo que ella le cuenta al licenciado, es la realidad concreta de sus vivencias, y no simbolismos como él cree, pero a la vez es inevitable entender el punto de vista del profesional. El intercambio es inteligente y muy divertido, y a través de la forma en que Vampirella va contando cada aspecto de su vida, Priest nos da a entender la forma en que él aborda cada aspecto del personaje, sobre todo en cuanto a sus relaciones interpersonales, con sus aliados, amantes, con el psicoanalista mismo, y especialmente con su madre, Lilith, uno de los personajes más interesantes del repertorio de secundarios, al que los guionistas siempre encuentran nuevas formas de convertir en uno de los personajes más atrapantes para leer. Todo eso, ya desde el primer número, y a lo largo de los 25 que dura la etapa de Priest, se va poniendo cada vez mejor.
No podrían haber encontrado un mejor dibujante que Ergün Gündüz para ilustrar las historias de Priest. Su dibujo tiene las dosis necesarias de detalles, con una línea muy fina y sin sobrecargar sus imágenes con tramados innecesarios. El resultado en la página es realmente deslumbrante, y efectivo. Vampirella particularmente se ve a la vez sencilla y muy sensual. También los personajes secundarios se ven muy favorecidos por esta estética, sobre todo los femeninos. Destaco mucho el diseño de los personajes, y como el aspecto visual de cada uno parece concordar a la perfección con la forma en que están escritos. Es una de esas veces donde la estética desarrollada por el dibujante complementa de forma orgánica la visión del guionista, y realmente sentís que tienen algo diferente para contarte.
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