He-Man and the Masters of the Universe (volumen 1)
La segunda serie publicada en este milenio por DC, consta de seis números escritos por Keith Giffen y James Robinson con arte de varios dibujantes como Philip Tan, Howard Porter o Pop Mhan, y relata una suerte de distopía en Eternia ocasionada por Skeletor.
La historia comienza cuando Adam, ahora transformado en leñador, es atacado por Beast Man en un bosque. El joven logra escapar y comienza un largo periplo a lo largo de todos los feudos en los que se ha dividido Eternia. Junto a Teela, Adam enfrentará uno por uno a los esbirros de Skeletor en sus propios reinos, hasta descubrir qué es lo que está ocurriendo con su mundo. La clave de todo se encuentra en el cráneo que Skeletor le robó a Sir Laser Lot, y que le ha permitido entrar en Grayskull para descubrir sus secretos.
En He-Man and the Masters of the Universe (volumen 2), Keith Giffen, Pop Mahn y Axel Giménez lidian con las consecuencias de la historia anterior por lo que comienza con un funeral multitudinario que no es sino el preludio de una invasión proveniente de Etheria y liderada por Adora. La princesa que fue robada por Skeletor como ofrenda a Hordak en el pasado, regresa a Eternia, lavado cerebral mediante, como generala de los troopers del villano, que superan rápidamente a los guardias de Man-at-Arms.
Ante la matanza de civiles que propician los hordianos, Randor ordena retroceder hasta Grayskull, donde los Masters sufren un sitio por parte de sus enemigos y de Adora, que les da un ultimátum: o He-Man pelea con ella o todos morirán. Como prueba de que habla con la verdad, Adora (que se hace llamar Despara, como se vio anteriormente) se lleva prisionera a Teela, a la que tortura física y psicológicamente. Finalmente, la intervención de Zoar siembra la duda en Adora, que busca la verdad sobre su identidad y la obtiene de la persona menos esperada: Shadow Weaver, quien le cuenta que Sorceress hizo que todos la olviden para lidiar mejor con su pérdida. Mientras tanto, He-Man rediseña su espada en la forja de Grayskull y la deja muy parecida a la de la serie de 2002, al tiempo que modifica su armadura clásica. Hordak llega a Eternia y destruye el Castillo Grayskull, por lo que los Masters deben huir al Dread Point (la torre de vigilancia), donde Randor reorganiza sus tropas para la reconquista de Eternia.
En el nº7 Dan Abnett se hace cargo de los guiones, con Rafael Kayanan y Michael S. O´Hare en los dibujo,s y empieza un nuevo arco de seis números centrado en el deseo del rey Randor de encontrar a una nueva sorceress, convencido de que es la única posibilidad que tiene de vencer a los hordianos. De esta manera comienza una suerte de road trip con He-Man, Battle Cat, Randor, Teela, Moss Man y Stratos en busca del paradero de la Diosa, que creará a una nueva Sorceress.
La comunidad del anil… eh… He-Man y los suyos se dirigen al Monte Zoar, el lugar donde limitan los hemisferios oscuros y claros de Eternia, donde deducen que la solución está en el reino de Subternia, al que se accede a través de las puertas del inframundo. De ahí en más, el equipo se divide en dos, para cubrir más territorio y así descubrir más rápidamente donde se encuentra la Diosa. Sin embargo, un cambio inesperado en uno de los miembros del equipo los lleva a encontrarse con un ejército de hombres serpiente que buscan cruzar la puerta en sentido inverso y volver a la vida para reconquistar Eternia millones de años después de extintos.
En el nº 13 Dan Abnett forma equipo con Pop Mhan (¿es que no hay otros dibujantes que se le animen a los Masters?) para el tramo final de esta serie, centrado en la cruzada personal de Adora contra Hordak. He-Man alcanza a la princesa, que había dejado a Adam para avanzar en su deseo de hacer justicia por mano propia. Adam, por su parte, ha hecho el juramento de que solo se convertirá en rey de Eternia cuando logre liberar a su planeta, pero solo puede hacerlo con ayuda de su hermana, por lo que decide acompañarla en su camino junto a Battle Cat asegurándole que lo que busca está en Anwat gar, la isla de la gente conocida como los Gar, los mismos de la raza de Trap Jaw y de Keldor. Mil años antes, los Gar se convirtieron en los parias de Eternia cuando traicionaron y asesinaron al rey Grayskull, guiados por uno de sus líderes, Adi, quien resultó ser King Hsss camuflado.
En la actualidad, He-Man y Adora llegan a Anwat Gar donde los espera no solo un comité de bienvenida liderado por TriKlops sino también una impactante revelación sobre el linaje de ambos. Durante la invasión a Eternia, mil años atrás, King Grayskull logró echar a Hordak y los suyos a la dimensión de Despondos, donde conquistó el planeta Etheria alimentándose del miedo de sus habitantes (sí, como los de Monsters Inc.). Como el villano no puede entrar a Eternia sin la sangre del héroe, en su momento le salvó la vida a Keldor y lo transformó en Skeletor a cambio de que secuestrara a Adora. Pero como la joven se salió de su control, le ordenó a TriKlops que le lleve una muestra de la sangre de He-Man, objetivo que el mercenario cumplió sin excusas; y de esta manera el maligno está habilitado nuevamente a regresar a ese planeta.
El último número de esta serie, el 19 (guion de Rob David y dibujos de Tom Derenick) actúa a modo de prólogo de Eternity War y vuelve una vez más sobre las bases de la enemistad entre Randor y Keldor, con el foco puesto en la condición de este último de ser un Gar, un paria manchado por la sangre de Grayskull, tal como se mostró en el anterior arco. Situado 12 años en el pasado, el final del episodio muestra a Zodac y Sorceress preocupados por el poder que tiene Adam para entrar en contacto con la eternidad, y sobre todo lo mucho que vale su humanidad, algo que en un futuro lo hará merecedor del título de He-Man.
Hay más He-Man en DC, pero lo dejamos para más adelante.
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