A Makoto Shinkai le parece una exageración ser comparado con el gran Hayao Miyazaki. A simple vista se nota que las temáticas de cada director son diferentes; Miyazaki ama la fantasía, y Shinkai cuenta historias más intimistas cargadas de romanticismo y melancolía.

Makoto Shinkai, Rey del animé independiente

25/08/2010

| Por Andrea Vega

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A Makoto Shinkai le parece una exageración ser comparado con el gran Hayao Miyazaki. A simple vista se nota que las temáticas de cada director
son diferentes; Miyazaki ama la fantasía, y Shinkai cuenta historias más intimistas cargadas de romanticismo y melancolía. Pero si dejamos eso
de lado, hay varios puntos en común que justifican la comparación; al igual que su colega de Ghibli, Shinkai combina un impecable arte visual
con una tremenda habilidad para narrar y transmitir emociones y sensaciones tan intensas capaces de quedar grabadas en la memoria del espectador.
Shinkai es también uno de esos escasos cineastas que comprende que, a veces, menos es más, que una imagen o los silencios pueden decir más que
las palabras, y que posee la habilidad de captar esos momentos significativos que muestran el alma de sus personajes. Pero quizás lo más destacable
es el hecho de que Shinkai ha logrado conservar su libertad creativa y mantenerse alejado de los grandes estudios, con lo cual sus películas
forman parte de ese selecto club del cine de autor.

Un hombre y su computadora

Luego de graduarse de la universidad, Shinkai comienza a trabajar para Minori, una compañía de juegos para PC donde realiza diseño gráfico y
videoclips para distintos juegos. Pero aunque esos videos eran muy buenos, Shinkai se sentía insatisfecho por su corta duración y por no poder
dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. Es así que a partir de 1997 comienza a experimentar con la realización de cortos independientes
en sus ratos libres, usando solamente su computadora personal, y en 1999 concluye su primera obra, Tooi Sekai (Otros Mundos) de apenas un minuto
y medio de duración.

En este breve corto ya se pueden observar algunos recursos visuales y narrativos que caracterizarían obras posteriores: la mirada a una relación
de pareja, la atmósfera evocativa, la narrativa fragmentada, la cuidadosa combinación de música e imágenes, y el detallado escenario costumbrista
con imágenes de trenes, postes, cableados eléctricos, etc. No hay diálogos ni sonido alguno aparte del uso de Gymnopédie Nº 1 de Erik Satie, una
composición clásica que no podría encajar mejor en el ambiente de ensueño creado en este corto. Los dibujos son más bien bocetos y las imágenes
son en blanco y negro.

Posteriormente, y tras 5 meses de trabajo estrena Kanojo to Kanojo no Neko (Ella y su gato), también en blanco y negro y con una duración de casi
5 minutos. En él Shinkai vuelve a hacer el trabajo de un artesano: él mismo se encarga del guión, el diseño de personajes, los fondos, la animación,
la producción, la dirección, y hasta ocupa el rol de seiyuu al hacer la voz del gato. Lo único que no corre por su cuenta es la banda sonora, y esta
obra marca el inicio de una fructífera colaboración con el talentoso compositor Tenmon (Atsushi Shirakawa), su compañero de trabajo en Minori.

Desde su mirada simplista, el gato nos cuenta acerca de la vida con su dueña, de sus sentimientos hacia ella, y sobre todo acerca de la soledad de
una mujer y su esfuerzo por seguir con su rutina diaria mientras carga con un corazón roto. Es increíble cómo Shinkai logra compactar tanta emoción
en tan sólo 5 minutos. La animación y los fondos son impecables, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del trabajo de un solo hombre. El trabajo
de dirección es igualmente destacable; la intención es dejarnos echar una mirada a la intimidad de una mujer sin entrometernos demasiado, y para eso
Shinkai evita los planos generales, usando en su lugar imágenes más bien estáticas con un paneo sobre los personajes o sectores del departamento, y
ángulos de cámara muy bien seleccionados. El uso de música de fondo en este trabajo es mínimo, ya que se priorizan la narración en off y las imágenes
sutiles y reveladoras, como un teléfono tirado en el piso o la ropa sucia esparcida por cualquier lado, para darnos a entender que hay una desilusión
amorosa de por medio. Este impactante corto obtuvo numerosos premios y llamó la atención de CoMix Wave, que se convertiría en la productora de los
futuros trabajos del director.

Tras haber llamado la atención con Ella y su gato, el director decide abandonar Minori para dedicarse de lleno a la realización de su siguiente proyecto,
Hoshi no Koe (Voces de una estrella distante). Aunque recibe ofertas de varios estudios y compañías importantes, Shinkai las rechaza para poder trabajar
con un staff reducido, y nuevamente se encarga de cumplir diversos roles en esta producción. Estrenada en 2002 y con 25 minutos de duración, la historia
de Hoshi no Koe se ubica en el futuro y trata acerca de dos amigos de la infancia que se enamoran, pero acaban por separarse cuando la chica es seleccionada
para unirse a una expedición que parte rumbo al espacio. Su única forma de contacto a partir de entonces serán los mensajes de texto, que tardan meses
o años en llegar dependiendo de la zona del espacio en la que ella se encuentra.

Nuevamente nos encontramos con un film sobresaliente, con un bellísimo trabajo de arte –que esta vez incorpora colores y gráficos en 3D- y un relato
sencillo y conmovedor acerca de un amor a la distancia, cuya única falla reside quizás en el hecho de que su corta duración no permite ahondar demasiado
en la historia y los personajes. Pero Hoshi no Koe reafirmaba el hecho de que Shinkai no solamente sabía crear animación, sino que además era un excelente
narrador y director. Su éxito entre el público y la crítica fue tan grande que posteriormente fue adaptada al formato manga, además de proporcionarle al
director el apoyo necesario para sus próximas creaciones.

Los largometrajes

En 2004 llega Kumo no Muko, Yakusoku no Basho (Mas allá de las nubes, el lugar prometido), que con sus 90 minutos se convierte en el primer largometraje
de Shinkai. Este proyecto contó con un mayor presupuesto que los anteriores y un equipo de alrededor de 100 personas; pero aunque el director ya no hace
todo él mismo, la película no pierde su inconfundible sello personal. En este futuro alternativo, Japón está dividido y ocupado después de la Segunda
Guerra Mundial. Desde el lugar donde viven los tres personajes principales –dos chicos, Hiroki y Takuya, y una chica, Sayuri- se puede observar la torre
que se eleva en Hokkaido, al otro lado de la frontera. Los muchachos habían comenzado a construir un avión para volar junto a su amiga en dirección a la
torre; promesa que nunca son capaces de cumplir debido a la rara enfermedad que comienza a afectar a Sayuri y que eventualmente deriva en la separación
de los tres amigos.

Visualmente, la película es alucinante en todos los aspectos, tanto en la edición como en las composiciones y los fondos, y el diseño de personajes se
nota mucho más pulido. La banda sonora también encaja a la perfección con el tono de la historia. El argumento de ciencia ficción –con idas y vueltas
entre mundos paralelos- y la narrativa que no se enfoca en un único tema hacen que la historia se vuelva algo confusa por momentos; pero aún así Shinkai
de nuevo logra pegarte fuerte en el plano emocional, principalmente gracias a la forma en que construye y lleva a la pantalla las relaciones entre los
personajes. Otra vez, los premios y reconocimientos no se hicieron esperar; de hecho, hasta la versión piloto –con 50 minutos de duración y subida al
sitio web del director con anterioridad- fue premiada y elogiada por el público y la crítica.


Y en 2007 llega la frutilla del postre, la maravillosa Byôsoku 5 senchimêtoru (5 centímetros por segundo), cuyo título hace referencia a la velocidad
en que caen los pétalos del cerezo. La película está compuesta por tres cortos que tienen como eje central a un chico llamado Takaki y se enfocan en
distintas etapas de su vida. El primer segmento, Oukashou, nos muestra el nacimiento de la relación entre Takaki y Akari, una compañera de primaria
que se convierte en su amiga y su primer amor. Los chicos se ven forzados a separarse antes de comenzar la secundaria, cuando la familia de Akari se
muda a otra prefectura; ambos tratan de sobreponerse a la distancia que los separa, y esta primera parte culmina con una mezcla de ansiedad y esperanza.
El segundo segmento, Cosmonaut, está narrado desde la perspectiva de Kanae, compañera de Takaki en la secundaria. Kanae se encuentra en un momento decisivo
de su vida: por un lado está la ansiedad que produce decidir qué camino seguirá en la vida al terminar la escuela, y por otro, tratar de declarar su amor
a alguien que claramente no siente lo mismo. En el tercero, Byôsoku 5 senchimêtoru, vemos a Takaki ya adulto, sumergido en una vida de autoaislamiento y
soledad y aún aferrado al recuerdo de Akari.

El bellísimo diseño de arte, la animación fluida, las impecables tomas y ángulos de cámara, la edición, la suave música de fondo, todo se une en perfecta
armonía para lograr un efecto lírico y delicado y le dan a la historia una intensidad muy difícil de lograr en el cine. Los personajes se sienten muy
reales y su relación está esbozada de manera simple y efectiva; el trasfondo emocional es muy fuerte a pesar de que, en realidad, no se nos dice mucho
sobre ellos. El director logra capturar la emoción y el nerviosismo del amor joven, y lo describe con esa añoranza que surge de saber que lo que más
querés está al alcance de tus manos pero nunca podrás tenerlo. En esto también contribuye el increíble trabajo de los seiyuu, en especial el que interpreta
a Takaki, quien transmite de manera impactante su pena y soledad. El agridulce montaje final, con el tema musical interpretado por Yamazaki Masayoshi, resume
impecablemente la idea de la película; quizás el cine requiera de una conclusión clara, pero las relaciones humanas no siempre la tienen, en especial cuando
la distancia (geográfica o emocional) se interpone entre las personas. Esta joyita significó la consagración definitiva del director, y ahora también cuenta
con una adaptación al manga.

Actualmente, Shinkai se encuentra trabajando en un nuevo proyecto junto al staff de 5 centímetros por segundo. No hay fecha de estreno confirmada ni información
precisa acerca del argumento; solamente se sabe que la protagonista será una chica y que será una historia de amor y aventuras. Pero lo que sí es seguro es que
no somos pocos los que esperamos ansiosamente el regreso de este joven director que ha sabido grabar su nombre entre los grandes del animé contemporáneo.

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