En el año 1940 , tras el éxito de Action Comics y Detective Comics, a la por entonces llamada National (hoy DC) se le ocurre crear más títulos: es así como surgen Flash Comics, Sensation Comics, All-American Comics y Adventure Comics.

Manhunter

22/07/2009

| Por Staff de Comiqueando

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Orígenes Secretos

En el año 1940 , tras el éxito de Action Comics y Detective Comics, a la por entonces llamada National (hoy DC) se le ocurre crear más títulos: es así como surgen Flash Comics, Sensation Comics, All-American Comics y Adventure Comics. Dichas revistas rebosaban de nuevas creaciones : Flash, Green Lantern, Wonder Woman, Hawkman, Hourman y muchos más personajes en calzones largos. Algunos tuvieron éxito y otros no. Entre ellos se encuentra Manhunter, una creación de Joe Simon y Jack Kirby para la Adventure Comics n° 64 (de abril de 1942). El personaje era Rick Nelson, un cazador que al ver como su amigo, el policía Donovan, es asesinado por un villano llamado The Buzzard, decide convertirse en un superhéroe de traje rojo y máscara azul. Al número siguiente Rick Nelson pasaría a llamarse Paul Kirk. El personaje no dura mucho: llega hasta el n°80 de Adventure Comics y volvería por última vez en el n° 92.

Pero ojo, que este no es el único Manhunter de la Edad Dorada: un mes antes, Quality Comics presentaba en el n°8 de la célebre Police Comics a Dan Richards, un policía que para defender a su amigo Jim (acusado por un crimen que no cometió) se disfraza y va con su perrito robot Thor a pegarle a los malos. Parece una joda, pero la Golden Age era así: inocente.

A Dan Richards le iría un poco mejor que a su contraparte de DC: llega hasta el 101 de Police Comics, pero igual no importa, porque Quality se funde y le vende todo a DC en 1956. Posteriormente saldría en All-Star Squadron como integrante de los Freedom Fighters (a diferencia de Kirk, un miembro de los All-Star) y “moriría” en Infinity Inc. a manos de su nieta, Marcie Cooper, la nueva Harlequin, en un crossover de Millenium.


Su nombre es Kirk, Paul Kirk

Luego de Adventure Comics, Paul Kirk (como muchos personajes de la antología) tardo años en volver a asomar la cabeza por el DCU. Afortunadamente, en los 70 se juntaron dos grandes: Archie Goodwin y Walter Simonson y realizaron una obra maestra. Apareció como back-up (complemento) de 8 páginas en Detective Comics desde el n°437 al 443. La historia es sencilla: tras morir aplastado por un elefante, el cuerpo de Paul Kirk es congelado y posteriormente resucitado por la organización Council que le explica que han usado su ADN para crear clones de Kirk (que ahora posee un factor curativo) y con ellos alcanzar la dominación mundial. Luego de ser entrenado en las artes marciales por Asano Nitobe recibe la orden de matar a la agente de Interpol Christine St.Clair. Kirk se rebela y junto con St.Clair y Nitobe emprenden una lucha contra Council (a la que se le une Batman), que termina con el sacrificio de Paul Kirk y la muerte de todos sus clones.

La historia es sencilla, pero está tan bien escrita por Goodwin y tan maravillosamente dibujada por Simonson que gana unos 8 premios en el lapso de 2 años. Fue reeditada por primera vez por Excabilur en blanco y negro, editada a color por DC en los 80 y recopilada en 1999 en un TPB llamado Manhunter: The Special Edition, que contiene una historia con trama de Goodwin, pero como había muerto poco antes de que saliera la recopilación, Simonson encontró un modo de seguir con esa historia: haciendola muda, sin diálogos. El resultado es impresionante y es un gran homenaje a Goodwin.

Más clones de Kirk aparecieron en series como la bizarrísima Secret Society of Supervillains o la Power Company de Busiek y Grummett, pero todos fueron asesinados. Otra que la pena de muerte.

La bonaerense del espacio

En un lejano planeta llamado Oa vivían unos enanos azules (que no eran los pitufos) que en su ansias de sabiduría y control inventaron la Batería de Poder, una gigante linterna verde que contenía una energía cósmica basada en la fuerza de voluntad. Pero antes de que esa energía y su batería pertenecieran a los Green Lantern Corps, los oanos (autodenominados “Guardianes del Universo”) hicieron un intento: Los Manhunters.

Dichos Manhunters eran robots controlados por los Guardianes, hasta que empezaron a rebelarse y a buscar justicia a cualquier costo. Al convertirse en máquinas asesinas, los guardianes los destruyeron, pero quedaron algunos exiliados. Y según actualizaciones de Geoff Johns, el primer acto de rebeldía de los androides fue la masacre del sector 666 (hogar del Imperio de las Lágrimas, alienígenas que le revelan a Abin Sur la profecía de la Blackest Night).

Pasan los años y tras irrisorias apariciones en Green Lantern, los Manhunters y Grand Master vuelven con todo en la saga Millenium, donde tienen como objetivo evitar que el Guardian de Oa Herupa Handu y la Zamaron Nadia Zafir reúnan a 9 elegidos que anticiparán la evolución de la humanidad, la llegada del milenio. Para impedir eso, los Manhunters infiltran agentes en humanos y planean conquistar a la Tierra. De más está decir que Millenium es abyecta, pedorra y seguramente el peor guión de Steve Englehart, con un Joe Staton chotísimo y con aún peores tintas de Ian Gibson. Las consecuencias: una pésima serie de los New Guardians que se hunde tras 12 números y una nueva serie de Manhunter.

Actualmente, el nuevo Green Lantern Corps (con Jordan a la cabeza) destruyó una base Manhunter donde estaban varios Green Lanterns en suspensión animada. Los Manhunters sobreviven como las nuevas baterías de poder de los Sinestro Corps, y su Grand Master es Hank Henshaw (otrora Cyborg-Superman).


Un hombre llamado Mark

Ni siquiera terminan los 70 y ya el nombre de Manhunter comienza a cobrar importancia.

Estamos en 1975 y Jack “King” Kirby realiza el n°5 de la antología 1st Issue Special (donde DC probaba conceptos nuevos como Atlas, Dingbats of Danger Streets y demás bizarreadas) y presenta a un nuevo Manhunter: Mark Shaw.

El número es bizarro, aún para los estándares de los 70. Un anciano Manhunter sin nombre (cuyo traje es idéntico al primer Paul Kirk) lucha con un ridículo villano llamado Chopper en una cueva con “cabezas parlantes”. Tras esto, le solicita a su jefe (el Grand Master) el retiro. He aquí que oportunamente al abogado Mark Shaw, (frustrado por no poder salvar a su cliente Joe Burk de las garras de la cárcel), su tío le otorga el medallón del León, un enlace con el Grand Master. Tras esto, se transforma en el nuevo Manhunter y sale a golpear a unos matones que responden a The Hog (un jefe criminal que quiere muerto a Joe Burk). El final de esa historia nunca fue revelado, ni siquiera en el Secret Origins n° 22 (crossover de Millenium).


La próxima aparición de Shaw será en Justice League of America (en una saga que abarca los n°s 140 al 145 de la serie), escrita por Steve Englehart, y acá Shaw aparece por primera vez como el superhéroe Privateer y se une a la Liga, pero hete aquí que Shaw también es el villano Star-Tsar… Red Tornado descubre el chamuyo y a prisión de una. Tras participar como Privateer en el Suicide Squad (antes y durante Millenium), Mark Shaw soluciona temporalmente su esquizofrenia gracias a la terapia del Dr. Simon La Grieve, médico del Squad.

Luego de eso, protagoniza una digna serie regular de 28 números, a cargo de Ostrander y su mujer Kim Yale en guiones, y que tiene muchos números dibujados por Grant Miehm.

Shaw es un cazador de recompensas que se ve inmerso en escenarios tan dispares como la mafia Yakuza (y su líder, el villano cambia formas Dumas) o un enfrentamiento con Flash y alienígenas Durlanos (en el crossover de Invasión!).

La fuertísima conexión con el Squad empieza a disminuir después de Janus Directive, para seguir profundizando la relación de Shaw con la oficial de policía Silvia Kandrey. Tras unos números menores contra villanos pedorros y un encuentro con Batman, comienza la saga final de la serie: Saint and Sinners, donde vuelve Dumas con los yakuza, y donde Shaw abre los ojos y se da cuenta de que el sendero del león, del manhunter, está pavimentado de sangre. Y todo termina donde comenzó: en el templo del Grand Master. La página final del número 28 nos muestra a Shaw de la mano con Silvia, dejando atrás la máscara del Manhunter. Pero a alguien se le ocurre que Shaw tiene que morir en Eclipso: The Darkness Within junto al resto de los Shadow Fighters… ¿será así?. Sigan leyendo y lo sabrán.


Se nos vino la hora…

Luego de la mediocre Zero Hour, a DC se le ocurre que (aparte de bofes como Xenobrood o Darkstars) haya un nuevo Manhunter: para ello convocaron a Steven Grant (en cuyo haber se encontraban una triste etapa en Vampirella y boludeces varias) y a Vince Giarrano, un dibujante francamente MEDIOCRE, clon incapaz de Liefeld, McFarlane, Jim Lee y demás fauna. Y ya que mencionamos a McFritas, las similitudes entre Spawn y el protagonista de este volumen de Manhunter no son casuales. Desde el diseño del personaje se nota que es un choreo absoluto a la “creación” de Todd. Y si pasamos al “guión”, esto es más que evidente.

Chase Lawler es un ex-músico que fue poseído por una representación del miedo llamada Wild Huntsman, un ser que desde tiempos inmemoriales vive para matar. El lacayo del Huntsman es el Manhunter, que está condenado a cazar y matar por siempre. En los primeros tres números se nos cuenta ese “origen” atado con alfileres, en una serie que nunca debió ser publicada. Cierra con un crossover con Underworld Unleashed, contra el Psycho-Pirate y Mark Shaw con el traje de Dumas (no estaba muerto, andaba de parranda). En las páginas finales, Sarge Steel explica que Shaw siempre fue un doble agente del gobierno, mientras que a Lawler la alcaldía de Star City le ofrece pagarle (debido a los destrozos que ocasiona) 5000 dólares mensuales si no opera más como Manhunter. Rajá y no vuelvas.

Abogada del diablo

Tras Identity Crisis, el guionista Marc Andreyko (frecuente colaborador de Brian Michael Bendis en obras como Torso) trajo de vuelta a Manhunter, con pollera. La cínica abogada Kate Spencer, cansada de que la justicia libere a los asesinos (cualquier parecido con Su es pura coincidencia), decide robarse de un juzgado diversas “pruebas”: el traje de un Darkstar, los guantes de Bat-Azrael y el Power Baton de Shaw. Con esto y su ira, sale a asesinar al metahumano caníbal Copperhead. Luego de esto, extorsiona a un ex-convicto, Dylan Battles, para que la ayude en su cacería. De día, Spencer es una abnegada madre y abogada (puede llegar a defender tanto a Wonder Woman como a uno de sus rivales, el enfermizo Dr. Psycho), pero como Manhunter carece de piedad: es juez, jurado y ejecutor.


Acá se rescata toda la continuidad de las series anteriores y todos los anteriores Manhunters mueren asesinados por Mark Shaw en su identidad de Dumas (luego es buscado por la Orden de San Dumas para ser el nuevo Azrael). Aparece Cameron Chase, agente del D.E.O (que pega onda con Dylan) y su jefe Mr.Bones, que extorsiona a Spencer con hacer pública su identidad de justiciera si no trabaja para él.

Otro de los puntos importantes de la serie son las conexiones con la Golden Age: Kate se enfrenta a su padre biológico, Walter Pratt (hijo de dos Young-All Stars, Iron Munro y Phantom Lady) que lleva el apellido Pratt porque fue adoptado por Al Pratt (Atom). Y para seguir honrando a Infinity Inc., aparece Obsidian, gay y de novio con Chris, abogado del estudio de Kate.

Un acierto es la actualización del origen de los Manhunters: tras la caída de un androide en los años 30, el gobierno yanki experimenta el implante de nanobots en seres humanos. El primer experimento es Dan Richards, pero al no obtener los resultados que se esperaban, encuentran a Paul Kirk. Kirk les sirve durante un tiempo, pero se rebela, muere y llega Mark Shaw. Acá viene la rosca: TODO lo de 1st Issue Special y gran parte del Volumen Dos son ficciones instaladas por el gobierno yanki (Dumas y Shaw son la misma persona). Pero entonces… ¿cómo pudo Shaw volver a aparecer si había muerto junto a los Shadow Fighters en Eclipso?. Muy simple: el Manhunter que murió no era Mark, sino un soldado adiestrado para actuar como él. Al estar oficialmente “muerto”, Mark le servía mejor al gobierno como Dumas.

Las ventas bajan y la serie cierra por primera vez en el n° 30 con la conclusión del arco dedicado al juicio de Wonder Woman por el asesinato de Maxwell Lord. La campaña de los fans para que vuelva la serie no se hizo esperar, y al poco tiempo sale el n° 31, ya con Michael Gaydos (Alias) reemplazando al gran Javier Pina en la faz gráfica.

El nivel de la serie empieza a decrecer un poco: a una estirada saga con el Squad y las Birds of Prey (de la que Kate es miembro) le siguen los dos últimos números que (esta vez si) cierran la serie. Ambientados años en el futuro, vemos al hijo de Kate (Dylan) como el nuevo Manhunter, a Dylan hecho crosta, a Mark Shaw vivo y a una nueva Jade, hija de Obsidian, en una lucha contra el villano Sweney Todd (si, como el de la peli de Tim Burton). El final no es la gran cosa, y quedan varios cabos sueltos por cerrar. Con todo, es una gran serie, de las mejores de los últimos años.

Pero a no deprimirse: Kate aparece en Battle for the Cowl y tiene un complemento en la serie regular Streets of Gotham, con guiones de Andreyko y dibujos de Georges Jeanty. La caza nunca termina…

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