HACE 67 AÑOS, APARECIO UNA TIRA EN LOS DIARIOS DE EEUU QUE A SIMPLE VISTA PARECIA UNA MAS DE CHICOS TRAVIESOS. PERO PRONTO EMPEZO UNA EVOLUCION NO SOLO DEL DIBUJO SINO TAMBIEN DE LOS TEMAS, UN PERIPLO FASCINANTE QUE DURO 50 AÑOS Y QUE NOS DEJOS UN CLASICO ABSOLUTO DEL NOVENO ARTE, AL QUE ES IMPOSIBLE NO REVISITAR DE VEZ EN CUANDO. ESTE ES EL GENIAL Y ENSIMISMADO UNIVERSO DE
GOOD GRIEF, CHARLES SCHULZ
¿Cómo podemos perder cuando somos tan sinceros? (Charlie Brown)
Dos chicos caminan bajo la lluvia. Uno de ellos reflexiona, “La lluvia cae sobre justos y pecadores.” El otro mira al cielo, pensativo, y contesta, “¡Ése es un buen sistema!”
Los mismos chicos hablan sobre cómo actuar cuando se presenta un problema. Uno dice, “Creo que la mejor manera de solucionar los problemas es evitándolos,” a lo que su amigo contesta, algo ofuscado, “¿Y si todos hicieran lo mismo? ¿Entonces qué? ¿Qué pasaría si todas las personas en el mundo de pronto decidieran huir de sus problemas?” El otro piensa un rato y contesta, “Bueno, al menos correríamos todos en la misma dirección.”
Detrás de un puesto de limonadas con el cartel CONSULTORIO PSIQUIATRICO, una nena escucha los problemas de otra. “Mi problema es que le tengo miedo al jardín de infantes. ¡Ni siquiera sé por qué! Trato de razonarlo, pero no puedo”. A lo que la joven psiquiatra contesta, “No eres diferente del resto. Cinco centavos, por favor.”
Religión, psiquiatría, filosofía, educación… para la pandilla de Peanuts, nada parece demasiado complejo para ser analizado. La tira tenía más de 30 años cuando tuve mi primer contacto con ella a mediados de los ‘80, cuando ya hacía tiempo se había convertido en una fuerza de la cultura pop, con best-sellers en su haber, especiales de TV –serie animada incluída- y toda clase de merchandising. Por aquel entonces, gran parte de su contenido me superaba; era difícil ver más allá de lo que estaba frente a mis ojos. En tiempos de limitaciones a la libertad de expresión, Charles Schulz –el padre de la criatura- fue capaz de trascender la broma de turno y utilizar historias aparentemente inofensivas para hablar acerca de la experiencia humana. En gran medida, Peanuts ayudó a definir la tira cómica contemporánea: los dibujos limpios y minimalistas, el humor sarcástico, la cruda honestidad, la increíble vida interior de la mascota de la casa, el tratamiento serio de los niños, el merchandising a gran escala. De muchas maneras, Schulz marcó el rumbo que prácticamente todos los dibujantes han intentado seguir desde entonces.
SOY UN PERDEDOR
“No era odiado en realidad. A nadie le importaba tanto.” (Charles Schulz)
No es que hubiera indicios de que el joven Charles Schulz estuviera destinado a la grandeza. Nacido en Noviembre de 1922, creció en un vecindario de clase trabajadora en St. Paul, Minnesota. Sus padres –un barbero alemán y un ama de casa noruega- eran emocionalmente distantes y extrañamente desatentos con su único hijo. Muy al estilo Charlie Brown, la vida de Schulz fue una frustración tras otra. En sus primeros años de primaria fue adelantado un grado, pero lo compensó al fallar en cada uno de los cursos siguientes, siempre un paso atrás de sus compañeros. Por el resto de su carrera escolar sería el más joven, pequeño y extraño de la clase. Para cuando llegó a la secundaria, se había vuelto tan tímido que era prácticamente invisible para los demás.
Su único orgullo era su habilidad para el dibujo, y su gran oportunidad de distinción parecía haber llegado cuando presentó algunas caricaturas para el anuario escolar, pero fueron rechazadas. Jugaba al béisbol, pero su equipo siempre perdía. Era demasiado tímido para hablarles a las chicas, y tuvo su primera cita recién dos años después de graduarse.
Naturalmente, Schulz no fue a la universidad. En lugar de eso tomó un curso de dibujo por correspondencia. Fue reclutado por el ejército en 1943 y entrenado para disparar, pero echó a perder la única oportunidad de usar su arma. Días antes de concluir la guerra, alcanzó a ver un par de soldados alemanes, puso su arma en posición y apretó el gatillo; sólo hizo “clic”. Había olvidado cargarla.
Entre 1947 y 1950, Schulz vendió 17 caricaturas al Saturday Evening Post. Durante ese período, además, realizó un comic semanal de una sóla viñeta llamado Li’l Folks para el St. Paul Pioneer Press –que incluía embriones de lo que luego serían personajes de Peanuts. Aunque de hecho, aparecía solamente cuando el editor podía hacerle lugar. En principio había pensado en una tira de acción, pero comenzó a dibujar niños porque eso era lo que parecía vender más. Eventualmente se aventuró a solicitarle más dinero al editor. ¿Su respuesta? “No”. ¿Y qué tal si le da a Li’l Folks un espacio regular en la página de comics? “No”. ¿Entonces quizás debería dejar de hacerla del todo? “Bueno, dejémosla.”
Ese fue el último gran bajón de Schulz. Cuando su trabajo fue seleccionado por United Feature Syndicate, se decidieron por la nueva tira de cuatro viñetas en la que había estado trabajando. Ésta era bastante similar al panel, pero tenía un elenco de personajes definido en lugar de diferentes niños sin nombre. Quizás el nombre se habría mantenido de no ser por su similitud con otros dos comics de la época: Li’l Abner de Al Capp y la ya olvidada Little Folks. Para evitar confusiones, el sindicato le puso el nombre de Peanuts, un título que al autor no le agradaba porque, según él, carecía de dignidad.
La tira comenzó a ser publicada el 2 de Octubre de 1950, al principio en sólo siete diarios. El crecimiento fue lento; tomaría un largo tiempo para que el dibujo evolucionara, para que las cabezas se agrandasen, para que las extremidades se encogieran. La popularidad a gran escala llegaría en los ‘60, cuando parecía hablarle a cada persona que experimentaba la brecha generacional; y entonces casi se vio inundada por una ola de merchandising, a tal punto que los fans comenzaron a quejarse de que Schulz se estaba vendiendo. Lo que salvó a la tira fue la elevación de Snoopy al rango de personaje principal, y cómo su vida de fantasía sin límites -casi surrealista- frecuentemente se apoderaba de ella.
Algunos biógrafos aseguran que sus regulares estados depresivos y el deterioro progresivo de su matrimonio con Joyce Halverson –su primera esposa- contribuyeron a alimentar el éxito de su obra. Su segundo matrimonio –esta vez con Jean Clyde- fue más tranquilo, pero Schulz parecía estar mucho más comprometido con su trabajo.
Peanuts se publicó sin interrupciones durante casi 50 años, llegó a aparecer en más de 2.600 diarios en 75 países, y durante todo ese tiempo Schulz escribió y dibujó él mismo cada viñeta. En Noviembre de 1999 llegó el diagnóstico de cáncer, y a causa del debilitamiento que produjo la quimioterapia en el autor, su retiro fue anunciado un mes después. Finalmente murió el 12 de Febrero de 2000, la noche anterior a la publicación de su última tira.
Schulz puso una cláusula en su contrato de que todo terminaría con su muerte. En su tira de despedida escribió: “Queridos amigos: Siempre he estado agradecido por la lealtad de nuestros editores y por el maravilloso apoyo y amor que me ha sido expresado por los fans de esta tira. Charlie Brown, Snoopy, Linus, Lucy… ¿cómo podría olvidarlos?”
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