Las declaraciones de Lautaro Ortiz en la entrevista que le concedió recientemente a Javi Hildebrandt generaron una fuerte ola de respuestas en las redes sociales, sobre todo entre los referentes del ámbito de la historieta autogestiva, que se sintieron agredidos por los dichos del coordinador de Fierro. Varios de ellos nos pidieron derecho a réplica, y por eso abrimos este espacio, donde rescatamos apenas algunas de las múltiples voces que se oyeron (y leyeron) en estos días.
La frase más polémica de Lautaro parece haber sido esta: ”Todas las pequeñas editoriales que surgieron en estos años o casi todas, tienen en su haber una historia que salió en Fierro. Si Fierro es el lugar de concentración y difusión, ¿qué han aportado a esa difusión las editoriales?”.
Responde Bruno Chiroleu, autor y editor del sello Términus :
Las editoriales chicas hacen algo que vos no: ESTAR. Las editoriales chicas hacen algo que vos no: MIRAR. y ESCUCHAR. Y las editoriales chicas van a todos los lugares de encuentro, y los editores chicos se pierden los fines de semana sentando el orto en eventos desde ínfimos a medianos o grandes, y en esos eventos los editores HABLAN. CON. LOS. LECTORES.
En esos eventos los editores PROMUEVEN, MOTIVAN, SEDUCEN y GENERAN. A veces -sólo a veces- con algún material publicado en la Fierro. LA GRAN MAYORÍA DE LAS VECES, con material propio. E incluso sobre ese material publicado en la revista (no siempre generado para la revista en sí) ¿sabés qué? Muchos lectores ni se acercarían si tuvieran que pasar por sobre la monstruosa cantidad de prueba y error que apareció en esas páginas. Eso que vos llamás «arte» como cualquier provocadorcito adolescente de cuarta. Pero que es sólo vos marcando tarjeta antes de tiempo en la oficina.
Sos vos ni gastándote en pensar.
De hecho ¿sabés qué? Mejor chequeá bien qué es lo que alguien se toma el trabajo de recopilar en libro, porque ese es material por el que alguien está dispuesto a correr un riesgo REAL. Alguien se está jugando EN SERIO por esa historieta. Agradecé a los que republican el material de la revista, porque son los únicos que le están dando un soporte que va a durar en el tiempo.
Porque, en fin, ellos EDITAN. Ellos CURAN, ellos CUIDAN.
Vos administraste un McDonald’s, y uno que heredaste. Ni lástima, llegás a dar.
Agrega Renzo Podestá, autor y editor del sello Le Noise:
La culpa de Ortiz siendo Ortiz no es de Ortiz… ¿cómo podría un descerebrado que vive en un raviol de moco tan grande que se piensa que puede dominar dichos mocos ser responsable de algo?.
La culpa de que Ortiz sea Ortiz es estrictamente de los autores. Sí señor, una vez más los autores. Por no saber qué hacer cuando existe una persona que te dice que te banca pero que en el fondo te está cagando. Por no saber discernir que tu laburo malpago tiene como responsable directo a esta persona. Por no saber interpelarlo cuando el mismo Ortiz enuncia que si la Fierro es mala es por culpa de sus autores. Por flexibilizar su ética laboral a cambio de un capital simbólico que se come a sí mismo.
El maremoto Ortiz ningunea a todos por igual. ¡E incluso a sí mismo! Al contradecirse de un modo casi analfabeto, primero criticando lo autoral para luego ponderarlo, primero criticando al formato serial para luego decir «aguante la serialización», genera una cacofonía que quedaría simpática sino fuera de cartón pintado, ya que el tipo te está diciendo, ni más ni menos, que no tiene la más puta idea de lo que está diciendo. Y así como no tiene ni idea, entonces lo único que puede llegar a generar es daño. Ya no polémica, simple daño.
Su mala leche pasa por el clásico patrón de comportamiento del que se sube al carajo del barco a bardear sin saber que la base hace rato está podrida. Su actitud de gallito causa gracia al conocer el detalle de que, tarde o temprano, el chiste de Fierro va a cumplir su ciclo. No hablo de cierre al corto plazo, sino que tarde o temprano sus palabras se las va a tener que meter en el culo. Y lo mejor de todo es que él va a ser 100% responsable de eso.
Porque de última a Ortiz hay que pensarlo como la patronal. Desde ese punto de vista, Diego Parés al defenderlo es un simple carnero, un tipo que no tiene ningún problema en manejar un doble discurso y en avalar una estructura que sólo lo beneficia a él. Y menciono a Parés como mero ejemplo, porque son muchos los que se suman a defender a Ortiz quemando los puentes de la credibilidad. Y los que no lo defienden ni lo atacan quedándose callados, establecen un silencio aún más esclarecedor y ruidoso que un comentario al pasar. El que calla, otorga.
Pónganse a pensar, amigos: podríamos haber tenido la mejor revista de historietas del mundo y sólo fue cercenada de cuajo por dos viejos petes que lo que menos le interesa es la historieta. Esta mala experiencia podría haber durado lo que un pedo en un canasto, pero duró la friolera de 10 años por la sencilla razón de que los autores son unos quemalibros de mierda.
Este es el aporte del Capitán Manu, autor :
Los tipos que organizan Dibujados, Comicopolis o Crack Bang Boom.
Los que organizan el Docta, el EPAH, y tantos otros.
Los tipos que mantienen editoriales independientes autogestivas sacándole jugo a las piedras para poder sacar los libros que sueñan (y que soñamos todos con leer).
Los tipos que son autores integrales rompiéndose la espalda dibujando de noche cuando salen de la oficina por el sólo amor profundo que tienen a esta cosa tan linda que es contar historias con dibujitos. Y encima después se gastan el aguinaldo y se auto-editan. Y después se queman las pestañas y no faltan a nada.
Te juro que nunca, nunca, NUNCA, escuché a uno sólo de estos laburantes decir «Toda la movida autogestiva existe gracias a mí y a mi trabajo». Nunca. Te juro.
Hasta hoy.
Debo ser medio pelotudo, qué sé yo.
Se suma también Brian Jánchez, autor y editor del sello Noviembre:
Fierro no importa hace años y menos la opinión de un tipo que no sabe escribir «recibido» y apretar el botón enviar.
Reflexiona Paula Andrade, autora y editora del sello Gutter Glitter:
Independientemente de las condiciones en las que sale la Fierro, y sin rechazar su rol como, por ahora, la revista impresa de distribución masiva de comics serializados, hablar de que es EL lugar de difusión y concentración es ridículo. También es ridículo estar ciego a que la gran mayoría del material hoy editado no salió en la Fierro ni necesitó o necesita a la Fierro para su difusión; o negar que gran parte de los lectores de historieta no consumen la Fierro. O que, de esas editoriales a las que alude, muchas no tienen ni un libro que haya salido en la Fierro en el catálogo. Y eso no las perjudicó, como tampoco perjudica a la Fierro. Ni hablar de la ausencia plena siquiera a considerar a los eventos como los focos de difusión.
Hay agujeros, demostraciones de ignorancia y errores de juicio por doquier, todo encima para sostener una posición que no desmerece sólo el trabajo de las editoriales o eventos, si no que desmerece y le resta la complejidad y potencial de diversidad que sí posee al ambiente del comic nacional en general, además de terminar manchando a la Fierro misma, cuando todas esas palabras vienen de su editor. Una muy triste y limitada visión, incluso en su desviación de la realidad.
Ahora, no pienso perder un segundo con su definición de lector y su justificación para la serialización y toda esa parte re colorida. Cuando la gente quiere ponerse en eshpeshial snowflake, no hay argumento lógico que valga.
Agrega Nicolás Brondo, autor y coordinador del extinto sello Llanto de Mudo:
20 años editando mas de 300 títulos de historieta.
Un editor muerto.
¿Qué más querés que aportemos, culiado? ¿el orto? De alguna forma u otra ese también lo pusimos. Y sangre también. Y sudor. Y miles de paginas con millones de viñetas.
Ayayay, si estuvieras acá, hermano…las cosas que hay que leer…
Se suma a las críticas también Aleta Vidal, autora:
La entrevista es todo autoelogio, defensiva y todo muy «yo hago las cosas diferentes, y si no les gustan es porque no las entienden, además como las hacen los demás son una mierda, yo elijo ser diferente, y nadie más hace nada, somo los únicos, los de afuera son boludos». Realmente eso es lo que se siente al leer la entrevisa, muy mala onda. Si quiere decir otra cosa, no se expresa bien. Ningunear al libro porque editas revistas tambien es choto, yo qué sé. Creo que tal vez tenía ganas de generar esto, y mientras no se convierta en puterío (tarde tal vez), viva el intercambio. Yo por mi parte, no quiero que se hunda ni Fierro ni nadie. Eso.
Algunas reflexiones de Diego Rey, autor y editor del sello Hotel de las Ideas :
Primero me gustaría alejarme de poner fuego en una horda o adular en forma incondicional, me parece que la entrevista es estupenda porque deja que un proyecto que duro más de 120 números se exprese a través de su editor.
Después hay cosas en las que concuerdo y en otras no, en primer lugar creo que la Fierro de estos tiempos tiene por lo menos tres o cuatro etapas bien marcadas.
La primera, la inicial, donde recurre a los autores de la primera época mostrando su poder de convocatoria. La segunda, a mi manera de ver la más interesante y rica, donde se vuelca a autores que no habían tenido en publicaciones locales masivas toda la continuidad que si le dio la revista (aunque algunos si ya publicaban en el extranjero, no estaban sus obras en el ámbito local). Donde hay consolidación de autores como Minaverry, Saenz Valiente, Túnica, Lucas Nine, Diego Parés, Fer Calvi, Salvador Sanz entre otros.
La tercera etapa en donde se vuelca a historietas, de estos autores, en forma más larga dándole 20 páginas de cada serie de forma continua en números a veces y con intervalos otras. En esta etapa ya hay deserciones de artistas y se nota en la revista que no hay una renovación.
Y en la cuarta, la más despareja a mi criterio, donde vuelven a tener protagonismo algunos de los que actuaron en la Fierro primera época y queda encerrado en un círculo más chico de autores.
Para mí la actualidad es lo que más aleja a la revista del medio “historietístico”, la falta de renovación hacía las nuevas generaciones, los nuevos artistas que surgieron durante la publicación de la revista en editoriales independientes, en zines y autopublicaciones.
Salvo excepciones dentro de la revista y sí en el blog, un apéndice de la revista, esa evolución en la mirada no se dio.
Esto lo aleja del medio y lo hace preguntarse cuál es la difusión que hacen las editoriales independientes por la historieta, que ha ido creciendo en gran medida todos estos años y ha ampliado la base de la producción exponencialmente desde la vuelta de Fierro.
Si tuviera la mirada alerta sobre el movimiento que se genero en paralelo y que probablemente le deba algo a Fierro, esta se retroalimentaría y podría renovarse.
Desde la vereda de enfrente, Esteban Podetti (autor) cuestiona los ataques contra Ortiz:
Sinceramente me parece excesiva y sobreactuada la furia que están manifestando. El reportaje es larguísimo y en él reflexiona y habla de un montón de cosas, pero se agarran de una frase dicha al pasar para insultar a Lautaro como si él tuviera la culpa de… ¿exactamente de qué? ¿De dirigir una revista, de armar un portal de historietas? Francamente no lo entiendo, ni tampoco entiendo el aparente deseo malsano de que Fierro se hunda.
Y tratando de poner paños fríos en el asunto, surgió la voz de Quique Alcatena (autor):
La entrevista a Lautaro Ortiz que publicara Comiqueando Online ha generado controversia y crispación. No está mal que se de lo primero, pero lo segundo, en mi opinión, ha llegado a excesos de ira que deberían evitarse. Respeto y admiro la obra de muchos que han atacado a Lautaro, y por eso me entristece tanta virulencia ante dichos que no hay por qué compartir o aprobar, pero que de ningún modo justifican tanto encono. En lo personal, nunca trabajé para Fierro, pero sí en el proyecto de Historietas Nacionales para Telam que Lautaro organizó y dirigió, y sólo tengo gratitud y reconocimiento a la gran labor, muchas veces a contrapelo de la política del organismo, que Ortiz llevó a cabo.
El de la historieta es un medio chico: en mayor o menor medida, nos conocemos todos. En mayor o menor medida, todos tiramos para el mismo lado. Hay matices, sí, y a veces notables, pero estamos todos en el mismo barco.
Por supuesto, la polémica sigue abierta para que opinen todos los que así lo deseen.
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