Te encontrás, de casualidad, con la chica de tus sueños (literalmente). Se conocen, charlan, hay onda. Empiezan a salir. Y cuando parece que todo marcha sobre ruedas… aparece el pasado. Y para seguir la relación tenés que enfrentarte y derrotar a los siete ex novios de tu chica, que no están para nada contentos. ¿De dónde salió está idea? De contemplar una parte de la pequeña y preciosa vida de
Los jóvenes de hoy en día
Vago, despistado, inmaduro, olvidadizo… estos adjetivos –y unos cuantos más de la misma índole- son los que mejor le caben a Scott Pilgrim, pero aún así (o por eso mismo), nada nos impide que a las pocas páginas de conocerlo inmediatamente queramos adoptarlo como nuestro nuevo amigo. Con 23 años, Scott vive en Toronto en un minúsculo y desordenado departamento junto Wallace Wells, su amigo gay, que en vano trata de mantener una cierta armonía en el hogar y no pocas veces sirve como “voz de la conciencia” ante las patinadas de su compañero. En sus ratos libres –o más bien, en sus ratos ocupados, ya que Scott es un eterno desempleado- toca el bajo en Sex Bob-Omb, banda de rock que integra junto a sus amigos Stephen Stills, guitarrista y verdadero talento del grupo, y la baterista Kim Pine, chica seria y un tanto misteriosa que tuvo un breve affaire con Scott en sus años de secundaria. La banda ensaya en la casa del joven Neil (Young Neil en inglés, guiño-guiño), que aguanta estoicamente el maltrato que los tres jóvenes prodigan a sus instrumentos. 
Los vaivenes amorosos de Scott lo llevan a relacionarse con Knives Chau (de 17 años), una virginal colegiala de ascendencia oriental, que no tarda en perder por completo la cabeza por su nuevo novio. Conociéndolo a Scott, ya sabemos que esta pareja no va a durar demasiado, pero sin dudas nada nos prepara para la forma en que se desenvolverán los acontecimientos.
La verdadera acción arranca cuando Scott vive un sueño recurrente en el que se topa con una cautivante señorita que anda en rollers. Y no poca será su sorpresa cuando se encuentre con la chica en el mundo real. Mediante averiguaciones descubre que su nombre es Ramona Flowers, que acaba de mudarse desde Nueva York y que siente compulsión por cambiar de look constantemente. Como llamado por el destino, Scott se obsesiona con la chica y hace lo imposible por estar con ella. Un par de charlas, paseos y confidencias bastan para que empiecen una relación. Pero como la vida es cruel y jodida (y recién vamos por el primer tomo y nos quedan cinco más por completar), los problemas para Scott entran sin pedir permiso. Más allá del llanto y el acoso de la inocente Chau después de ser dejada por su “héroe”, nuestro peregrino se las verá negras cuando se entere de que para conquistar el corazón de Ramona tendrá que enfrentarse a puño limpio contra sus “seis o siete” ex novios, conocidos en el transcurso de la historia como La Liga de los Malvados “Exes”. Sin ser para nada un valiente, pero decidido a quedarse con el amor de Ramona, Scott hará de tripas, corazón y no preguntará cuántos son sino que vayan saliendo.
En el medio aparecerán también las “exes” de Scott, las peleas con sus amigos y dudas existenciales sazonadas, como corresponde a una comedia, con mucha ironía y humor. La pequeña y preciosa vida de Scott (como el título que da nombre al primer tomo) encierra una historia indudablemente preciosa pero –en calidad, repercusión mediática y ventas- nada, pero nada pequeña.
De cada amor que tuve tengo heridas
La lectura del apartado anterior o una mirada somera sobre la obra podría llevarnos a pensar que se trata de otra comedia romántica más para adolescentes. Pero, aunque sí tiene grandes dosis de humor y romance, hablar así de Scott Pilgrim es, cuando menos, reduccionista. Su autor, el canadiense Bryan Lee O’Malley ha sabido dotar a la historia y –sobre todo- a su personajes de una serie de matices que los despegan de las habituales tramas de enredo amoroso.
En esto influye sobremanera la aparición de elementos fantásticos, presentes en las batallas entre Scott y los “exes” y en la figura misteriosa de Ramona, que por momentos parece casi irreal, como un sueño materializado de la mente del protagonista. Estas inclusiones sorprenden al comienzo, y pueden llegar a descolocar un poco al lector, pero con el correr de la historia y su uso recurrente, se integran con naturalidad al universo de la obra. Así, podemos ver a Scott pelear contra un pequeño robot en el medio de una fiesta sin que a nadie se le mueva un pelo, o ingresar al subconsciente de Ramona a través de una puerta escondida en plena calle.
El ingrediente que logra amalgamar estas dos temáticas en apariencia disímiles es el humor. La historieta está recorrida permanentemente por un tono irónico y de complicidad con el lector que nos señala que nada de lo que está ocurriendo es totalmente en serio –cada tanto los personajes recuerdan algún hecho del pasado y recurren a frases del tipo “eso pasó hace como dos tomos”. Este estilo distanciado en la narración no le quita ternura ni emotividad a las escenas románticas, pero sí evita –y lo bien que hace- cualquier atisbo de intención melodramática.
También es notable la referencia a los videojuegos. Con el transcurso de los volúmenes, la batalla de Scott contra los “exes” de Ramona se asemeja cada vez más a los niveles que debe sortear un personaje de video hasta llegar al “jefe” final. “Sabía que quería estructurar esta historia como si fuera un video game” cuenta O’Malley. “Lo otro era que mi esposa, mi novia en aquel entonces, me contó que había salido con tres tipos que se llamaban Matt –no al mismo tiempo, sino en distintos momentos de su vida. Siempre me pareció algo gracioso, así que pensé que sería divertido dibujar una historia sobre los exes. De alguna manera, cayó después toda la parte ‘malvada’”.
En el aspecto gráfico, es casi una obviedad decir que el estilo de O’Malley abreva mucho en el manga (hasta se han producido algunas discusiones en Internet, bastante inútiles, sobre si es o no completamente un manga). Lo cierto es que el autor resuelve una multiplicidad de expresiones con un trazo simple y personal, y la influencia de la historieta japonesa se nota más que nada en las escenas de acción, en los encuadres, la puesta en página y el ritmo de las peleas. “Estaba más metido con el animé que con el manga en esos días” añade el autor. “Así que me conseguí algunos artbooks y traté de imitar los trabajos de gente como Tsukasa Kotobuki (diseñador de personajes de Saber Marionette J) o Range Murata (Robot), y no podía. Creo que no tengo la habilidad técnica para dibujar como esos tipos. Pero sí podría ser como Rumiko Takahashi, si tuviera unos quince asistentes como los de ella!”.
El diseño austero de los personajes contrasta con el trabajo detallado de los fondos, en el que se retratan lugares y negocios reales de la ciudad de Toronto. Con el correr de los tomos se aprecia la evolución en el dibujo de O’Malley, y se destaca especialmente en el último el gran trabajo en la elaboración de los fondos, en el que colaboran los dibujantes John Kantz y Aaron Ancheta.
Scott Pilgrim consta de seis tomos publicados por la norteamericana Oni Press entre 2004 y 2010. Tenemos también el especial Free Scott Pilgrim, un comic-book que narra una pequeña aventura de Scott, Ramona y Wallace que se ubica entre los tomos 3 y 4. Además, en la antología Comics Festival 2007 apareció una historia de cuatro páginas a color protagonizada por Kim Pine. Y para cerrar, en 2006 se publicó un breve comic sobre Sex Bob-Omb en el semanario canadiense Now. Todos estos “extras”, junto a un buen número de ilustraciones, acuarelas y avisos publicitarios, se recopilaron en el libro Scott Pilgrim full colour odds & ends 2008.
Desde 2012, Oni Press lleva adelante una re-edición de la obra completa en tapa dura y a todo color, que se completó durante este año con la publicación de los dos últimos tomos.
Camino a la fama
La repercusión de Scott Pilgrim resultó totalmente inusitada. Se ganó no solo los favores del público –que lo convirtió en el best-seller indiscutido de la editorial-, sino también de la crítica que lo reconoció, entre otros galardones, con dos premios Harvey: en el 2007 como “mejor comic de humor” por el tercer volumen, y en 2008 como “mejor obra original”.
Ante tamaño éxito, nadie iba a perderse la posibilidad de llevar al personaje a otros formatos, y el productor Marc Platt “opcionó” la obra poco tiempo después de aparecido el primer volumen. Para mantener el tono irónico de la historieta se necesitaba un director con el talento suficiente para no caer en los clásicos clichés de las comedias románticas. Es así como en 2009 se contactan con el británico Edgar Wright, director de la aclamada parodia de zombies Shaun of the Dead, que se suma al proyecto antes de realizar su siguiente hit, Hot Fuzz. O’Malley, que al principio guardaba ciertas dudas sobre la película, se tranquiliza con el arribo de Wright y colabora junto a Michael Bacall en la escritura del guión.
El rodaje arranca en marzo de 2009, con Michael Cera (La Joven Vida de Juno, Supercool) como Scott Pilgrim; Jason Schwartzman (Viaje a Darjeeling), como Gideon Graves, uno de los ex novios de Ramona; y la poco conocida Mary Elizabeth Winstead como la obsesión amorosa de Scott. Brandon Routh, a esta altura casi una parodia de sí mismo, participa en un pequeño papel como Todd Ingram, otro de los integrantes de La Liga de los Malvados Exes.
Finalmente, el 13 de agosto de 2010 se estrena Scott Pilgrim vs. The World (título homónimo al del segundo libro de la saga). El film tiene un despliegue visual muy interesante y refuerza las referencias a los videojuegos que se plantean en el comic. Cabe aclarar que el final de la película no tiene nada que ver con el de la historieta, dado que al finalizar el rodaje O’Malley no había ni siquiera escrito el último libro. La peli logró una buena recepción del público y críticas favorables, pero su rendimiento en taquilla no fue el esperado. También podemos disfrutar del corto animado Scott Pilgrim vs. The Animation –que cuenta el breve romance entre Scott y Kim en sus años de secundaria- realizado para Adult Swim (lo pueden ver completo aquí: http://youtu.be/a2SfXYIssJQ).
Es poco probable que esta serie te haga reflexionar sobre los misterios de la humanidad, el absurdo de la existencia o la infinitud del cosmos, pero si buscás una lectura entretenida y que no te tome por idiota, tenés que leer a Scott Pilgrim. En más de un aspecto y en más de ocasión vas a sentir que te pasan las mismas cosas que a él. O tal vez, como me ocurrió a mí, te pongas a rememorar viejas aventuras y te des cuenta que, “a la final”, no sos tan joven como pensabas.
Blame Canadá!
Nacido en Canadá en febrero de 1979, Bryan Lee O’Malley comenzó su andanada profesional en la misma casa editorial de Scott Pilgrim, Oni Press. Sus primeras labores fueron como letrista en distintas series y en el dibujo de “Ground Zero”, la segunda miniserie de Hopeless Savages escrita por Jan Van Meter. En 2003 le publican su primera novela gráfica, Lost at Sea, sobre una chica que busca su alma robada por un gato. En sus 200 páginas, la obra despliega un dibujo y una narrativa bastante diferentes a lo que luego se vería en Scott Pilgrim, pero aún así alcanzan para que O’Malley acapare la atención de lectores y colegas y se convierta en un autor con una promisoria carrera.
Luego de su gran éxito, el muchacho se tomó un buen tiempo para presentar una nueva obra larga, y lo hizo este año con una novela gráfica: Seconds.La historia nos cuenta sobre Katie, dueña del restaurante que da nombre a la historieta, que una noche recibe la visita de una extraña chica de pelo blanco de nombre Lis. Esta visitante le regala un anotador, un hongo y las instrucciones para invocar un hechizo que le permite re-escribir parte de su pasado. Luego de comprobar su efectividad, Katie comienza a abusar de sus poderes y, por supuesto, los acontecimientos se le irán de las manos.
Seconds continúa la línea cómica de Scott Pilgrim y se aprecia a un O’Malley muy afianzado en su dibujo, con un excelente trabajo en los fondos (en los que contó con la ayuda de Jason Fischer) y una interesante apuesta en el color, realizado por Nathan Fairbairn. Seguramente vamos a escuchar hablar bastante de Seconds el año que viene, cuando se entreguen los premios a la producción de 2014.
Dejanos tus comentarios:
Tenés que iniciar sesión para poder comentar.