Te invitamos a conocer a un autor que rompió todos los moldes en los ´80 y hoy está más vigente que nunca.

Sento (parte 1)

23/10/2023

| Por Gregorio Guerrero

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Nacido en la ciudad de Valencia en el año 1953, Vicente Llobel Bisbal (más conocido como Sento), es uno de los mayores exponentes del movimiento conocido como Nueva Escuela Valenciana.

Egresado de la Facultad de Bellas Artes, Sento comenzó su trabajo como historietista en 1975 con fanzines como Ademuz Km.6 y Els tebeus del Cingle y colaboraciones para El gat pelat. Dentro del sello de Els tebeus del cingle, publicará su primer historia totalmente en solitario: Dau Dau Companya. En estas 20 páginas ya podemos empezar a apreciar la profesionalización del estilo de dibujo en comparación con obras anteriores. Se nota fuertemente el compromiso y las horas de esfuerzo, junto con la cinetica que bien lo caracterizara en el futuro, con lineas gruesas y angulosas, y fondos plagados de negros.

Su primer trabajo profesional no tardaría en llegar, y a principios de 1980 en el nº 4 El Víbora, se estrena Mundo Curioso. Una página compuesta de cuatro tiras, donde objetos inanimados cobran vida y experimentan situaciones inverosímiles. El dibujo tiene una naturalidad asombrosa y se nota muchísimo la influencia de su colega y amigo Micharmut.

Entre 1980 y 1984, Sento publicara el grueso de su material en las tres antologías más importantes del momento: Bésame Mucho, El Víbora y Cairo. Dentro de estas publicaciones podemos rescatar primero las historias de Barranchina, en Bésame Mucho. En su mayoría escritas por el mismo Sento, cuentan la historia de un cantante que se ve inmiscuido en problemáticas de índole mafiosa. A nivel argumental no presentan mucho atractivo, pero el dibujo es una exageración del estilo que luego veríamos en obras futuras. Arrancar por las puntas para luego llegar a un medio armonioso. Una suerte de extremo absoluto en lo que respecta a la crudeza. No vas a ver ni una sola línea curva (ni siquiera en las letras), y todo es energía cinética explosiva página tras página.

En los nºs 24 y 25 veremos Tiempo de arrebato, una historia a color que transcurre en la ciudad de Alicante (la influencia de la comunidad Valenciana en la obra del autor es muy predominante). Nuevamente con un argumento un tanto simplista pero bastante efectivo, Sento nos deleita con su dibujo estilizado y nos muestra que lo suyo no es solamente el blanco y negro, sino que su estilo funciona muy bien también cuando el trabajo es a color.

Finalmente, en el nº 27 de la antología se publica El último Seat 600. Esta vez la historia es fascinante, puramente absurda y situada en Venezuela, una mezcla de espías y chinos, todos confabulados en conseguir el último modelo vigente de este auto. Sento pasado de rosca.

Sus trabajos para El Víbora serán menos abultados pero no por eso menos relevantes. Hay unas tres apariciones de Mundo curioso, y luego llegan los trabajos de Sento con otros guionistas. Primero tenemos las colaboraciones con el argentino Carlos Sampayo en El viernes a las 9 y La Pausa.

La primera de ellas es simplemente brillante, un Sento furioso en su dibujo y un Sampayo totalmente iluminado. Sin embargo la segunda pareciera estar más ligada a una situación que debiera estar sucediendo en Barcelona en ese momento, y es difícil de sentirse conectado a la misma. Además son sólo dos páginas, que obviamente dejan con ganas de mucho más a cualquier fan de estos dos monstruos.

Luego, en el nº 49 aparecerá Ruinas de Tibidabo, con guion de Onliyú. Esta vez, Sento modifica un poco su estilo para hacerlo más suave, menos duro, y la historia no aporta mucho. Es probablemente uno de sus trabajos menos interesantes, ya que a esta altura éramos conscientes de lo que uno podía esperar de este dibujante.

 

En 1983 realizaría una nueva obra como autor integral, publicada por la Editorial Arrebato: Romance. De una longitud menor a un álbum (aproximadamente unas 33 páginas), Sento nos introduciría en la vida de ocho valencianos para contarnos una historia emotiva y cotidiana, con tintes históricos. Aquí el dibujo permanece bien estilizado, y incorpora una paleta de color extraña, acotada a violetas y naranjas, algo que no volveríamos a ver en su trabajo. Es sin dudas una obra íntima, precisa y eficaz.

(el lunes, la segunda parte)

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