Solemos decir que los ´90 fueron "la década infame" para el trepamuros, pero sin embargo hay algunas hermosas historias para rescatar.

Spider-Man en los ´90

02/01/2019

| Por Ezequiel Saccon

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493682._SX360_QL80_TTD_En busca de la magia perdida

No es ningún secreto que la década de los ´90 fue la peor para nuestro querido trepamuros. Eventos como Maximum Carnage o la nefasta Saga del Clon, pasando por Capítulos Uno totalmente fallidos, hundieron de tal manera la fama del personaje que cuesta y mucho ser lector del mismo durante aquella época. Pero me propuse hacer un poco de trabajo de arqueología y rescatar algunas pequeñas gemas perdidas en el tiempo y entre la multitud de material de dudosa calidad del Araña.

Para empezar, y siguiendo un orden cronológico, debemos remontarnos al año 1993 y a un número de aniversario, la serie The Spectacular Spider-Man festejaba su número 200 con el final de una saga en donde ocurre un hecho importantísimo para la mitología arácnida: la muerte de Harry Osborn, el mejor amigo de Peter, evento hoy fuera de continuidad tras la polémica One More Day (en el caso de quien escribe, OMD nunca ocurrió y lo de Harry es inamovible, en fin..). Esa historia, maravillosamente escrita por el amigo J.M. DeMatteis y dibujada como los dioses por el legendario Sal Buscema, no sólo es un excelente número, si no también la última historia decente que tendrá lugar dentro de las páginas de las series regulares arácnidas. Al mes siguiente comenzaría la ya mencionada Matanza Máxima y las series se hundirían en el abismo.

Spider-Man_and_Batman_Vol_1_1Debemos pasarnos entonces a proyectos especiales como por ejemplo la miniserie de tres números Mutant Agenda (de Steven Grant y Alex Saviuk, 1994) que tiene la curiosa particularidad de haber sido adaptada simultaneamente a las tiras de prensa del personaje y luego a la serie animada de Spider-Man (muy recomendable por cierto). Al año siguiente se da rienda suelta a dos proyectos sobre el personaje tremendamente interesantes: En primer lugar, un team-up intereditorial nada más y nada menos que con Batman, un prestige titulado Spider-Man/Batman, firmado por el propio J.M. DeMatteis y muy bien dibujado por Mark Bagley que tendrá una muy correcta secuela en el año 1997 (Batman and Spider-Man, esta vez con dibujos de Graham Nolan).

El segundo proyecto es la hoy ya clásica serie regular denominada Untold Tales of Spider-Man, escrita por Kurt Busiek, que venía de romperla con Marvels (Busiek-Ross, 1993/94) y de lanzar casi al mismo tiempo Astro City, y dibujada por Patrick Olliffe (Thor, Thor Corps). En sus 25 números y algún que otro especial, los autores no sólo homenajean la etapa original del personaje de Steve Ditko y Stan Lee sino que rescatan, entre tanta mediocridad de sus series hermanas, los elementos básicos y la esencia del personaje y su mundo. Además, y como si le faltara algo, las historias enganchan a la perfección entre diversos números de Amazing Spider-Man de la década de los´60. Un oasis en el desierto, sin duda alguna.

Spider-Man_Hobgoblin_Lives_Vol_1_2Pero la verdadera papa fina de la década la encontramos doblando la esquina, en 1996, y nuevamente en una miniserie de tres números que marca el regreso de quien fuera el mejor guionista arácnido de los años ’80: el señor Roger Stern. El tío Roger, que había dejado un grato recuerdo entre el fandom arácnido por una tanda de memorables números (incluído el mítico 250 de Amazing Spider-Man), volvió para cerrar algunos cabos sueltos de su legendaria etapa y para ello contó con unos inmejorables socios creativos: el gran Ron Frenz a los lápices y los mismísimos George Pérez (sí, ése George Pérez) y Bob McLeod a las tintas. La miniserie, titulada Hobgoblin Lives, es una pequeña joya, indispensable para todo seguidor del Araña y particularmente para los que disfrutamos de la etapa de Stern con el personaje.

Ya estamos llegando al crepúsculo de nuestro recorrido pero no podemos irnos sin mencionar un curioso especial del año ’97, un one-shot de apenas 48 páginas o casi, pero con la particularidad que marca el momentáneo regreso de los mismísimos Stan Lee y John Romita Sr., aunque usted no lo crea. El especial (con argumento de Tom DeFalco), llamado Kingpin, no solo reúne a ambos autores si no también a Spidey y a Daredevil para enfrentarse a su enemigo mutuo. Una pequeña delicia para los fans más clásicos del personaje.

81aLEDixh8LEstoy seguro que quedarán otras obras meritorias del personaje durante esta década (me viene a la mente The Lost Years, otra vez con DeMatteis y Romita Jr., pero parte de una coyuntura muy particular, la ya mencionada Saga del Clon, aunque a fin de cuentas es disfrutable por sí misma), pero creo que con las mencionadas rescatamos unas cuantas cositas como para leer amenamente del personaje.

Indispensable mencionar el que tal vez sea el mejor producto realizado sobre el trepamuros durante esta década, la hoy ya clásica Spider-Man: The Animated Series (o Spider-Man a secas como la conocíamos en su momento), maravillosa adaptación de las mejores historias de nuestro héroe durante sus primeros 30 años de vida. Curiosamente esta serie nace en 1994, año que podríamos marcar como el fin de la continuidad clásica (si tomamos a la Saga del Clon como quiebre creativo y editorial de la misma). Es ahí donde la magia del trepamuros y su mitología no desaparecen sino que se mudan a otro medio y durante 65 episodios y 5 temporadas (hasta 1998) dan cátedra de cómo contar buenas historias de Spider-Man.

Se nos terminó la expedición, espero no se hayan robado ningún objeto de valor (si alguien vió un escarabajo por favor entregar al señor Kord) y si por esas cosas de la vida les cae en sus manos alguna de las obras mencionadas en nuestra somera lista de hoy, denle una oportunidad, tal vez se lleven una agradable sorpresa de parte de su amistoso vecino.

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