Dos años después de la saguita en Defenders, Mark Gruenwald continúa la historia (justo donde la había dejado De Matteis) en una miniserie de 12
números, que se adelanta unos meses a los superhéroes crepusculares que nos darán Moore y Miller en DC. Respecto a este punto, creo necesario
aclarar lo siguiente:
El propósito de Gruenwald no es mostrar los aspectos más perversos del superhéroe como en Watchmen o el Grim and Gritty más cabeza de Dark Knight,
sino más bien lo contrario. Este guionista presenta al superhéroe como una persona buena por naturaleza (lo cual no quiere decir que sea perfecto
ni mucho menos). Dicho esto…¿en dónde radica el error de compararla con obras de Moore o Miller?: en el contexto.
La obra de Gruenwald muestra nada más y nada menos a superhéroes metidos en un contexto político-filosófico muy jodido. Después de la presidencia de
«Richmond» (un clon, bah), Other- Earth queda sumida en el caos total: a la violencia civil se le suma el déficit económico de la tierra, y el Squadron
está hasta las manos: no sólo no saben que hacer, sino que la gente los odia. Revelar la verdad sería inútil (¿alguien se va a creer que un alienígena
les lavó el cerebro a todos?), por lo tanto, hay que encontrar una solución urgente. Power Princess tiene una idea: ella vino a la Tierra como emisaria
de su hogar, la Isla Utopía (Isla Paraíso), y su misión era extender la filosofía utopiana, pero los conflictos de la Tierra ocuparon su tiempo y cuando
ocurrió el lanzamiento de la bomba atómica, los utopianos decidieron marcharse hacia las estrellas. Ella se quedó como emisaria en la Tierra, y pese a
que lo intentó, nunca pudo convencer a nadie de que una utopía era posible. Quizás ahora la gente pueda creerle. Hyperion la respalda: Cuando formaron
el Squadron original, siempre usaron sus poderes para perseguir al crimen, sin involucrarse en los grandes problemas de la humanidad: la pobreza, la guerra,
la enfermedad, las diferencias sociales, etc. Ahora que el mundo está literalmente en llamas, es el momento de actuar. De que el Squadron sea, de una vez
por todas, Supremo.
Lógicamente, no todos están de acuerdo: Nighthawk le echa en cara a Hyperion los defectos de su plan: el Squadron no debe imponerse por sobre la Humanidad y
crear una utopía: si esta llega, será por la mano del hombre y no porque los superhéroes la impongan…¿qué pasaría si alguien está en desacuerdo con esa
utopía? ¿lo mandas en cana, lo matás?. Pese al inquietante dilema, los superhéroes votan (en vez del pueblo) y con 10 a favor y 1 en contra, se pone en marcha
el Proyecto Utopía. Nighthawk renuncia a su puesto en el Squadron y deja la presidencia, no sin antes planear matar a Hyperion con una bala de Argonita
(kryptonita), pero su código moral es más fuerte y desiste. Encontrará otra forma de terminar con la dictadura. Un detalle importante del primer número es que
se recuenta la lucha contra Over-Mind pero en ningún momento se menciona a los Defenders ni al clon de Kyle Richmond.
No voy a relatar todo con lujo de detalles porque no tendría sentido, así que me aboco a lo que considero más importante: Los padres de Nuke se mueren de
cáncer (causado por las radiaciones que emite su hijo), y este presiona a Tom Thumb para que consiga una cura, por lo que viaja al futuro, donde reina el Scarlet
Centurion (posible encarnación de Kang) para pedirle una cura. El Centurión indica que antes debe pagar un precio: matar a Hyperion con una pastilla de argonita,
aunque eso significaría obtener la Panacea, cura de todas enfermedades…¿sería justo matar a un superhombre si eso valiera la salvación de miles de vidas
humanas? Thumb no accede y vuelve a su era, para encontrarse con la furia de Nuke, que huye prometiéndole matarlo ni bien sus padres mueran. Pero no se irán
solos: Thumb también tiene cáncer.
Pasan dos meses, y la ausencia de Nuke empieza a preocupar a Hyperion, por lo que envía al Dr. Spectrum a buscarlo. Tras una pelea (con el hermano menor de Nuke
en el medio), Spectrum encierra a Nuke en una burbuja, éste intenta escapar quemando el aire de la burbuja, y muere. No será el único. Spectrum queda traumado debido
a su irresponsabilidad, su soberbia, y deja de usar su poder salvo para trabajos menores, como quemar armas. Y tras el desarme, Thumb crea un elemento más para
consolidar la utopía. La B-Mod, o «máquina de modificación conductual». ¿Qué hace la máquina? «borra» patrones de comportamiento que uno decida… en el caso del
Squadron, se usará para eliminar el crimen y que los convictos sean reinsertados en la sociedad. No elimina la personalidad del individuo, pero lo convierte en un
ser incapaz de dañar a cualquier persona. Ahora…¿esto es ético?¿Se justifica «lavarle el cerebro» a un violador, un asesino, aún cuando vaya en contra de su
libertad? Porque seamos sinceros, se está rebajando a su nivel, «violando» su cerebro… Por más que se haga con motivos nobles, sigue siendo una aberración…
¿o no?
Pero al Squadron esto no le importa, y con solo dos votos en contra (Arcanna Jones y Amphibian, claramente el más «díscolo» del grupo) se aprueba la moción. Aunque
supuestamente la B-Mod se iba a usar sólo con los criminales, esto no desalienta a Wyatt Wingfoot (Golden Archer), para lavarle el bocho a Lady Lark… ¿la razón? Ésta
ama a Blue Hawk. A Wyatt (tanto o más terco que Ollie) esto le da por las bolas, por lo que usa la máquina para que Lady Lark lo ame y puedan casarse. Por lo tanto,
la mina se convierte en alguien sumamente insoportable, que vive pendiente a toda hora de Wyatt y apenas lo deja respirar. Obviamente nadie del Squadron se entera y
luego de esto a Wyatt le gana la culpa y se las toma, sólo para ser secuestrado por el Institute of Evil (un grupo de villanos con «pastiches» de Gorilla Grodd,
Elongated Man, Parasite y otros sin duplicados en DC, como Dr. Decibel y Foxfire).
El Institute se entera de la existencia de la máquina B-Mod, y van secuestrando a familiares de los miembros del Squadron, y a Tom Thumb. De hecho le «lavan el cerebro»
y lo vuelven malvado, a él y luego a todo el Squadron… ¿o no? No: se hicieron los boludos y le siguieron la corriente al Institute, que desconocía que la B-Mod sólo
podía tener efecto si era usada por los miembros del Squadron. Conclusión: todos los miembros del Institute son capturados y sometidos a la máquina, que elimina su
comportamiento criminal, por lo tanto pasan a ser miembros del Squadron.
A partir de este suceso, la historia se pondrá cada vez más interesante, ya que Nighthawk se aliará con diversos villanos para derrotar al Squadron, (entre ellos Master
Menace, alias Emil Burbank, el Luthor del Squadron), Hyperion quedará ciego, un castigo por matar a su clon «bizarro» del Squadron Sinister, los miembros del Institute
son desprogramados, pero dudan de traicionar al Squadron, ya que les ha dado todo, etc.
Todo conduce a un final IMPRESIONANTE, una verdadera «guerra civil» entre Hyperion y Nighthawk, con muertes inesperadas de ambos bandos. Y luego, con Hyperion rendido a
sus pies, Nighthawk explica que la utopía prefabricada del Squadron sólo podía funcionar con superhombres como ellos, que creen en el bien por encima de todas las cosas.
Pero cuando ya no estén, la utopía de hoy será el estado totalitario de mañana, y nadie podrá evitarlo. Pero la joda no termina acá: Foxfire (que ama al Dr.Spectrum) mata
a Nighthawk, y Lamprey (Parasite) muere por sobrecarga de energía. Tras tanta muerte, tanto dolor, Hyperion entra en razón y se rinde, no sin antes prometer desmantelar lo
antes posible el sistema que, en su soberbia, había creído que salvaría al mundo. Y como broche de oro, tras tanta muerte, la vida: Arcana Jones da a luz un niño, Benjamín,
que inicia una nueva era para el Squadron y su mundo.
Pese a todas sus limitaciones (principalmente la faz gráfica, con un mediocre Bob Hall y un Paul Ryan digno, más un número con un Buscema abocetado a más no poder), a que
no innova claramente en narrativa (está contada de una manera tradicional, típica de los ´70 y principios de los ´80), esta miniserie siembra ideas que después serán vistas
en comics como Dark Knight, Watchmen, Civil War, Identity Crisis o Kingdom Come. Los superhéroes de Gruenwald, llenos de errores, que se dejan llevar por su egoísmo y
su soberbia, son un hallazgo importante. Este comic, con un dibujante del carajo, hubiese sido una obra maestra, reconocida por todo el mundo. Pese a todo, hace un aguante
importante y tranquilamente queda entre los mejores comics de Marvel de esa década. Casi nada.
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