Superman sopla 75 velitas y tiene película nueva. Gran momento para repasar sus inicios y revisitar a sus creadores.

Superman: el origen (parte 1)

10/06/2013

| Por Martín Fernández Cruz

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A la hora de escribir una nota que conmemore los 75 años de Superman, uno se topa con la idea de que la importancia del personaje estuvo más por fuera que por dentro de las páginas. Allí, sin superpoderes ni identidades secretas, dos chicos comunes, a los que les gustaba escribir y dibujar historias, pelearon contra viento, marea y hasta contra la industria que ellos mismos ayudaron a construir. Más que un festejo de los 75 años del Hombre de Acero, esta nota es un merecido tributo a Jerry Siegel y Joe Shuster, los forjadores de leyendas, los creadores de

Superman+1939+Fair+Splash+Page

LOS CHICOS DE CLEVELAND

siegel-shuster-286x300Jerry Siegel era aun muy joven cuando su padre fue asesinado de dos tiros mientras cerraba el local de la familia. La brutal pérdida marcó al niño de por vida, y como le pasó a Bruce Wayne, redefiniría el destino del muchacho. Jerry era un niño judío, hijo de inmigrantes llegados de Lituania, y siempre fue un gran lector de pulps y toda clase de  novelas fantásticas. Tras la trágica muerte de su padre, el muchacho encontró en esos relatos fantásticos la mejor manera de canalizar la tristeza que sentía. Sus primeros pasos profesionales los dio en un fanzine sobre ciencia-ficción que él mismo escribía  y en el diario escolar: The Torch (si, como el de Chloe Sullivan), en donde trabajó con Lois Amster, una compañera de la que estaba secretamente enamorado y cuyo nombre Jerry utilizaría algunos años más tarde para bautizar al interés romántico de Clark. Y si bien Jerry no era un tipo introvertido, tampoco era el alma de la fiesta. Por esos años, Siegel fantaseaba con tener  poderes especiales y así atraer la atención de sus compañeras. En The Torch, el muchacho escribió varias reseñas de libros que le interesaban, y creó a uno de sus primeros personajes: Goober The Mighty, una parodia de Tarzan.

1939Por esos años, Joe Shuster también era un muchacho de 14 años apasionado por los relatos de aventura y cuyo principal hobby era el dibujo. Un día un amigo suyo, Jerry Fine, ve algunas de sus ilustraciones y le dice “¡Vos si que sabés dibujar!”. Joe se sintió halagado por el comentario, y dibujó una tira llamada Jerry The Editor en honor a Fine, que cuando la vio, le dijo a Joe: “si vas a estudiar en Glenville High, tenés que conocer a mi primo, Jerry Siegel, él también ama los comics”. Finalmente los jóvenes se conocieron, pero no hubo química instantáneamente y tardaron un buen tiempo en hacerse amigos y colaboradores.

Comenzaban los años ‘30 y Dick Tracy hacia vibrar a los jóvenes. Jerry era un gran fan de otro personaje mítico de por aquel entonces: The Shadow. Como Joe no tenía mucho dinero, Jerry solía prestarle revistas y el dibujante copiaba y perfeccionaba su estilo artístico. La primera colaboración entre ambos fue una historia de Goober, pero comenzaron a dejar de lado el humor para incluir nuevas herramientas de corte más aventurero. Jerry comenzó a mandar esas tiras a diferentes diarios en busca de trabajo, pero a ninguno parecía interesarle las tiras creadas por la dupla. Jerry, por su cuenta, comenzó a mandar algunos de sus relatos pulp a revistas especializadas, pero tampoco había suerte. Y como al joven escritor no le daban cabida en ninguna publicación, decidió él mismo editar una revista a la que llamó Science Fiction: The Advance of Future Civilization, la cuál escribía prácticamente entera bajo diferentes seudónimos. Por esos días, Jerry leyó una obra que sería de una gran influencia para su carrera: Gladiator, una novela de Philip Wylie, editada en 1930. El libro contaba la historia de Hugo, un muchacho hijo de un científico, quien bebido a varios experimentos de su padre, tenía una resistencia sobrehumana, era a prueba de balas y podía alcanzar velocidades imposibles para un ser humano corriente. Este fue indudablemente el embrión de Superman.

SUPER IDEA BUSCA EDITOR

NEWCOMICS_10En 1933 Jerry escribe The Reign of the Superman, bajo el seudónimo de Herbert Fine, y la historia contiene un par de ilustraciones a cargo de Shuster. El relato se centraba en un científico que le otorga a un hombre elegido al azar la posibilidad de tener grandes poderes. Pero en vez de hacer el bien, el hombre decide emplear sus habilidades para el mal; finalmente mata al científico y descubre que sus poderes eran temporarios. El cuento es recibido con los brazos abiertos por los lectores de la ciencia-ficción.

Por esos días, comenzaban a editarse algunas revistas que por primera vez estaban compuestas exclusivamente de historietas. Entre ellas, llamó la atención de Jerry Detective Dan, ya que era un personaje original creado para esa revista. Siegel se contactó rápidamente con su amigo y le dijo que ellos también debían crear un personaje y hacer historietas. Fue así que ambos comenzaron a trabajar en lo que sería Superman. Al principio, Siegel lo planteó como un aventurero, sin traje ni nada por el estilo. En paralelo, el dúo comenzó a trabajar en Popular Comics, una revista en la que ambos pulieron mucho su talento al dedicarse a distintos géneros. Mientras tanto, Superman seguía sin encontrar editorial que quisiera publicar sus historias. Los jóvenes artistas contínuamente retocaban el concepto de Superman para ver si en alguna editorial les aprobaban el proyecto, pero no tenían suerte (en una editorial les propusieron que hagan del personaje un detective picaresco con problemas de polleras, pero ni a Siegel ni a Shuster les gustó mucha esa idea).

superman_in_actFue así como pasaron seis años con la carpeta bajo el brazo, hasta que en 1937 sale Detective Comics, cuyo editor era Vin Sullivan, un conocido de Siegel y Shuster, a los que les pidió que trabajaran en historias policiales para la revista. Detective Comics dio buenos dividendos y en seguida la misma editorial publicó nuevas revistas, entre las cuales estuvo Action Comics. Para esa revista se le encargó a Sullivan que buscara un buen personaje central, con mucho gancho y que atraiga a nuevos lectores. Como todos sabrán, Superman fue ese personaje. Siegel y Shuster estaban extasiados, finalmente y tras seis años de intentos fallidos, su más querida creación había encontrado quién la publicara. Y el momento histórico se produjo: Siegel y Shuster firmaron un cheque con la National Periodical Publications por 130 dólares en donde le cedían a la editorial los derechos del nuevo personaje y un contrato por diez años en los que se ocuparían de realizar las aventuras del personaje. Ese día marcaría el nacimiento editorial de Superman, pero también marcaría el comienzo de una etapa de gran sufrimiento para los jóvenes artistas.

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