Vamos a meter un pequeño paréntesis en el recorrido por la serie principal, porque durante 1983, salieron tres especiales de una importante campaña contra las drogas protagonizados por nuestros héroes.
Eran tiempos de Ronald Reagan y su famosa “Guerra contra las Drogas” se había intensificado con campañas como el “Just Say No” y la formación de D.A.R.E. (Drugs Abuse Resistence Education). Por este motivo es que la Casa Blanca decidió asociarse con DC Comics y producir esta campaña. El gobierno ya había experimentado unos años atrás con una campaña de concientización sobre el ahorro energético, realizada en colaboración entre Marvel y la sopa Campbell, por lo cual estaban buscando algo similar con personajes de primera línea de DC como Superman, Batman o Wonder Woman. Pero la editorial trató de convencerlos de que usaran a los personajes del título con mejores ventas del momento: New Teen Titans. De esta manera le hicieron llegar a la comisión que dirigía el proyecto (entre las que se encontraba Nancy Reagan, la esposa del presidente) el arquito “Runaways” para tratar de venderle a los personajes y los tipos compraron al toque, sobre todo porque los vieron mucho más en el rango etario de a quienes apuntaban estos especiales.
De esta manera, Marv Wolfman y George Perez se pusieron a laburar en el primer episodio, cosa que no fue nada fácil. Al ser un comic patrocinado por el gobierno y parte de una campaña oficial, debía pasar mil filtros de aprobación y había muchas cosas que no les permitían hacer. Lo que según palabras del propio Perez, hizo que el producto final fuera mucho más lavado que si lo hubieran publicado directamente como parte de la serie. Y este punto es totalmente cierto, si de algo pecan estos numeritos es de ser demasiado didácticos en algún punto, con personajes que sobre-explican los pormenores del consumo de drogas y todo mucho mas enfocado en bajar línea que en contar una historia. Ya en un rato nos metemos con el contenido de los especiales.
El laburo que se tomó Marv Wolfman a la hora de investigar el tema fue realmente muy profundo: asistió a reuniones con consumidores, fue a centros de desintoxicación e instituciones psiquiátricas, de las que volvia lleno de panfletos e historias de vida. De todas estas, el guionista rescata una en particular como de las mas desgarradoras: «En el pabellón psiquiátrico había una nena de 13 años que tomaba alcohol desde los 8. Su padre quería alguien con quien tomar, entonces le empezó a dar alcohol. Después quiso drogarse con alguien, y la empezó a drogar a ella».
Aparte de todo esto, Wolfman asistió a una charla de seis horas organizada por Straight, una organización dedicada a ayudar a los adictos a dejar el vicio. Ahí el guionista descubrió lo que sería la base estructural de su relato, ya que los jóvenes se sentaban delante de sus padres y se turnaban para contar sus historias, después de escucharlos era el turno de hablar de los padres. Así es como el primer especial tiene varias páginas dedicadas a los distintos personajes dando sus alegatos sobre su historia con las drogas, con una diferencia bastante sustancial: “En la sesión, los chicos daban una lista increíblemente larga de las drogas que consumían, algunas de las cuales yo nunca había oído nombrar. Supuse que si enumeraba todas las drogas que mencionaron, nadie me iba a creer, entonces reduje la lista, para que cada consumidor nombrara como mucho cinco o seis drogas». Esta experiencia fue enriquecedora para el guionista, pero también lo dejo con una gran sensación de impotencia, que la volcó en las páginas: ahí se ve un exceso de violencia contra los traficantes, cosa que se vio obligado a suavizar al darse cuenta que se estaba dejando llevar por sus sentimientos.
Por el lado de la parte gráfica, Perez decidió sacarle el escote a Starfire y darle un traje menos provocativo, como para ahorrarse problemas, ya que en el fondo el comic estaba pensado para niños de 4to grado. Algo similar pero menos obvio hizo también con el traje de Wonder Girl, al que le redujo el escote.
Y si hablamos de rediseños de personajes, es obligatorio meternos en la historia de Protector. Este personaje que parece creado especialmente para estos especiales y que después fue justamente olvidado por todo el mundo, tiene un origen bastante menos glamoroso y se debe a un tema 100% corporativo. Cada número tenía un sponsor, que le permitía al gobierno solventar las tiradas monstruosas de arriba del millón de ejemplares para repartir de manera gratuita en las escuelas. El primero estaba financiado por Kebler, el segundo por la America Soft Drink Industry y el último por IBM. George Perez había dibujado todo el primer número con Robin como miembro de los Titans, pero resulta que como el mismo estaba financiado por Kebler (una importante marca de galletitas) y DC había licenciado los derechos del Joven Maravilla para promocionar sus productos a la empresa Nabisco (que estaba en el mismo rubro), tuvieron que sacarlo del especial a pesar de que el comic no tenía nada que ver con la venta de galletitas.
De esta movida, Perez recuerda en una entrevista: “Dave Manak -que era el coordinador del proyecto- pintó de blanco todo el traje de Robin, rápidamente diseñó un traje nuevo, lo dibujó, y lo rebautizó como Protector. Entonces aparece Protector haciendo todo lo que normalmente hacía Robin, como pilotear el T-Jet, y dar todas las órdenes… ¿Y este pibe quién es?. Cada pose en la que aparece, originalmente era una pose de Robin. Incluso en los originales se ve la témpera blanca abajo del traje del Protector, y si los mirás a trasluz, se puede ver abajo el traje de Robin». Para los números siguientes ya no tenían este condicionamiento comercial, pero DC decidió que igual se siguiera utilizando al Protector como un hilo conductor, y darle al personaje un perfil de héroe enfrentado al narcotráfico y el consumo de drogas. Así que sus siguientes apariciones ya fueron concebidas con él entre los protagonistas y no un Robin con otro traje.
Un rápido repaso por lo que sucede en estos especiales me lleva a comentar que las últimas páginas de cada uno tienen una bizarra guía de actividades para ser completadas por los niños, con propuestas como poner la respuesta correcta si alguien te quiere convidar un porro o si te invitan a una fiesta.
El primer especial es sin dudas el mejor dibujado gracias a la magia de Perez, pero a su vez es el más planfetario. Se nota que la idea de Wolfman era darle mas protagonismo a Speedy por su relación con las drogas, cosa que en los otros dos especiales va a caer sobre Protector. La historia gira en torno a la muerte de un pibe por sobredosis y cómo repercute en su hermana menor y sus amigos que son todos consumidores de sustancias.
El segundo está dibujado por Ross Andru, y transcurre en Blue Valley, donde vive el primo de Protector, que acaba de salir de rehabilitación. Este le pide a Wally que lo cuide, ya que viven en el mismo pueblo y se nota que Kid Flash no hace muy bien su trabajo, porque el pibe vuelve a caer en las drogas y su vida empieza un nuevo espiral descendente.
En el tercero Wolfman aporta solo el plot, mientras que el guion cayó en mano de Joey Cavalieri, con dibujos de Adrian Gonzales. En mi gusto personal, y tal vez porque en las dos primeras agotaron la bajada de línea, esta historia es la que más cierra dentro de la lógica de los Titans. En esta historia un pibe se vuelca a las drogas al ver que su hermano vende y consume, pero trata de salir del vicio cuando su hermano desaparece por culpa de su adicción.
En conclusión, son tres números, que cumplen con su cometido: meterle miedo a los pibes con el tema drogas, para evitar que las consuman, pero caen en un montón de lugares comunes e ideas super básicas, con una bajada de línea bastante puritana vista con ojos de hoy día, y que claramente no envejeció nada bien en su demonización de las drogas. Una rareza, que solo vale la pena si están en un afán de extremo completista de la saga.
7 respuestas a «Teen Titans (parte 23)»
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Si hay algo que rescatar de Heroes en Crisis es la página en la que Protector confiesa que se la pasaba merqueado mientras panfleteaba contra las drogas. Hoy en dia se podria decir que la «War on Drugs» no es mas que otra guerra que perdieron.
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Protector, ahora texturado y con gusto a frutilla.
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Hay que estar muy fumado para ponerse a leer esto.
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Una rivalidad que merece su propia version de Killing Joke
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Protector versus Snowflame, a que esperas, DC.
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Que cosa más bizarra. Ojalá traigan de vuelta a protector solo para que lo maten, careta de mierda.
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Al siguiente número de Titanes
Robin «que bien que me sustituyó Protector, lástima que tuvo que volver a su planeta»; cuadrito «Protector murió de camino a su planeta» zD
Yo siempre me pregunté si estás campañas servían de algo en EEUU, me acuerdo que, en la época de Carlos Saúl, había acá publicidades de televisión que las protagonizaba Joe Bazooka (ya se que no es él, pero era parecido xD)
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