Antes de meternos de lleno con el regreso de Brother Blood, tenemos que regresar a la Spotlight, donde los nºs 7 y 8 nos traen una historia en solitario de Hawk, nada mas y nada menos que por Mike Baron y Jackson Guice, el equipo creativo que un par de meses después tomaría las riendas del relanzamiento de la serie Flash con Wally como protagonista. Estos numeritos son casi una prueba piloto para la dupla, y además un cambio significativo para la serie, porque deja de estar escrita por Marv Wolfman, que hasta ese momento parecía tener control absoluto sobre los Titans, y pasa a rotar de equipo todos los números. De todos modos, acá el hombre clave es el coordinador que se hace cargo de la serie, cuando Wolfman no puede agarrarla porque se estaba mudando: Mike Gold, que venía de laburar en First y con su paso a DC se llevó a todos los autores que pudo con él.
La historia es bastante bizarra y parece casi un piloto para una futura serie que jamás vería la luz, ya que cuando Karl y Barbara Kesel retoman el personaje, se olvidan casi por completo de todo lo que pasó en estos numeritos. Hank Hall está bastante desatado tras la muerte de su hermano Don, tal como lo vimos en los últimos números de la serie principal. No se banca laburar en equipo, renuncia a los Titans casi antes de llegar y eso lo deja más o menos listo para esta aventura en la que descubre una comunidad de insectos con conciencia, que están buscando el desarme nuclear, combatir la deforestación, y otro montón de acciones “zurdas” que ponen en jaque los valores de Hawk, que termina en el Mato Grosso, enroscado en una lucha contra un grupo de mercenarios que trabaja para una compañía que deforesta la selva.
Más allá de lo bizarro de la premisa, la historia no es mala, y trata por medio de estos insectos y del personaje de Lupe (una chica que funciona como nexo entre la colmena y Hank) inculcarle los valores que antes manejaba Dove y bajarle un poco la espuma al personaje. Se podría decir que termina con un final abierto, pero como ya dije, nadie va a recoger el guante y lo próximo que veamos del personaje ya va a ser la aparición de la nueva Dove y la historia va a ir para otro lado completamente diferente.
Volvemos a la serie regular y el nº26, es tan pero tan falopa que se entiende que se haya publicado solo porque Wolfman era su propio coordinador. Pero lo más probable es que un poco tenga que ver la mudanza que mencione más arriba.
En este capítulo básicamente vemos qué pasa cuando los Titans se enteran del plan de la Iglesia de Brother Blood para transmitir en vivo su resurrección, y viajan a Zandia para tratar de recolectar información sobre dónde va a ser y dónde tienen prisioneros a Dick y Raven. Pasan dos cosas tan ridículas, que da la impresión que nadie en todo DC leyó el numero hasta después de salido de imprenta.
La primera ya la mencioné fugazmente, y es cómo se sacan de encima el plot de Mento y The Hybrid. Posta, ¡es ridículo!! Los Titans ven por la tele las declaraciones de Mother Mayhem y que a su lado están Dick y Raven, por lo que deciden ir a rescatarlos, pero al mismo tiempo saben que Mento tiene capturado a Aqualad y que juró matarlos, pero a pesar de todo esto, dejan la decisión en manos de Changeling, que decide que su padrastro puede esperar y enfrentar a Blood es más apremiante. Pero esto no es nada: al mismo tiempo, vemos cómo Dayton, mediante una proyección mental, se entera de toda esta conversación y se indigna porque lo dejan de lado, pero ante la presión de los miembros de su equipo, decide darle a los Titans su momento con Blood y volver contra ellos cuando lo solucionen. Pocas cosas más ridículas se vieron en esta serie.
El segundo punto es la desaparición de Wally sin que nadie se haga cargo: en la primer parte de la historia se lo ve participar de forma activa, incluso se lo ve arriba del T-Jet que se dirige a Zandia. Pero cuando arranca la segunda parte brilla por su ausencia, cosa que se va a mantener en el siguiente número, pero cuando en el 28 tratan de reclutar a Francine Kane, es Wally el primero que le dice que estuvieron en Zandia combatiendo. ¿Qué pasó acá, maestro? A mí me parece que lo omiten a Wally a propósito de la historia en Zandia porque con sus poderes solucionaba todo demasiado rápido, pero después no se hacen cargo de que no estuvo porque es importante para lo que sigue de la historia, y sobre todo el rol que va a ocupar Francine.
Como decía, estos dos números giran en torno más que nada a la incursión de los Titans en Zandia, donde tratan de infiltrarse en la iglesia de Brother Blood para encontrar data sobre la presunta resurrección, pero los villanos contratan a la Brotherhood of Evil para detenerlos y es con ellos con quienes se van a terminar enfrentando. De nuevo, el guion de Wolfman es muy deslucido, y Barreto cede los lápices después de la primera parte a Kerry Gammil, que hace lo que puede para salir airoso de la tarea.
Los nºs 28 al 31 van a traer finalmente la saga de la resurrección, y tienen la colaboración en los guiones de Paul Levtiz, principalmente con los diálogos. En estos episodios se termina de cocinar todo el plot con Azrael y la desaparición de Raven, que venía dando vueltas desde hace muchísimo tiempo. Para ser sincero, no sé si mi comprensión de texto está por el piso, o de verdad no se entiende un carajo, porque vengo siguiendo la serie desde el principio, trato de reseñar también los títulos complementarios, los anuales… y así y todo, no entiendo cómo carajo es que resucita Brother Blood. Si nos guiamos por los diálogos y demás, es todo parte de su plan, hacerle creer al mundo que está muerto y regresar de esta manera un año después, eso está claro. Como que casi todo lo que pasa es una puesta en escena, donde meten alucinógenos y efectos especiales, incluso hologramas y unos satélites para simular que son estrellas que se desvían de su curso. ¿Pero dónde carajo estaba Blood? Porque todo lo que paso antes de este episodio no daba ningún indicio de que no estuviera muerto, o como digo, capaz se me escapó.
Sea como fuere, lo que no me cierra es que sus acólitos se prendan en la fantochada. Se supone que el tipo es una especie de dios vivo, y sus seguidores creen en él. Saber que a su alrededor es todo una farsa, ¿no le hace perder a estos seguidores? No sé, me hace mucho ruido esto desde el principio pero acá es mucho más explícito, ya que colaboran en algo que es claramente una puesta en escena.
Después tenemos a los Titans, que son bastante pelotudos, como para ir y meterse en la boca del lobo, y atacar al tipo cuando está transmitiendo en vivo a todo el mundo y con un montón de gente que cree que de verdad presencio un milagro. Y cuando las papas queman y parece que todo se va a ir a la mierda, Raven consigue liberarse del control que tenían sobre ella y salvar a todos, lo que obliga a Blood a escapar. Medio que todo lo que pasa, es porque sí y para que la historia termine, pero está muy estirado y no tiene demasiado sentido. Ni siquiera el grupo que reúne Magenta para ayudar a los Titans, con Batman, Superman, John Stewart, Katma Tui, Booster Gold, Skyman y la Dra. Midnigth. Esos pibes todos juntos le pintan la cara en poder a los Titans, ¿por qué no los llamaron primero a ellos? Y la forma en que al final se van al mazo, para ponerse a ayudar a la gente en lugar de salvar a los Titans de las manos de Blood, que fue para lo que los juntó Francine… ¡un bochorno!
Estos números son un claro ejemplo de la espiral descendente en la que se sumergió el título. Algo que lleva mucho tiempo cocinándose y debería ser impactante y relevante como el regreso de Brother Blood, resulta una porquería sin sentido, donde el único que la rema es Barreto con los dibujos. Pero por desgracia no alcanza.
(Muy pronto, una nueva entrega)
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