Ahora sí, ya está todo listo para que regrese Marv Wolfman y le ponga un cierre a los plots que habían quedado colgados meses atrás.

Teen Titans (parte 34)

24/04/2024

| Por Fede Velasco

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Paul Levitz se va a quedar en la serie tras la saga de Brother Blood, y va a oficiar de guionista invitado en los dos siguientes números, ya sin ninguna participación de Wolfman, que de todas formas sigue figurando como coordinador de la serie.

El nº32 nos presenta el clásico episodio de transición, algo que ya vimos un montón de veces en la serie, y es cuando después de una saga larga y más o menos complicada, los Titans aprovechan para relajarse y dedicarse a sus asuntos personales, momento en el cual Wolfman suele plantar cosas para desarrollar más adelante. El tema es que acá está a cargo de otro guionista, entonces todo apunta a que vamos a tener ese tipo de historia, y al final no es más que un caso pedorro de relleno, donde pasan dos o tres giladas a los personajes pero nada de verdad relevante, salvo porque sigue tensa la relación entre Dick y Kory, con ella dispuesta a recuperarlo y él lleno de dudas al respecto. Lo más interesante es el dibujo de Barreto, en esta oportunidad entintado por el peruano Pablo Marcos, que en lo personal creo que le sienta mucho mejor que el habitual Romeo Thangal.

El siguiente número está ilustrado por un incipiente Erik Larsen, pero que ya empieza a mostrar cosas de lo que va a ser su estilo característico, con el que la va descoser unos años después en Spider-Man.  El guion de Levitz sigue sin descollar demasiado, y nos trae otro capítulo de relleno, en el que los Titans se enfrentan a un grupo de “terroristas” que quieren lograr que Estados Unidos se involucre de manera más directa en el conflicto de Zandia, que se encuentra a merced de Brother Blood, y planean una serie de atentados para imponer su causa. Obviamente todos y cada uno de ellos son detenidos por los héroes, y lo más relevante (y un poco a lo que se dedica Levitz en estos dos numeritos) es que Nightwing recupere la confianza como líder del equipo, ya que después lo acontecido en Tamaran, y su paso por la iglesia de Blood, se siente bastante inseguro y fuera de estado. Pero el guionista se encarga de devolvernos al Dick Grayson que todos amamos, justo para cuando va a regresar Marv Wolfman y junto con él, Mento y The Hybrid.

Pero antes de meternos con eso, y ya que hablábamos de Larsen, es un buen momento para saltar a la serie hermana que tenía la colección por aquel entonces: Teen Titans Spotlight, en la que el dibujante se va a mandar un laburazo en su nº 10, pero como es mejor hacer las cosas en orden, primero tenemos que hablar un poco del 9.

Escrito por Paul Kupperberg, y dibujado como los dioses por Dan Jurgens, este episodio debería sincerarse y poner en su título a Robotman en lugar de Changeling, ya que en buena medida es Cliff el verdadero protagonista de la historia, cosa que tiene mucho sentido ya que está en manos del responsable del relanzamiento de la Doom Patrol, apenas unos meses después de este número. Incluso algo que me llamo la atención es que las tintas son de Gary Martin, con lo cual salvo por la falta de Steve Lightle, el equipo es casi el mismo que va a debutar en el título antes mencionado. Sin perder mucho tiempo en detalles al pedo, Gar y Cliff se juntan a pasar el rato, y el segundo aprovecha para contarle que está pensando en retirarse de la vida superheroica, ya que sin sus viejos compañeros y después de casi morir en su última misión con los Titans, de la que solo sobrevivió su cabeza, no le ve demasiado el sentido a seguir arriesgándose. Es entonces cuando son atacados por Mr. 104, un viejo enemigo del equipo y piñas van, piñas vienen, Changeling logra detener al villano. Así se gana la aprobación de Robotman quien finalmente lo reconoce como un adulto, y no el pibe que los acompañaba cada tanto en misiones con la Doom Patrol. El reconocer esto, parece que hace más férrea su decisión del retiro, pero todos sabemos lo que va a terminar pasando.

Y como todo tiene que ver con todo, el siguiente número está ilustrado por Larsen, que también se va a hacer cargo de los dibujos de la Doom Patrol en un par de años, pero en esta oportunidad quien lo acompaña en los guiones es el maestro John Ostrander, para contarnos qué fue de la vida de Aqualad, que se encontraba prisionero de Mento tras su último enfrentamiento, cuando los Titans decidieron priorizar el rescate de Dick y Raven por sobre el suyo. La historia transcurre en su mayoría en la mente de Garth que se encuentra bajo el control de Dayton, lo que lo lleva a sufrir alucinaciones constantes y le permite al guionista delirar de lo lindo jugando con la psiquis del personaje y usar la reciente muerte de Tula para generar un paralelismo con la perdida de Rita Farr que sufrió Mento. Este evento genera una mínima conexión emocional entre ambos, que hace que el villano deje en libertad a Aqualad y hace un poco menos ridículo que todos se hayan olvidado de él por completo en la serie principal. Lo más atractivo de este número es que el grado de lisergia del guion le permite a Larsen irse al carajo, y jugar con un estilo mucho más sacado del habitual en aquellos años. Si pensamos que este número salió un mes antes que el que mencionamos antes de la serie principal, nos damos cuenta de lo mucho que se esforzó por estar contenido y no desentonar tanto con la línea que Barreto le había impuesto a la serie.

Si lo de Aqualad era raro, el siguiente episodio ya se va a la mierda y nos demuestra que en esta serie puede pasar cualquier cosa, sobre todo cuando el equipo creativo cambia de número a número.  Acá los protagonistas son la Brotherhood of Evil, pero en algún momento previo a su primera aparición en Titans, ya que vemos como tras fingir su muerte The Brain y Mallah, empiezan a reunir a los nuevos miembros. Pero lo más interesante no es eso, sino el genial tributo a Tintin, ya que por alguna falla en los poderes de Warp (que parecen ser manipulados por los Global Guardians) son transportados a una realidad alternativa, en la cual el mundo se encuentra al borde la extinción. Es en este futuro post-apocalíptico que la Brotherhood, se encuentra con una fuerza de resistencia, liderada por TIn, quien junto a su amigo “el capitán” están tratando de hacerse con el arca, que va salvar a los ricos y poderosos del planeta antes de su destrucción total. Lo que hace la guionista Randy Lofficier es realmente hermoso, la cantidad de guiños a la creación de Herge e incluso la inversión de roles que aplica a la Brotherhood para convertirlos en los héroes de la historia, está todo muy bien manejado y vale la pena leerlo. El dibujo de Joe Orlando cumple, y la serie te deja con más ganas de episodios de este calibre, que demuestran que la idea de convertirla en una antología puede hacerla funcionar.

Y antes de regresar a la serie principal, nos tenemos que trasladar a otra esquina del DCU, porque en los nºs 11 al 13 de Blue Bettle, Len Wein y Paris Cullins toman la posta sobre lo que pasa con Mento y compañía. Todo en realidad arranca dos números antes, durante los crossovers de la serie con Legends, en los que vemos secuencias de pocas páginas, donde los esbirros de Dayton secuestran personas al borde la muerte para sumarlas a su equipo. Pero todo estalla en el nº 11, cuando secuestran a Court Callhoum delante de las narices de Ted Kord, lo que lo lleva a involucrarse en el asunto tratando de salvar a su amigo.

Si había alguna dudo que los Hybrid eran un achac… homenaje a los X-Men, acá ya no quedan dudas, y suman al equipo a Touch n go, que tiene el poder de absorber la energía kinetica de la gente al tocarlos, Scirocco que controla los vientos, y finalmente Callhoum es convertido en Prometheus, un tipo con una cubierta metálica que lo hace invulnerable y fuerte.

Obviamente los Titans se suman para ayudar a Beetle, y todo desemboca en un enfrentamiento final en el que Mento, consigue capturar a Changeling, y parece que todo va a resolverse pero en el último minuto, cuando llegan los Titans a salvarlo, Dayton decide escapar porque el enfrentamiento final tiene que ser en su propia serie.

Y así llegamos a la New Teen Titans nº34, donde Wolfman regresa recargado, y en un solo número resuelve dos conflictos de larga data: la relación de Dick y Kory, y el antes mencionado enfrentamiento final contra Mento. De esta manera el episodio está dividido en dos capítulos: el primero centrado en los personajes, pero principalmente en Nightwing que ayuda a una pareja a resolver sus problemas, lo que lo hace ver como espejo los suyos propios. El segundo, marca el enfrentamiento final con The Hybrid y Steve Dayton, y tengo que confesar que es un poco anticlimático. Si tenemos en cuenta el tiempo que llevan rompiendo las pelotas con la búsqueda de Mento, que el personaje tuvo apariciones en Swamp Thing, en Blue Bettle, en la Spothlight… que lo resuelvan en 12 paginas me deja gusto a poco. Pero imagino que está muy relacionado con los kilombos personales que tenía el guionista en aquel momento y que con su regreso a la serie se lo quiso sacar de encima y pasar a lo siguiente. Por algún motivo, ni él ni nadie volvió a usar en su puta vida a los Hybrid, que quedaron durante siglos en el limbo de DC, hasta que nos enteraríamos en un numero de JSA que todos murieron en los juegos de Roulette. Un final deslucido para un grupo que jamás pudo despegar.

(Muy pronto, una nueva entrega)

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