Ni el crossover con Infinity Inc. rescata a la serie de uno de sus puntos más bajos de la década del ´80.

Teen Titans (parte 35)

29/05/2024

| Por Fede Velasco

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El nº12 de Teen Titans Spotlight nos trae una aventura en solitario de Wonder Girl totalmente para el olvido. Doug Moench escribe una historia que sin lugar a dudas quedó muy vieja: Donna quiere irse de vacaciones con Terry, pero este recibió una carta de un viejo amigo que está buscando unas ruinas en El Salvador, y quiere ir a ayudarlo, por lo que se le ocurrió pegarse un viajecito solo, lo que enoja sobremanera a su esposa que tiene que ir a hacer ejercicio para calmarse. Terry aprovecha que Donna está en otra, y antes de que vuelva a su casa se toma el primer avión a El Salvador. Su idea es avisarle a Donna recién cuando llegue, para evitar problemas. Wonder Girl, al volver a su cas,a se da cuenta de lo que hizo su marido, pero también descubre, que en realidad la carta tiene un mensaje oculto del que Terry no se percató. Su amigo esta prisionero de unos traficantes que se hacen pasar por Contras… porque no puede ser de otra manera: en Latinoamérica no hay más que narcos y guerrilleros. Por suerte Donna viaja a El Salvador y consigue rescatar a Terry y su amigo. Toda la historia juega mucho con los estereotipos machistas, y si bien al final del día es Donna la que saca las papas del fuego, para mantener su identidad secreta segura, todo el mérito se lo lleva su marido. Como dije, no envejeció muy bien la historia. Por su parte el dibujo, de un deslucido Ernie Colón, no colabora en absolutamente nada y queremos que el número se termine lo antes posible.

Pero todo lo que tiene de malo el 12, lo tiene de positivo el 13, posiblemente el mejor número de la colección, y estas son las cosas que suceden cuando tenemos una serie con equipos rotativos. Este número tiene la peculiaridad de ser el primer comic escrito por J.M. Straczynski, que hasta ese momento había trabajado solo para la televisión. Bastante bien dibujada por Chuck Patton, la historia transcurre en Gotham, cuando a Vic Stone, le dan un premio y Two-Face decide, hacerle la vida imposible, porque siente que se parecen mucho los dos, y que si Cyborg no es visto como un monstruo es solo porque ayuda a la gente. Entonces decide ponerlo a prueba y convertirlo en lo que él se siente. Con algunos puntos en contacto con el concepto de “The Killing Joke,” de que todo lo que hace falta es un mal día, la verdad que es un número que vale la pena ser leído y que muy probablemente pase por debajo del radar de la mayoría por tratarse de una gema perdida en una colección bastante olvidable, así que lo recomiendo con ganas.

Nos quedamos en Gotham, y el nº14 nos trae a otro debutante sacado de la TV. Se trata de Michael Reaves, un guionista que nunca llegó a ser un nombre de peso dentro de los comics, pero que fue un pilar fundamental en la serie animada de Batman, por haber escrito entre muchas otras cosas la gloriosa “Mask of Phantasm”. Y acá trae una historia protagonizada por Dick que no está para nada mal, pero que se nota deslucida por el paso del tiempo, ya que es algo que hoy día vimos hasta el hartazgo. Pero tengamos en cuenta que este es el primer team-up de Batman y Dick, desde que asumió su nueva identidad como Nitghtwing. La idea es bastante básica: un grupo de mafiosos captura a Batman, y Alfred preocupado lo llama a Dick para que lo rescate, por lo cual regresa a Gotham a investigar que sucedió. De nuevo, la historia no es mala, a pesar de que el dibujo de Stan Woch deja bastante que desear, pero leída hoy todo suena a formula repetida y pierde un poco el encanto.

El último número que repasamos antes de regresar a la serie principal es el 15, donde la serie vuelve el concepto de historias de los Titans un poco laxo, y nos trae una aventura de los Omega Men. La excusa es que se trata de un mensaje que le manda Ryand’r a su hermana Kory, en el que le cuenta su reencuentro con el grupo de aventureros de Vega. Está escrito por Todd Klein, que estaba a cargo de la serie de Omega Men hasta su cancelación, y básicamente este capítulo sirve para cerrar un par de cosas que dejaba abiertas al final de aquel último episodio de su serie regular, como el reencuentro con Ryan o el destino de Primus y Kalista. Sin el contexto de dicha serie, el capítulo desentona un poco, pero supongo que era una manera que tenía el guionista de mantener vigente al grupo a mas de un año de la cancelación. El dibujo acá es nuevamente de Erik Larsen, pero con su estilo más contenido que no lo favorece ni un poquito en buena medida por las tintas del filipino Dell Barras, que claramente altera muchísimo su laburo.

Volvemos al título protagonista y con el nº35, Marv Wolfman empieza a enfocarse mucho más en Raven y sus nuevos poderes. La apertura a sentir emociones del personaje, le da al guionista la posibilidad de desarrollar un poco más su vida personal. Mientras que por el lado de la historias, comienza a contar cosas más autocontenidas, sin sagas largas y con los subplots más centrados en la vida de los personajes, y no tanto en abrirle el juego a nuevos villanos y conflictos. Así es como en este episodio se enfrentan contra un tipo que tiene el poder de hacer realidad los sueños de las personas, pero en algún momento de tanto utilizarlos, pierde el control sobre sus poderes y empieza a materializar sus peores pesadillas. Esto genera un gran sufrimiento que obliga la intervención de los Titans y -como dije- el foco está puesto en Raven y su capacidad de sentir emociones.

Los dos siguientes traen el debut de un personaje que con el tiempo se va a volver recurrente: Wildebeest. Que en esta primera aparición, lo que consigue es hacer responsable a los Titans (pero principalmente a Starfire) de un asesinato. Para explicarlo rápido, el equipo se enfrenta contra el villano en un par de oportunidades y a la hora de derrotarlo descubren que se trata de un robot. Así es como en el último enfrentamiento Kory le dispara un rayo, pero dentro del traje hay un ser humano que parece haber muerto producto de esto. De ahí en adelante Dick y Raven, van a investigar a fondo lo sucedido para tratar de limpiar el nombre de Kory y descubrir lo que realmente sucedió. Todo esto además, va a servir para crear un triángulo amoroso entre los tres involucrados, cuando nos enteramos de que Raven está enamorada de Dick, y que en algún punto este parece corresponderle… ¿o está siendo manipulado por sus poderes de manera inconsciente?. Obviamente consiguen sacar a Starfire de la cárcel y todos felices, aunque el verdadero Wildebeest consigue escapar y nunca llegamos a saber su verdadera identidad.

El nº 38 me da mucha pena. En alguna época era muy fan tanto de los Titans (de ahí surge la idea de esta mega-nota) como de Infinity Inc. y leer el crossover de tus dos equipos favoritos y que sea semejante poronga, te rompe el corazón. Claramente esta historia llega en el peor momento posible: ambas series vienen hace rato de capa caída y se nota en el contenido. Ni Wolfman, ni Roy Thomas y sue sposa Dann están muy inspirados, Eduardo Barreto la rema lo que puede, y el dibujo de Mike Gustovich (en el nº 45 de Infinity, que completa el arco), no ayuda en lo más mínimo.

El Ultra-Humanite se encuentra atrapado en una cápsula que da vueltas en el espacio cuando se cruza con los “clusters” (que le dan título a la historia), quienes leen su mente y hacen suyos sus recuerdos y motivaciones. Lo que libera al villano de su éstasis, y lo ponen en dirección a la Tierra, donde va a aterrizar en New York, justo para el momento en que Titans e Infinitors se encuentran felizmente reunidos. Se enfrentan al simio gigante, pero este consigue escapar a la ciudad, donde los clusters toman el control al generar a su alrededor a una criatura gigante conformada por millones de ellos, que consume todo lo que encuentra a su paso. Ambos grupos se deberán enfrentar a la colosal criatura, convencidos de que se trata de una nueva creación del villano, para finalmente descubrir que él también es solo una víctima de esta especie de virus espacial, que al conectarse con su mente se hizo eco de su maldad y se dispuso a destruir la tierra. De más está decir que van a triunfar y desterrar a los cluster al espacio.

Lo más interesante de estos números es la interacción entre ambos grupos, principalmente la relación entre Obsidian y Raven, donde parece que hay onda entre ambos, y Todd está dispuesto a olvidarse de Marcie en pos de la heroína. Pero como ya dijimos, Raven está enganchada con Dick (que no figura en el crossover) y le corta el rostro al pobre hijo de Alan Scott. Por desgracia todo el conflicto es tan choto, con los dos grupos luchando contra una especie de King Kong de energía, que cualquier cosa rescatable que tenga la historia naufraga sin posibilidades de generar el más mínimo interés.

El nº 39, es uno de esos tan lindos sin villanos, que Wolfman dedica al desarrollo de los personajes. Pero todo en la serie viene tan para atrás, que ni eso lo salva y acá se resuelve de manera bastante forzada todo el tema de lo que venía pasando a Raven, quien termina por aceptar que no está enamorada de Dick, y que en el fondo solo se trata de no saber lidiar con sus nuevas emociones. Los lectores mientras tanto, nos preguntamos… si lo iban a resolver tan fácil, ¿para qué carajo nos rompieron tanto las bolas con esta gilada los últimos números? Pero bueno, se ve que con algo hay que llenar 22 páginas todos los meses.

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