Con Black Beetle nos encontramos frente un gran homenaje al pulp, género predecesor de los comic-books que predominó en la década del ´30, en los años de la gran depresión norteamericana, y se extinguió en la década del ´50. El termino “pulp” alude al tipo de papel en el que se imprimían estas novelitas. Eran ediciones muy baratas y eso hacía que su consumo fuera muy popular y que llegaran a un mayor número de lectores. Este tipo de relatos, que se convirtió en una gran fuente de distracción en aquellos momentos de crisis, aparecía en revistas que ofrecían narraciones e ilustraciones de diferentes géneros como la ciencia ficción, el terror, suspenso, acción, romance y fantasía. Durante los años ´30 predominaban títulos como Amazing Stories, Black Mask, Horror Stories, Marvel Tales y Weird Tales, antes de terminar por decantarse, ya en la década del ´40, hacia personajes icónicos como Doc Savage, The Spider o The Shadow. Con portadas muy llamativas orientadas a público adulto, estas revistas cumleron un papel fundamental en el imaginario colectivo de esa generación y motivaron a muchos para convertirse en dibujantes.
En las décadas posteriores, muchos autores se han encargado de mantener vivos a los personajes y la estética de los pulps, en muchas publicaciones. Y aquí es donde entra escena el italiano Francesco Francavilla, con esta obra que le valió una nominación al premio Eisner como Mejor Serie Limitada.
A Francavilla lo conocemos gracias a sus obras para editoriales independientes americanas como Image, Dynamite, Boom! Studios, hasta que logró dar el salto y jugar en las grandes ligas. Trabajó en Marvel con Black Panther: The Man without Fear, Captain America and Bucky, y Hawkeye, donde dibujó guiones de Matt Fraction. En DC, pasó por Detective Comics, justo para el arco conocido como The Black Mirror, que le valió el Eisner a Mejor Serie. Eso sin mencionar la infinidad de portadas para distintos títulos y compañias (The Shadow, Doctor Who, Fantomex MAX, entre otras). De hecho en 2012, además de ganar el premio Eagle como Artista Favorito, se alzó con el Eisner en la categoría de Mejor Portadista por su trabajo en Black Panther, Lone Ranger, Lone Ranger/Zorro, Dark Shadows, Warlord of Mars y Archie Meets Kiss. Su primer trabajo realmente personal, en el que se involucró a pleno, como autor completo, fueron las aventuras de Black Beetle, que empezó a serializar en la web en 2009.
Black Beetle es un personaje que fusiona a los géneros de héroes, policial negro, ciencia ficción y terror. Con todo esto, el autor construye un ambiente, una historia y un pasado que al lector le resulta muy creíble. Pareciera que el personaje ya fuera un clásico de los pulps de antaño y no un personaje nuevo. Es una historia que en ningún momento se lo puede considerar como un experimento a lo cual Francavilla ya nos tenia acostumbrado. Todo lo contrario, es una obra muy solida. Se nota cómo el autor se divierte jugando con elementos clásicos del pulp como las sectas místicas, los espías nazis, mafiosos, prisiones y conspiraciones, de modo que uno, como espectador del comic, se mantiene siempre enganchado por el desarrollo de la historia.
Lo que más se destacó en este comic fue el dibujo, donde Francavilla demuestra un control absoluto de su estilo. Hay colores predominantes: naranjas, rojos y los oscuros. Cada página se convierte en una obra de arte, con una narrativa perfecta. Una fiesta de la historieta! Para ser un autor que no tenía mucha experimentado en el terreno de los guiones, esta incursión como autor completo es sumamente valorable. Black Beetle es una obra muy nostálgica, pero eso no la convierte en algo lento, sino todo lo contrario. El resultado es muy entretenido.
La historia del primer arco (titulado “No Way Out”) tiene un punto de partida muy policial noir, una típica historia de mafiosos. Después la trama se concentra en la resolución de un misterio, que llevará al protagonista a intentar resolverlo casi con un guiño cómplice al lector, que también irá descubriendo el misterio junto a Black Beetle. Se nos presenta un gran villano que será un digno oponente para nuestro héroe llamado Labyrinto. La trama nos tendrá atrapados y sin salida como dice el título de este primer arco, hasta la resolución del mismo.
Absolutamente recomendable para aquellos amantes del género pero también para cualquier aventurado que quiera arriesgarse y darle una oportunidad a Black Beetle. Les aseguro que el riesgo vale la pena. Por suerte existe una edición en castellano de Black Beetle, publicada por Planeta. La misma recopila los primeros cuatro números y el número 0, un interesante prologo a esta primer aventura, titulada en castellano “Sin Salida”.
Hay una segunda saga titulada “Kara Böcek”, que hasta ahora sólo apareció en inglés, serializada en los nºs 28 al 32 de Dark Horse Presents. En 2013, esa misma editorial anunció una tercera saga, una miniserie titulada “Necrologue”, que nunca llegó a publicarse.
Francesco Francavilla asegura que aún tiene muchas más aventuras de Black Beetle pensadas para contarnos. Y nosotros como lectores podemos seguir transpirado pulp por todos nuestros poros en cada aventura de este héroe que nos regale el autor.
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