¡Se avivaron!
Parece increíble que a un estudio como Warner Bros. le haya costado tanto tiempo encontrar la fórmula correcta para el éxito; pero la espera valió la pena.
Con El Hombre de Acero tanto los ejecutivos como los fans se pueden dar por satisfechos.
La nueva película de Superman no sólo reúne los mejores elementos de la trilogía de Batman de Christopher Nolan y le agrega toda la parafernalia visual de la que es capaz Zack Snyder, sino que el resultado es sencillamente asombroso y muy por encima de cualquiera de las expectativas que cualquier comiquero pueda llegar a tener acerca del filme.
¿La justificación?
Muchas veces, vamos a ver cómo adaptan una historieta al cine pero en realidad vamos a ver como la trasladan. En ocasiones, los responsables de estos films lo logran y a veces provocan ira y otras sensaciones encontradas como las de Linterna Verde.
En El Hombre de Acero, el guionista David Goyer decidió tomarse tantas o más licencias que en la trilogía de Batman, sólo que en esta ocasión decidió hacerlo de una y no gradualmente como hizo con el encapotado.
Esto ocasiona que a los 40 minutos de película (¡ojo con los spoilers que vienen a continuación!) Lois haya descubierto lo obvio de una manera más que creíble y se hayan resumido años y años de historia del personaje.
Pero, antes de que los fans puedan pegar el grito, Snyder –con la correa bien sujeta por Nolan– golpea los sentidos una y otra vez con la fuerza de Doomsday, y no deja descansar a la mente sino hasta uno o dos días después de concluido el filme.
Por eso, todos aquellos que disfrutaron de los filmes de Batman, de seguro se maravillarán ante estas nuevas aventuras fílmicas del azuloso que, dicho sea de paso, sigue las reglas impuestas por el nuevo universo fílmico de DC: actualizar sus personajes al mundo actual de una manera práctica y concisa: Superman es un semi dios al que todo el mundo le temería si no fuese porque hay otros malos más poderosos.
Próxima estación: Esperanza
Es evidente que la gente de DC – Warner quiere hacer la cosas bien en esta ocasión y por eso todo ha sido cuidado al extremo, inclusive la elección de los actores, con especial énfasis en este punto.
Henry Cavill como Superman le imprime una fuerza especial al personaje ya desde su primera escena. El quía no es Christopher Reeves pero a estas alturas el personaje que interpreta poco guarda de aquel bonachón personaje por lo que la elección está más que justificada.
La Lois Lane de Amy Adams es mucho más lista que todas las vistas hasta ahora (si, incluso que Teri Hatcher) por un simple factor que queda al descubierto poco antes de que se cumplan 40 minutos de película (que ya mencioné) y que no puedo revelar por obvias cuestiones spoileras sino que simplemente voy a resumir en un solo concepto que debe haber sido consigna para todos a la hora de encarar el filme: olvidar 75 años de historia del personaje.
Y si bien la última película de Superman estaba apoyada en los personajes centrales, en esta historia todos tienen más peso. Y por eso en lugar de buscar actores de cierto renombre para darles dos líneas, Snyder optó por darles la oportunidad a todas sus estrellas de lucirse. Y todos, hasta el más ignoto, cumplen.
Durante las más de dos horas de película (que se pasan volando más rápido que Supes), se ve desde un Russel Crowe inspiradísimo hasta un Kevin Costner copado, como el que no se veía desde Un Mundo Perfecto. En el medio queda la milf más hermosa de todo Hollywood, Diane Lane, a la que ni siquiera las canas logran quitarle dos grados de su atractivo; Lawrence Fishburne como un Perry White muy black power con arete y todo, y escenas de acción propias; y la revelación del filme: Christopher Meloni el ex detective de La Ley y el Orden: UVE que después de 12 años cambió de fuerza y acumula chapa como el General Hardy, un milico que no tiene ningún temor en enfrentarse con un kryptoniano con tan solo un cuchillo.
El villano de esta película –y que mantiene la tradición de no utilizar al némesis en el primer filme- es el ya conocido General Zod, interpretado por el actor Michael Shannon, un veterano de varios dramas que se destacó últimamente por su papel de agente incorruptible, transformado en villano en la serie Boardwalk Empire. Y en esta película, su trabajo no se queda atrás, dejando al Zod de Terence Stamp como un bebé de pecho de lo malo que es.
Desde cero
Como he dicho con anterioridad, la película es como un New 52 del cine. Los cambios y recambios con respecto a las historietas, series de TV, dibujos animados y otros filmes es casi interminable aunque el concepto de la historia original de la Superman de Richard Donner está más que intacto con una historia que involucra a Kryptón, un niño que llega a la Tierra enviado por su padre para que pueda iluminar a los locales y hasta un terraforming.
Y aquí es donde el film vuelve a caer en una suerte de lugar en común con todo el resto de los
filmes al colocar a Superman en una suerte de puesto vacante de Cristo. Superman se hace conocer públicamente a los 33 años, fue enviado por su padre para ser “un dios” entre los humanos y éstos últimos que deben entregarlo para salvarse de un mal mayor. Todos elementos ya tratados en filmes anteriores, con especial énfasis en la versión de Bryan Singer.
Más allá de estos detalles, la película está muy emparentada con la línea de comics actual del personaje, algo que ya se dejó ver en los trailers donde los specchs de Jor El y Jonathan Kent están extraídos de títulos como All Star Superman y Secret Origins; y en otros como el traje del personaje, más basado en los diseños de Jim Lee que en los trazos de Curt Swan. Además, el filme hace un especial hincapié en el sentimiento de aislamiento que tiene Clark / Kal El como un extraterrestre en medio de millones de seres parecidos pero diferentes.
La música del filme es como la de Batman, carente de un tema de recordación inmediata como la que compuso John Williams en su momento, pero que a la larga se transforma en un elemento de emoción para las escenas más importantes del filme. No en vano, el autor de estas nuevas partituras es el genial Hans Zimmer, el mismo de la trilogía de Batman – la que usa todo el timpo C5N sin pagar derechos- pero también de Gladiador y todas las películas producidas por Jerry Bruckheimer.
Escuchá varios temas de la banda de sonido acá abajo:
En el apartado de los efectos especiales, sólo decir que el filme escupe acción en forma constante e intercala de manera brillante pequeños respiros de drama familiar (los recuerdos de Clark Kent se ve al estilo de los de Bruce Wayne) con escenas trepidantes que mantienen la atención en la pantalla sin dar respiro, algo bastante inusual en la cinematografía actual, inclusive en la del director de Watchmen, que con este trabajo sube otro peldaño hacia el pedestal de la brillantez.
Y hay infinidad de detalles que los invito a ver en esta nueva película que no tiene nada que envidiarle (incluso por momentos la cosa sería a la inversa) a las mejores súper producciones de Marvel y que, de triunfar en la taquilla –cosas de la que no tengo ninguna duda que logrará- significará el primer paso para llegar, algún día a la película de la Liga de la Justicia en la que Cavill y Snyder ya dijeron que mojarán el pancito de una u otra manera aunque antes quieren un nuevo round solista.
Eso sí, no esperen de momento ninguna escena post créditos porque en esta ocasión, no la hay.
¿Si me gustó El Hombre de Acero? Podría resumir todo esto diciendo que no puedo creer que todavía no estén filmando la secuela… aunque voluntad po parte de todos los involucrados no falta.
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