Desde Adentro

Nos decían que una historia como la de SkyDoll, que no toca un tema infantil, no se puede basar en un grafismo de película animada.

Barbara Canepa

30/12/2016

| Por Andrés Accorsi

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844e80a838d9b4753127d475fb0e1772Yo dibujo desde siempre, gracias a mi mamá, que cuando yo era muy chica me leía un montón de libros de cuentos ilustrados y me dejaba experimentar libremente, enchastrando todas las paredes de la casa con mis «monstruosas obras de arte ». Y también gracias a mi abuelo, que era coleccionista de historietas, fan de Flash Gordon, Prince Valiant, Little Nemo… él me orientó sin que yo me diera cuenta hacia mi carrera de autora de historietas. De chiquita leía Peanuts, Quino, Mordillo y Mickey Mouse. Alrededor de los 10 años descubrí el manga a través del shojo, y al mismo tiempo me volví loca con los autores sudamericanos como Horacio Altuna, Juan Giménez, Trillo, Breccia, y las leyendas italianas como Manara, Serpieri, y Toppi. ¡Me volví loca, pero en serio!

En Italia, en esa época teníamos unas revistas hermosas, antologías de historieta de excelente calidad, como L´Eternauta y Comic Art, con esas portadas sublimes de Giménez, Chichoni o Azpiri… ¿cómo no me iba a enganchar con eso ?

be1b8373c2a79673dd0843599fb5ffafMis inicios son más bien como ilustradora. Cuando entré a Disney, seguí el curso para ilustradores, que también incluía dibujo. A partir de 1997 dibujé un montón de historietas de Little Mermaid y todas las portadas (dibujo y color) de esa revista de la Disney italiana. Yo me había especializado en los clásicos, es decir, en los personajes de las películas. ¿Te das cuenta que tuve que aprender a dibujarlos a todos? ¡Una verdadera pesadilla! Pero mi fuerte, donde más me destacaba, era el color. Y me fui especializando poco a poco sobre todo en el color, en crear las paletas de color para los proyectos de Disney de aquella época.

La historieta para mí es un medio como cualquier otro para contar historias, con la ventaja de que es accesible a todos y rápida. Es más inmediata que la literatura, gracias a las imágenes, y a la vez menos imaginativa, con menos espacio para la interpretación del lector. Y es mi elección de vida, a la que por suerte llegué rápido, porque dibujaba bien y conocía de historieta gracias a mi familia. Fue casi un giro obligatorio. Mi primera historieta la dibujé a los 11 años, todavía la guardo en un cajón. Era una mega-saga de ciencia-ficció, obviamente.

tumblr_nf4ri1ki7i1sgbhubo1_1280Cuando con Alessandro Barbucci desembarcamos en el mercado francés, a los editores mucho no les cerraba la estética « a la Disney ». Antes de nosotros y de Juanjo Guarnido no había en circulación otros autores formados en Disney. En esa misma búsqueda, en la misma línea que nosotros, estaban Wendling y Pedrosa, con Ring Circus. Pero los editores le tienen miedo a lo diferente, sobre todo cuando te vas muy lejos del estilo clásico de la escuela franco-belga. Por otro lado, había varios autores con influencias del manga (Buchet, Herault, Frezzato), pero la escuela de la animación americana estaba ausente en el mercado de la historieta francófona.

El estilo Disney, en cierto modo, es incómodo. Te remite a las películas clásicas de Navidad, que uno asocia con el público juvenil. Una historia como la de SkyDoll, que no toca un tema infantil, no se puede basar en un grafismo de película animada. ¡Sin mencionar la paleta de colores agridulces y no realistas que yo había elegido! Esa combinación de historia, dibujos y colores no era aceptada por los editores. El pretexto era que el público no iba a entender la mezcolanza y que la editorial que quisiera publicar SkyDoll iba a tener que juntar el coraje de lanzar una nueva línea editorial. ¡Y aún así todos creían que la serie se iba a vender bien!

Así fue como Delcourt nos rebotó dos veces en dos años. Y en otras editoriales ni nos recibían. Las más valientes, obviamente dejando de lado a Soleïl, fueron Glénat y Editions U.S.A.. Pero los dos tenían muchas reservas acerca de la historia, que les parecía demasiado adulta. Soleïl era la que realmente nos quería tener. Mourad Boudjellal, el jefe de coordinadores, fue el que nos convenció de firmar con ellos. El creía en nosotros, tenía una especie de pálpito. Ahora, el mercado francés está invadido por artistas de Disney… No sé si gracias a serie como Blacksad o como la nuestra, o si es simplemente el destino de la BD francesa: abrirse un poco más a estilos nuevos. Lo cierto es que me da mucho placer, sobre todo porque muchos además de colegas son amigos.

12abf2df172743a349ae0f8c8f5623b9Y sí, cuanto más investigo el universo de la historieta francesa, más me gusta. Acá hay grandes maestros de verdad, como De Crécy, Moebius, J.M. Rochette, Mourier, Claire Wendling, o autores más jóvenes como Bengal y P.M. Chan, a los que además admiro por ser grandes coloristas. También soy muy fan de los guiones y los dibujos de Boulet, Tebo, Reno (este último es un verdadero monstruo del color, me inclino ante su talento)… y hay muchos más. Si no me olvido de nadie, la lista podría hacerse infinita.

Me gustan también Hubert, Kerascoet, Frederik Peeters, el estilo noir-gótico de un Edward Gorey, mangakas como Junko Mizuno, Katsuya Terada, autores chinos y coreanos como Benjamin o Kim Hyung-Tae… Por supuesto el underground norteamericano también es increíble, con Matt Groening por encima de todos… Me matan las ilustraciones de Dave Cooper, de James Jean… y como siempre, mi eterna guía de estilo a nivel color, el genial Mordillo.

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