No. La verdad que no cambaría nada de lo que escribí en la saga de Superior Spider-Man.
Vinieron las polémicas, las puteadas, las amenazas, pero también vinieron un montón de lectores esporádicos, de esos que se enganchan o se desenganchan de la serie según el interés que les genere el arco argumental. Las ventas de la Amazing 700 fueron increíbles. Por cada uno que posteó en internet “¡Están en pedo! ¡Me voy!”, deben haber aparecido 20 o 30 que dijeron “estoy de vuelta”. Hubo reediciones de casi todos los números, la gente se sintió tremendamente involucrada y, por si eso no alcanzara, recibí el visto bueno de autores que me antecedieron en la serie y a los que admiro mucho, como Gerry Conway, Len Wein, J.M. DeMatteis o Roger Stern. Así que, si hago un balance, tengo que decir que fue una experiencia fantástica.
Ahora vamos por otro desafío con All-New, All-Different Spider-Man y me acompaña nada menos que Giuseppe Camuncoli, con quien ya trabajé en Superior Spider-Man y en Spider-Verse. Es un genio, un tipo que hace de todo y todo lo hace bien. Y además del entusiasmo que me genera trabajar con Cammo, está la ventaja de poder trabajar codo a codo con un dibujante que está ahí y se queda en el largo plazo. Yo pienso esta serie como NUESTRA serie y eso es bárbaro. Cuando trabajás el tiempo suficiente con alguien más, si las cosas se hacen bien, se logra un nivel de entendimiento fabuloso. Sincronizás los ritmos, los tiempos, te convertís en esa pareja contra la que nadie quiere jugar al Pictionary. Eso es buenísimo.
Me acuerdo hace años, cuando Steve Wacker me reclutó como guionista principal de Spider-Man, yo entré a nuestra primera reunión con un block de hojas amarillo, enorme, y empecé a diagramar todo. Era tipo “¡Esto es lo que quiero hacer durante los primeros seis meses! ¡Esto es lo que quiero hacer durante el año siguiente! ¡Esto es lo que quiero hacer durante los siguientes 18 meses!”. Ahí es cuando Steve me sacó de las manos el block y empezó a pasar página tras página. Me miró y me dijo “Vamos a estar acá todo el día! ¡Yo me conformo con saber hacia dónde vamos a ir el próximo año y medio!”.
En realidad, buena parte de mi carrera junto a Spider-Man fue pura suerte, fue estar en el lugar correcto en el momento justo para que me confiaran el trabajo adecuado. Yo empecé como uno más de un equipo de cuatro guionistas, los que rotábamos en la etapa de Brand New Day. Era difícil trabajar así, porque teníamos que leer los guiones de todos, comentarlos, recibíamos comentarios hacia nuestras historias de todos los demás, estábamos en unas cadenas de mails gigantescas, teníamos conferencias telefónicas, nos hacían tomar aviones para reunirnos en mini-cumbres. Era mucho más que escribir un título, había muchísimas responsabilidades extra y eso me estaba empezando a desgastar. Sentía como que estaba corriendo una maratón.
Armé un almuerzo con Steve Wacker, sin decirle para qué lo citaba, y él inivtó también a Tom Brevoort, que era el coordinador de Mighty Avengers, otra serie en la que yo trabajaba en ese momento. Me dijeron “Bueno, Dan, ¿qué es lo que nos querés decir?”. La idea que yo tiré en el almuerzo era que todos sabíamos que no había forma de sostener mucho tiempo más el experimento de Brand New Day. Era muy duro sacar la revista tres veces al mes y que todo eso fuera armónico y coordinado. Sólo Steve Wacker podía hacer una cosa así. Sabíamos que se iba a terminar y siempre sentimos que íbamos a hacer unos 100 episodios. Hacemos 100 episodios de Brand New Day y después pasamos a otra cosa. Lo obvio era que la “otra cosa” iba a ser bajar a dos episodios por mes, y agregar un segundo título, que iba a ser una especie de Marvel Team-Up, pero se iba a llamar Avenging Spider-Man. Eso ya estaba definido.
Lo que propuse yo fue hacerme cargo de Avenging. Bajarme de Brand New Day y empezar a trabajar ya en Avenging, con bastante anticipación para que estuviera todo listo. Steve me dijo que no, de una. Y yo dije “cagué”, porque ese era mi bote salvavidas, mi chance de seguir escribiendo a Spider-Man. Ya había escrito demasiado tiempo para Brand New Day y encima Joe Kelly la estaba rompiendo con guiones como el de American Son, The Grim Hunt, o esa de dos partes contra Rhino. Hasta las historias chiquitas que escribía eran fenomenales. Yo veía lo que hacía Joe y pensaba “si yo fuera Steve, lo trataría de convencer a Joe para que se quede como titular, y si me dice que no, ya fue: se terminó el experimento Brand New Day y llamo a Ed Brubaker o a Matt Fraction”. Yo suponía que iba a pasar eso, pero de alguna manera me quería quedar. Yo amo a Spider-Man y no quiero dejar nunca de escribir a Spider-Man. Por eso propuse pasarme a Avenging, pero Steve fue terminante, me dijo « no ». Yo me puse loco. Dije « bueno, me voy a la mierda ». Y Steve dijo « no vas a Avenging porque te quiero de titular en la serie principal ». Y ahí exploté de alegría. Nunca me la vi venir.
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