Cuando en 1968 la genial escritora de ciencia-ficción Ursula K. Le Guin lanzó su espectacular novela ‘Un Mago de Terramar’ no se imaginó nunca que iba a fundar un universo fantástico del que se desprenderían otras cinco novelas más y un libro de cuentos que le darían premios, fama y dinero. Pero pongámosle que una escritora de su imaginación, podría suponer que una excelente novela tendría secuelas. Ahora, ni en la imaginación más desmedida podría nadie imaginarse que el hijo del mejor director de dibujos animados japoneses iba a elegir tu obra para adaptarla y realizar, en 2006, una película maravillosa. Estamos hablando de Miyazaki, que si bien en este caso es Goro –el hijo del glorioso Hayao,- en la práctica es como si fuesen una misma persona (de hecho, se podría decir que el director de ésta y de varias películas anteriores son directamente del Studio Ghibli, sin aclarar cuál de los Miya hizo qué cosa). La calidad, el cariño, todo Miyazaki padre está en esta película del hijo, Gedo Senki (Cuentos de Terramar).
Con el éxito de la saga de El Señor de los Anillos y el traspaso a película de las Crónicas de Narnia, no nos era muy difícil suponer que la gloriosa saga de Terramar llegaría la pantalla grande. Por supuesto, uno esperaba que fuera con actores y que empezara del principio. ¿Y qué hace ‘el Miya’ Jr.? Con toda la magia a la que los animés de su productora nos tiene acostumbrados (Mononoke, El Castillo Ambulante, Ponyo, Nausicaa, Chihiro, Totoro, etc.) le entró a la saga por donde a él más le cerraba, por la historia que él quería contar, y llamó con el nombre del libro que reúne cuentos en el mundo de Terramar (Tales from Earthsea, del 2001) a su versión de un combo entre el libro 3 – La Costa más Lejana- y el 4 de la saga, Tehanu: The Last Book from Earthsea.
¿Y qué onda? ¿Se entiende? Y, uno que sigue a la Ursula Kroeber desde antes de Terramar (originariamente del palo de la ciencia-ficción, con grandes obras como Los Desposeídos, La Mano Izquierda de la Oscuridad, o El Nombre del Mundo es Bosque –mal plagiada por Cameron para Avatar-), uno que se enganchó con las aventuras de Ged desde que era un pastorcito del ojete en el islote de Gont- decía,- uno prefiere que la saga arranque bien desde el principio, que me haga la gran Peter Jackson y me invente una trilogía con la precuela adaptando los textos de ‘Cuentos de Terramar’ que van antes de ‘A Wizard of Eearthsea’ y meta todo-todo-todo, pero, así la peli funciona. Está bien, puede que al principio estés medio en bolas, pero a) pasa con todas las películas, en cierta manera y b) a mí me debe haber parecido eso porque esperaba una historia lineal y me la pasé tratando de descifrar por dónde le había entrado Miyazaki a la saga de Ursula.
El personaje protagónico de la saga El Mago de Terramar, es Ged (Gavilán), cuya historia se cuenta en el primer libro. En el segundo (The Tombs of Atuan) entra en escena Tenar, la ex sacerdotisa y en el tercero (The Farthest Shore, 1972) Ged y un joven príncipe se enfrentan a una magia corrupta. Para el cuarto, la historia y se centra más en Theru, una niña -con un pasado terrible y parte de su cuerpo quemado,- sello de la filmografía del Miya (sí, saquemos Porco Rosso, Lupin y alguna otra, pero básicamente, siempre la protagonista es una pendeja) y eso justifica la elección del director. La historia del mago malvado sumada a la de la chica está muy bien armada. Aparecen Ged, Tenar y cosas relacionadas con Terramar de los libros anteriores, pero no hay nada central que te pierdas, o que quede sin contar al menos en una frase. Es obvio que Miyazaki no quería contar la vida de Ged, el mago hombre, y va en busca de una muy buena historia con una pendeja de protagonista que encuentra en Tehanu. Paisajes hermosos, dragones, magia, pendeja protagonista, listo. Y si quiere seguirla para adelante, tiene otra gran novela con En El Otro Viento. A disfrutar.
A la señora Le Guin, con sus ochenta y pico de años, no le cayó muy en gracia la adaptación. Le dijo a Goro: “No es mi libro. Es tu película. Es una buena película”, o algo parecido. Cuando se adaptó A Wizard… para una miniserie de la televisión inglesa, tampoco estuvo conforme, como no lo estaría Tolkien con nada de lo adaptado de su trilogía a ningún otro medio. Cuando un autor pasa décadas escuchando hablar a sus personajes, que venga un ponja a querer imponernos su voz y su estética, es evidente que va a chocar con los preconceptos de la autora. Ella notó que no estaba hecha con el cuidado de Chihiro o Totoro, que había demasiada violencia, y que el rejunte de partes hacía que se perdiera la coherencia de las historias. La moral o el ‘mensaje’ de los libros se pierde, según la autora, aunque respete diálogos tal cual. Otra cosa que le llamó la atención es que en sus novelas los personajes no son blancos, y si bien en una versión de TV americana hicieron a casi todos blancos y ella se re-enojó, acá hay subidas de tono apenas, para mostrar los cambios de coloración de piel.
En el doblaje norteamericano el Malo (Cob), está interpretado por el genial Willem Dafoe y Gavilán por Timothy Dalton.
Entonces, además de recomendar los dos productos, tanto la película animada como la saga literaria, nos resta declarar a esta Tales from Earthsea una gran adaptación –que quizá se tendría que haber llamado ‘Tehanu from Earthsea’ para serle más fiel al producto y no confundirse con el libro homónimo que NO está en el animé. Y por supuesto, a usar todos los nombres ocultos del Archipiélago para lograr que algún director groso de Hollywood se ponga las Varta y nos entregue ya la saga de Terramar en varias películas acojonantes. Y ya que estamos, ¿para cuándo Earthsea en versión cómic?
Para cerrar, como es nuestra costumbre, nos vamos con un ejemplo de una adaptación que no necesita palabras, ya sea por lo bueno o por lo choto. En este caso, digno ejemplo del primer caso es la película de 1991: “The Rocketeer”. Inspirado en los cómics de Dave Stevens, el director Joe Johnston realiza un flim atrapante, entretenido y por sobre todo, respetuoso. Rocketeer desde su inicio tenía olor serial de Hollywood, pero la gran adaptación (con logros como Jennifer Connelly en el papel de Jenny/Betty Page) la hacen merecedora de nuestro aplauso, nuestro recuerdo y nuestro lugar en la videoteca.
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