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NOTAS

Kingdom Come

La entrega nº100 de esta sección está dedicada a uno de los clásicos fundamentales de la década del ´90.
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Viernes 22 de agosto

Llegamos a la nota número 100 de esta sección y por supuesto que la única opción posible para esta oportunidad era hablar sobre Kingdom Come, sin dudas la obra más significativa de toda la década del ´90. Una obra que marcó un antes y un después, que puso sobre la mesa la crisis moral existente en los comics planteada por los nuevos arquetipos heroicos, y que catapultó a la fama y reconocimiento absoluto a quien al día de hoy es uno de los mejores artistas que hayan trabajado en los comics, sino el mejor, según muchos.

Kingdom Come se publicó entre Mayo hasta Agosto de 1996, más o menos diez años después de Watchmen (no exactamente en realidad, ya que Watchmen salió entre Septiembre de 1986 y Octubre de 1987), y al igual que aquella lo hiciera anteriormente, la obra escrita por Mark Waid e ilustrada por Alex Ross también se embarca en un ejercicio de deconstrucción del mito heroico. Pero lo hace con los personajes principales de Universo DC, no con stand-ins de personajes adquiridos a otra editorial. lo que la hace mucho más personal y arriesgada. A los fines de contar esta historia, Waid y Ross debían estar dispuestos a mostrar a cada personaje en momentos en los que debían actuar de formas inesperadas, contrarias a lo normalmente esperable de ellos.

De esa forma, Superman decide abandonar Metropolis luego de que Magog fuera exonerado por matar al Joker, Batman se alía con Lex Luthor en el final del nº 2, y Wonder Woman tiene momentos en los que parece intentar no solo convencer sino también manipular a Superman para llevarlo a tomar la decisión de declarar la guerra (el mero hecho de que desde el principio fue ella quien fue a buscarlo a Smallville, el momento del “casi beso” interrumpido por Donna, la visita a Aquaman), una forma de retratar a Diana que no corresponde realmente con lo que se acostumbraba hasta ese momento (ya sea por las versiones pre-Crisis, como por lo hecho por Perez y Messner-Loebs hasta ese momento), y que décadas después volvería a ser copiado (de manera mucho más ordinaria y con cero sutileza) en la repugnante “Injustice: Gods among us”.

Waid logra encontrarle la vuelta para que, a pesar de esos cambios evidentes de enfoque en cada personaje, estos sean reconocibles, si bien no tanto en sus decisiones, sí en los rasgos superficiales de sus respectivas personalidades. Así enfatiza aún más el contraste entre estas versiones y las clásicas, ya que más aún dan la impresión de ser exactamente los mismos personajes, pero caídos en desgracia, tanto por las circunstancias circundantes, como por sus propias decisiones “equivocadas”, y ahí aparece el tema central que sirve de punto de partida para cada hecho importante en la obra. Los actos siempre tienen consecuencias, muchas veces imprevistas y nefastas, pero está en la entereza de cada persona (o personaje) el plantarse para enfrentar las mismas. Eso forma parte del aprendizaje que los personajes tendrán a lo largo de la obra, no de forma brusca, y solamente después de la consecuencia más terrible de todas, en el momento más trágico e irreversible.

Un aspecto llamativo de la obra es que Waid decide reutilizar un recurso narrativo ya anteriormente usado pocos años antes por Kurt Busiek en la otra obra significativa pintada por Alex Ross: Marvels, (en la que su estilo si bien no estaba tan pulido y perfeccionado como se lo ve en Kingdom Come, ya estaba encaminado a evolucionar para ese lado), y es el hecho de conducirnos por los hechos a través de los ojos de un humano normal, en este caso un pastor/sacerdote de nombre Norman McCay cuyo aspecto, en palabras del propio Ross, fue inspirado por el de su padre. Así como Phil Sheldon nos conduce a través de los momentos claves del Universo Marvel desde la aparición del Human Torch original, pasando por la primera aparición de los Fantastic Four, los X-Men, la muerte de Gwen Stacy, hasta nuestros días, Kingdom Come hace básicamente lo mismo desde los ojos de Norman McCay, quien presencia los hechos apocalípticos que se aproximan durante la versión futura del Universo DC presentada en este comic. En ambos casos, los “dioses” son observados y juzgados por un humano, aunque en el caso de Kingdom Come, llega un momento en el que el humano, finalmente logra llegar hasta el más poderoso de ellos, y hacerle ver la realidad de una forma diferente.

Sin embargo, quizás el punto más fuerte de la obra pasa por el lado artístico. Sin querer restarle méritos a Mark Waid por el mundo que presenta, la voz que logra darle a cada personaje clave (Norman McCay, Spectre, Superman, Wonder Woman, Batman, Magog, Lex Luthor), y las dicotomías que plantea, nada de todo eso habría tenido el impacto que tuvo, de no haber sido ilustrado por la mano virtuosa de Alex Ross, quien realizó un trabajo realmente titánico. Ross rediseñó y actualizó a cientos de personajes, creó nuevos, y los posicionó en cada página de tal forma que hasta en los momentos de humillación y derrota se vieran icónicos y majestuosos. Ni hablemos del uso más que perfecto de la técnica que utiliza para pintar cada imagen. Todo eso, sin descuidar la narrativa.

La influencia de Kingdom Come en el Universo DC se sintió por todas partes y durante muchos años, desde la propia “secuela” que intentaron darle: “The Kingdom”, escrita por el propio Waid obviamente sin el arte de Ross, parte importantísima del éxito y status legendario de la obra original. Muchos elementos de esta serie reaparecieron posteriormente en otras tantas obras. La armadura de Wonder Woman, por ejemplo, es introducida en el universo principal durante “Our Worlds at War”, así como el símbolo de Superman con el fondo negro es adaptado con posterioridad a esa misma historia. James Robinson, Geoff Johns y Stephen Sadowski reintroducen a Al Rothstein (ex Nuklon) como Atom Smasher, con el traje de su versión de Kingdom Come. El traje de Robin de Kingdom Come fue utilizado por Jason Todd, los propios Titans de Kingdom Come aparecen en “The Titans” durante el arco “Who is Troia?” escrito por Jay Faerber (tras la partida de Devin Grayson), y tanto el Superman de Kingdom Come como Magog son utilizados en el segundo volumen de Justice Society of America por Geoff Johns y Dale Eaglesham.

Kingdom Come su publicó originalmente en cuatro especiales “prestige”, y fue recopilada varias veces, prácticamente en todos los formatos que utiliza o utilizó DC: TPB, HC, Deluxe, Absolute. Kingdom Come es un clásico, es un gran comic, y vale la pena tenerlo en el formato que sea. Soy de la postura de que no existen “lecturas obligadas”, de que cada uno lea lo que se le cante el culo, pero Kingdom Come es una de las pocas cosas por las que casi haría un excepción para ese principio. Está bien escrito, se presta para varias relecturas y reinterpretaciones, y el trabajo de Alex Ross es simplemente hermoso.