Maldito Mainstream

Esta serie es una muestra más de la coherencia que tiene Dan Jurgens a la hora de escribir a Superman y sobre todo del amor que le guarda.

Action Comics

10/03/2017

| Por Matías Depettris

3 comentarios

Action-Comics-2016-957-000-e1465780802409Si sos uno de los guionistas convocados por DC Comics, la encrucijada en la que te vas a encontrar al comenzar a escribir un personaje como Superman en su serie regular cuando está a unos pocos lustros de cumplir 100 años de publicación ininterrumpida, es que vas a tener que operar con personajes y elementos que otros escritores han utilizado hasta el hartazgo, centenares de veces, en todas las combinaciones que te imagines. Y, para colmo, con este personaje en particular sucede algo muy puntual: la gracia de las aventuras de Superman, tanto en su versión clásica como en la “moderna” que arranca con una nueva cronología promediando los ’80 es el nutrido universo de personajes secundarios que lo acompañan, a los cuales no se puede desatender: deben ser explorados y explotados a rajatabla porque le proporcionan el marco humano que Kal-El necesita para co-existir como uno más de nosotros, y le ofrecen los vínculos necesarios para desarrollarse como persona, el anhelo más importante del Krytponiano. A la par de esta disyuntiva, el fiel lector de los títulos del Hombre de Acero exige la constante presencia de este nutrido universo de personajes secundarios, y si bien festeja que cada tanto aparezca sangre nueva, se muestra reacio al olvido o la ausencia de los personajes clásicos durante un período de tiempo prolongado. Lois, Jimmy, Perry, Lex, Martha Kent, Lana y las ramificaciones que este sexteto ofrece en cuanto a sus vínculos con Clark/Kal-El, con el entorno (Smallville o Metropolis) o con otra serie de personajes habituales de segunda línea son parte fundamental de esta serie.

cfaf95fd6118f66ef96f7e7a957aa72f4bb75671_hq¿Cómo hacer para entregar aventuras frescas con un personaje que tiene casi un siglo de vida y encima no puede prescindir de un universo de secundarios que tienen casi el mismo desgaste que el protagonista? Fácil, contratás a Dan Jurgens y lo dejás tranquilo para que te arme un recorrido nostálgico por la trayectoria del personaje los últimos 30 años jugando a dos puntas, mezclando de forma controlada y medida la cronología que inició John Byrne a mediados de los ’80 con la línea narrativa actual que se comenzó hace 5 años con el evento “Flashpoint”.

Promediando los números 50 de cada una de sus colecciones, el Superman pre-Rebirth comenzó a transitar una saga que le terminaría provocando la muerte. Y sin embargo, en su última batalla, en los últimos minutos de la misma, hace su aparición un héroe vestido completamente de negro, con el logo clásico de la casa El en el pecho en un contrastante plateado metálico y una barba que no logra esconder del todo los rasgos de nuestro Kryptoniano favorito, que demuestra tener no sólo habilidades análogas a las de Superman sino también el mismo valor y los mismos principios, ya que sin que nadie se lo exija pone en riesgo su vida para ayudar al Superman que todos conocemos a derrotar definitivamente al villano de turno, y luego lo acerca a sus amigos para que pueda despedirse debidamente antes de que su vida culmine.

2aIqPqMCuando Jurgens finalmente toma el control de la serie en el número 957 –Action Comics retoma su numeración original en Rebirth- comienza una montaña rusa de preciosas emociones difícil de explicar para alguien que no es un lector habitual del personaje, y que yo particularmente dudo vaya a disfrutar en igual medida aquel que se prendió de la movida de Rebirth y se acercó a estos comics por primera vez. El amigo Dan escribió a Superman durante una década, y estuvo casi el mismo tiempo aportando también sus lápices, y si bien muchos sólo lo recuerdan por ser uno de los artífices de la muerte del personaje en 1992, formó parte del Super-Squad en un momento épico para la franquicia. Superman a principios de los ’90 tenía cuatro títulos mensuales y, a diferencia de lo que muchos creen, gozaba de muy buena salud… la decisión de elaborar la trama que desembocó en su muerte no estaba necesariamente disparada por una brutal caída de ventas ni nada parecido; se correspondía con una necesidad de la editorial de acercar al personaje a nuevos lectores, una vez más. Jurgens conoce al Superman moderno y a los necesarios elementos satelitales que lo componen como pocos guionistas actuales, sabe a la perfección cuáles son las teclas que tiene que accionar para causar un impacto emocional fuerte en la base fiel que lo viene siguiendo hace décadas, y a raíz de lo publicado hasta el momento, poco le importa si la enmarañada trama que está desarrollando quincena a quincena no puede ser apreciada en su totalidad por la nueva generación de lectores.

IMG_0062-600x338Volviendo a los vericuetos de la trama, Action Comics comienza este nuevo recorrido con un “nuevo” Superman, alejado de Metropolis viviendo con su familia: Lois Lane y su hijo, Jon, un niño que poco a poco está comenzando a desarrollar alguno de los poderes que tiene su padre. Mientras tanto, en la gran ciudad, Lex Luthor se presenta como un héroe para sus ciudadanos, y enfundado en un supertraje que exhibe en el pecho el logo de la casa El detiene a unos delincuentes y promete encargarse de la inseguridad a su manera. Esta acción pone a nuestro nuevo héroe en la incómoda situación de tener que salir de las sombras y quedar cara a cara con su eterno rival para dejar las cosas claras. Mientras tanto, en el Daily Planet, hace su aparición Clark Kent… algo difícil de entender cuando meses atrás Lois Lane había revelado que Superman y este reportero eran la misma persona, una teoría que no se condice con la reciente muerte del Kryptoniano y la presencia en carne viva de Clark. El misterio alrededor de este nuevo Kent se intensifica cuando los lectores estamos al tanto de que efectivamente hay un Superman/Clark Kent que está vivo, está casado con Lois, tiene un hijo, y posiblemente venga de una tierra paralela… pero no es el mismo Kent que está trabajando en el Planet. Y si todo esto no fuera suficiente, hace su aparición Doomsday. Sí, amigo lector, Doomsday una vez más, el mismo monstruo imbatible se enfrascó en una lucha a muerte con nuestro héroe, un villano que claramente el “nuevo” Superman reconoce y teme.

superman-action-comics-rebirth-superman-meet-clark-kent-comic-reviewKal-El entonces decide dejar sus sospechas en relación al Luthor de esta tierra de lado, y juntos intentan detener a la bestia, que finalmente es derrotada de una forma tan ingeniosa y obvia que todos nos quedamos preguntando por qué Superman no utilizó una estrategia similar allá por el ’92. De todos modos, Jurgens se encarga de tranquilizar al lector: la súbita aparición de este villano tiene una explicación, no va a ser algo habitual y probablemente esté conectada con eventos que se irán desarrollando número a número en un futuro no muy lejano.

La Action Comics de Jurgens es, efectivamente, una fiesta para el lector conocedor de la compleja cronología del personaje, una caricia al alma y una recompensa a la fidelidad, pero también es una evolución para el personaje que ahora incluye elementos que nunca antes habíamos leído. Superman y Lois ahora son padres, sus responsabilidades son otras, distintas, y sus prioridades han cambiado. Número a número somos testigos de la educación de Jon, de los límites que sus padres le sugieren –casi nunca le “imponen” nada, hay un simpático trabajo en los diálogos entre los tres donde las órdenes solo aparecen en momentos de crisis-, del correcto acompañamiento que cada uno va ejerciendo en ciertas partes del desarrollo de este niño. Y el evento Rebirth le permite a Jurgens jugar con prácticamente cualquier elemento que haya sido puesto en escena desde Byrne hasta acá, sin que nadie pueda acusarlo de absolutamente nada porque DC abrió la puerta para que cada guionista escriba sus propias reglas, y ya.

AC_959_4Si algo, por momentos, le baja unos puntos a esta serie es el dibujo. Lejos del nivel que tenían los astros de los ´90, los encargados de llevar los lápices acá (Patrick Zircher, Tyler Kirkham y Stephen Segovia) son apenas dignos. Cumplen con el cometido de trasladar las emociones de forma correcta, narrativamente son correctos y tienen algunos diseños de personajes interesantes… ninguno de ellos es una luminaria y definitivamente no hay uno que sea vistoso ni muy agradable a la vista. Por suerte algunos números tienen tintas de Art Thibert, otro veterano ex-miembro del Super Squad de los ´90, que te levanta el muerto más reventado de Kirkman, y siempre que está él, ese número se disfruta un poco más en ese aspecto. Por la forma en la que necesariamente se tienen que ir intercalando los dibujantes, parece que la intención es que no desentonen demasiado, que sean bastante parecidos entre sí y sobre todo que respeten los diseños originales. Doomsday, más allá de las habilidades de cada dibujante particular, responde a los exactos diseños que supimos disfrutar en los ’90, algo que es digno de agradecer después de habernos comido el Orco de Peter Jackson reventado en papa que tuvimos que sufrir en la nefasta Batman v Superman: Dawn of Justice del año pasado.

La Action Comics actual es un comic muy nostálgico que no se priva de nada y te puede clavar, en el mismo número, una parsimoniosa cena familiar Kent y una batalla en Apokolips con el difunto Darkseid incluido, hilado todo de tal manera que ninguna de las escenas desentona o acusa un fuera de registro. Una muestra más de la coherencia que tiene Jurgens a la hora de escribir este personaje y sobre todo del amor que le guarda.

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