Hace casi una década me crucé con una novela de Angélica Gorodischer que todo fanático de la literatura épica fantástica debería leer: Kalpa Imperial. En ella, un bardo nos va narrando, a través de distintos relatos a primera vista inconexos, la historia del imperio más vasto que jamás existió, mismo que fue destruido y reconstruido infinidad de veces. American Vampire, en su construcción y expansión a lo largo de sus casi 40 números mensuales sumados a sus especiales y miniseries me hizo acordar automáticamente a esa novela, ya que Scott Snyder y Rafael Albuquerque nos van mostrando pinceladas de la historia del país del norte usando como columna vertebral el fenómeno vampírico y sus linajes expandiéndose por América, narrando historias ancladas siempre en el terror más visceral pero enmarcadas en el Lejano Oeste, en la ciudad de Las Vegas de los ’30 en plena depresión económica y social de EEUU, o en la Segunda Guerra Mundial.
Cuenta la historia que a principios del 2009 el editor Mark Doyle decidió preguntarle al casi ignoto guionista en ese entonces en ascenso, Scott Snyder, si tenía alguna idea interesante para presentar como una nueva serie dentro del sello Vertigo, y este le comentó que venía masticando desde hace un tiempo poder desarrollar una historia de “Vampiros Americanos”, que estaba intentando escribir una novela para luego adaptarla al cine o la televisión (una estrategia que usan muchos, entre ellos Guille del Toro con su reciente The Strain), sin éxito, y que le parecía que podía funcionar en una serie regular. Doyle, con el aval de Karen Berger (ansiosa por volver a tener un título fuerte de terror, un género distintivo del inicio de la editorial) le dio el okey, y Snyder decidió convocar a un dibujante brasileño con un enorme potencial, Rafael Albuquerque, casi al mismo tiempo que otros dos brazucas, Fábio Moon y Gabriel Bá, largaban su maxi-serie Daytripper dentro del mismo imprint. Igual, Brasil, 7 a 1 en tu casa, no te olvides.
En busca de potenciar el lanzamiento de la serie, Snyder y los editores se pusieron en contacto con el maestro del terror y el suspenso, Stephen King, para que les escribiera un prólogo o un comentario elogioso de la serie para poner en la portada del primer número y en las promociones, y al veterano escritor el concepto le pareció tan fresco y a la vez tan alejado de los vampiros metrosexuales afeminados de Stephenie Meyer y compañía que decidió colaborar escribiendo el origen del primer Vampiro Americano para la serie, siempre bajo la tutela del buenazo de Scott. Luego de casi un año de trabajo conjunto entre Snyder, Albuquerque y King, el n° 1 de American Vampire sale a la venta en Marzo del 2010, alcanza los 33.762 ejemplares vendidos en su primer mes, y se transforma en el n°1 mejor vendido de Vertigo desde hacía, por lo menos, una década. Una guasada de cifra que estaba sustentada no sólo por una intensa promoción por parte de la editorial sino también por la calidad del contenido.
El primer arco argumental de 5 números, nos sitúa en el Hollywood de 1925, en el momento de transición entre el cine mudo y el cine sonoro, donde Pearl Jones y su amiga Hattie Hargrove intentan alcanzar el clásico sueño americano de toda joven y bella mujer laburando como extras en super-producciones a la espera de ser descubiertas por algún director o actor de renombre, cuando intempestivamente una noche son invitadas a una importante fiesta en la cual, sin que lo sepan, el destino de ambas iba a cambiar para siempre al cruzarse con unos productores que esconden tras su piel de cordero su existencia como vampiros europeos. Hattie zafa raspando de ser víctima de las ansias de carne y sangre de estos monstruos, no así su amiga Pearl, a quien luego de torturarla y succionarla la dan por muerta y la tiran en una zanja, solo para ser encontrada horas después en estado casi agonizante por un misterioso vagabundo que termina compartiendo una gota de su sangre con ella, y la transforma en un poderoso ser listo para reclamar su justa venganza.
En paralelo a este relato narrado por Snyder, King nos va contando el origen de Skinner Sweet, el primer Vampiro Americano, a través de una serie de conferencias dictadas por el escritor Will Bounting, con el objetivo de promocionar su novela “Bad Blood”, la cual, jura y perjura, parece tener elementos de ficción pero es una dura y precisa crónica real de cómo vivió él esos eventos como mudo testigo.
Si bien este primer arco no es todo lo sorprendente que se esperaba de la serie, sienta las bases de lo que será el relato a largo plazo, y entretiene mucho, que es lo que al final del día importa. Snyder es, por sobre todas las cosas, un muy buen narrador, que sabe cómo presentarte una historia excitante y fresca, aún cuando esté ambientada en la década del 20 (casi un siglo atrás), y con muy poco te traza personajes carismáticos que logran una enorme empatía con el lector. Además, la serie va saltando en el tiempo, y cada nuevo arco puede o no estar protagonizado por personajes ya conocidos, pero siempre existe un nexo conector que en la mayoría de los casos sorprende y emociona.
El arte de Albuquerque es todo lo que American Vampire necesitaba para terminar de cerrar como un producto sólido que prácticamente no tiene fisuras. Las figuras estilizadas y angulosas de Rafael son poco menos que perfectas para una serie con esta temática, y cuando el relato lo requiere exacerba las expresiones de sus personajes y presenta las deformaciones y transformaciones de manera impactante, pero todo siempre en su justa medida, con un dejo de elegancia y un absoluto control de la puesta en página.
Los diseños de portadas de Albuquerque para esta serie son todo un tema aparte que ameritaría un artículo exclusivo dedicado al mismo, jugando con las composiciones y las paletas de colores como solo un profesional creativo y entusiasta del medio puede hacerlo. Da gusto tener cada uno de los números de la serie por separado cuando un artista le pone tanto empeño a las portadas, y valoriza la “mensualidad” de la serie, algo que, por lo que tengo entendido, se ve reflejado luego en la diferencia abismal entre las muy buenas ventas de la ongoing y los modestos números que devuelven los trade paperbacks.
American Vampire va por su “segunda temporada” recién estrenada con solo 5 números luego de un descanso de casi un año, así que es un buen momento para hincarle el colmillo si es que aún no lo hiciste.
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