Maldito Mainstream

La apuesta de BOOM! Studios por la fantasía épica, de la mano de Simon Spurrier y Matías Bergara, es todo lo que está bien en este mundo.

Coda

19/10/2018

| Por Matías Depettris

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GUEST_b34a3ac9-7d27-468c-b050-5f63325c2011Coda es todo lo que está bien en este mundo, y no dejes que nadie te convenza de lo contrario. La épica fantástica del británico Simon Spurrier y el uruguayo Matías Bergara tiene cubiertas todas las esquinas del cuadrilátero y te va a noquear, de una forma u otra, no tengas la más mínima duda de eso.

En un mundo fantástico post-apocalíptico donde un evento extraordinario acabó con casi toda la magia, un bardo antisocial de nombre Hum deambula por estas tierras acompañado por su enorme y peligroso unicornio mutante en busca de la salvación del alma de su esposa, y en el camino se cruzará con una serie de problemas que lo catapultarán al epicentro de una lucha por el poder político que intenta traccionar para dominar estos páramos salvajes.

Gran parte de la genialidad de esta serie de la editorial Boom! Studios radica en la química que tienen Spurrier y Bergara para narrar esta historia, la cual cuenta con la particularidad de abordar un género que, al menos en la literatura, fue explotado hasta el hartazgo con disímiles resultados. Los autores, en este caso, deciden apretar un poco el acelerador y contarte una historia con un ritmo asombroso, deconstruyendo un montón de mitos relacionados con el género y avanzando a pasos agigantados en un mundo repleto de personajes y climas que se nos figuran familiares en una primera instancia pero ante la mirada de estos artistas toman otra dimensión y logran sorprender.

Coda_002_04-2El arte de Bergara en este caso es insano, y no puedo ni llegar a imaginar la cantidad de diseños previos que tuvo que bocetar antes de ponerse a armar cada una de las páginas. Su capacidad para mostrarnos un mundo decadente pero absolutamente vivo es lo que separa esta serie de otros proyectos análogos, y para lograr este objetivo se vale de un montón de recursos, entre los cuales está el manejo de una serie de paletas de colores que va utilizando de acuerdo al clima que pretende transmitir en cada escena. Si el trabajo del color (donde lo asiste Michael Doig) es magistral, la puesta en página no se queda atrás: es muy gratificante leer un cómic épico fantástico donde el dibujante le huye a los parámetros del género e imprime frescura en la composición de la mayoría de las páginas. Para lograr el impacto deseado en los momentos de mayor tensión, Bergara rompe con la estructura que viene utilizando. En contraposición con lo que acostumbra a darnos Quique Alcatena en historias de temática similar, Matías recurre a la sencillez en sus diseños, tanto de los personajes como del entorno, y eso ayuda mucho a la fluidez de la narración. De hecho, por momentos uno siente que está viendo un largometraje animado europeo, y no leyendo un comic-book yanki. Su manejo de la anatomía humana y animal y la expresividad de sus personajes me hace acordar mucho al mejor Carlos Meglia, y de hecho hay algunos primeros planos con ciertas miradas de Hum que uno pensaría son los mismísimos trazos de Carlos.

coda-1-interior-art-2_origNo conforme con todo esto, la arquitectura de este mundo fantástico es única y exquisita, muy rica en detalles que dan identidad al universo y en muchos casos aportan a la trama, como los restos óseos de gigantescos dragones desparramados sobre áridas dunas, los cuales todavía pueden ejercer algún tipo de comunicación porque estas criaturas son inmortales. Hay un montón de personajes secundarios que son una revisión de mitos clásicos del género y son presentados de maneras interesantes y sorprendentes: una enorme y gorda sirena alcohólica que parece una prima lejana del Jabba the Hutt de Star Wars, un gigante (quizás el último de ellos) que es utilizado como una máquina de guerra del Juicio Final, incluso el espeluznante “unicornio” que funciona como cabalgadura de nuestro protagonista, una bestia de carga irascible e impredecible que esconde también un par de secretos.

Al final del primer número, Bergara y Spurrier nos deleitan con un bonus track precioso que remite directamente a la obra de Tolkien, por su diseño y sus nombres: un par de mapas de las tierras baldías por las que deberá transitar Hum para lograr sus metas, los cuales utilizan las mismas tipografías e iconografías que recordamos quienes hemos leído algunas de las obras clásicas del célebre sudafricano.

7_8_origYo conocía muy poco del trabajo de este dibujante antes de acercarme a Coda, cosas como El Viejo, que acá lo co-editó Loco Rabia, algunas colaboraciones en la serie regular de Sons of Anarchy (una franquicia que también pertenece a Boom! Studios) y las ilustraciones del libro para pibes de Neil Gaiman, Odd y los Gigantes de Hielo, que acá fue traducido y editado por Pictus. Pero ninguno de esos trabajos previos podía prepararme para semejante despliegue visual, y sin conocer su trayectoria en su totalidad, estoy seguro en esta serie está presentando su laburo más logrado hasta el momento. Se nota el amor que le pone a esta serie, y se puede percibir detrás un trabajo de documentación muy interesante, sobre todo a la hora de diferenciar la arquitectura de las viviendas y los diseños de los vehículos, armaduras y armas dependiendo de las razas y regiones. Es un mundo completamente ficcional y fantástico pero cada uno de estos elementos remite a un registro visual previo que el lector fanático del género ya tiene incorporado, y el dibujante lo sabe y también logra comprarte desde ese lado.

Pero por la cantidad de texto que le he dedicado, parecería que el único que tiene méritos en esta serie es el artista uruguayo, cuando la realidad es que, como señalé al comienzo, la genialidad de esta historia es lo bien que se entienden ambos realizadores. La trayectoria de Simon «Si» Spurrier es harto conocida por todos, creo yo. Es un autor que colabora desde principios de siglo con guiones para las revistas británicas 2000 AD y Judge Dredd Megazine, y para esta última también ha entregado artículos y reseñas. Muchos lo deben identificar por algunos de sus trabajos con Frazer Irving, su dibujante preferido, y otros tanto quizás lo tienen de sus varias colaboraciones con Marvel, entre las cuales se encuentran las miniseries Silver Surfer: In Thy Name y Danny Ketch: Ghost Rider, pero además tiene un montón de anuales y one-shots para esta editorial y estuvo al frente del volumen 2 de X-Men Legacy durante sus primeros 24 números.

Coda_005_PRESS_3Spurrier tiene una facilidad enorme para hacerte encariñar con personajes medio huraños, parcos y outsiders, que en el caso de Hum son, además, ingeniosos y muy despiertos, y te van ganando página a página de la mano de sus pensamientos y ocurrencias, todo gracias a un recurso algo trillado pero que acá funciona muy bien: un narrador en primera persona que va relatando la aventura, lo que a su vez son los diarios de viajes que el protagonista le escribe a su esposa, para que los lea cuando regrese. Además de lo que percibimos al comienzo, de las inquietudes y anhelos de Hum y los porqués de su cruzada personal, poco a poco nos vamos adentrando en lo que fueron los días previos a la debacle de este mundo, y cuál es la relación que dicho evento guarda con el fatal destino de la esposa del protagonista, y sobre todo cuánto tuvo de responsabilidad él en todo esto, algo que podría o no estar conectado con un poderoso anillo del cual hoy es el portador. De todos modos a Simon no le interesa trabajar demasiado con el pasado, y su relato transcurre mayormente en este presente, el cual tiene la suficiente intensidad como para no necesitar recurrir a flashbacks todo el tiempo.

Si la memoria no me falla, Coda es el primer título que reseño de Boom! Studios, una editorial que pocas veces logra llamar la atención con alguna de sus propuestas, pero en este caso puntual valía la pena el rescate, no sólo por la calidad de esta serie en sí, sino también por la apuesta a un género que, al menos en lo que se refiere al mercado mainstream yanki, suele tener muy poca presencia. Ojalá la buena respuesta que está teniendo la propuesta de Spurrier y Bergara anime a otros autores a explotar un poco más esas historias de capas mugrosas, espadas oxidadas y dragones cuasi-zombies.

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