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Mother Panic es una serie distinta y distintiva, muy representativa de lo que el joven sello editorial Young Animal puede entregar.

Mother Panic

23/10/2017

| Por Matías Depettris

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tumblr_oh0v4fdmBj1riu867o1_1280Alguien podría señalar que Violet Paige, la protagonista de Mother Panic, es una versión femenina moderna de Bruce Wayne, y no estaría tan errado en dicha presunción. Paige, al igual que Bruce, sufrió severos traumas en su niñez y adolescencia, además de abusos físicos, pero también recibió un feroz entrenamiento que la posiciona, al día de hoy, como un exponente admirable del combate cuerpo a cuerpo. Dichos traumas la depositaron en el camino que recorre en el presente, buscando venganza de aquellos que le hicieron daño, y para llevar adelante tal cruzada se disfraza y hace uso del mejor equipamiento que la tecnología moderna puede permitir. Y su fachada pública es una “celebridad” moderna más conocida por sus borracheras, sus escándalos y sus relaciones fugaces que por méritos propios. Además cuenta con un refugio secreto donde la esperan su madre y algunos ayudantes más que, entre otras cosas, le curan las heridas obtenidas por sus aventuras nocturnas.

Pero dudo mucho que la idea de Jody Houser, la guionista de esta serie, haya sido establecer este paralelo. Violet no es una heroína, ni nada que se le parezca. Es una persona traumatizada que busca represalias por los abusos que tuvo que tolerar durante gran parte de su infancia, tiene objetivos muy puntuales que están siempre conectados con su pasado y cabe la posibilidad de que una vez los haya cumplido, su “misión” finalice, incluso si toma consciencia de que su intervención podría mejorar las vidas de personas que están pasando por situaciones análogas a las que tuvo que experimentar.

TYspaolA medida que avanzamos en la lectura de Mother Panic, descubrimos nos los escabrosos detalles del pasado de Violet, los cuales nos dan una idea muy clara del por qué de esa actitud badass hacia la vida. Haber tenido que matar a tu propio padre porque el muy hijo de puta estaba por venderte para llegar a fin de mes seguro que no te garantiza la salud mental de tus próximos años, pero por suerte nuestra protagonista se las ingenió para enmascarar todo el hecho como un accidente de caza, algo bastante creíble en el país en el cual O.J. Simpson fue declarado inocente. De todos modos eso no evitó que su hermano mayor, Victor, la internara en Gather House, una institución cuasi-religiosa de Gotham que se dedicaba a experimentar con niños, mejorando sus aptitudes físicas a través de implantes cibernéticos y exponiéndolos a un riguroso entrenamiento signado por el dolor y la tortura. “La letra con sangre entra”, dicen que era el lema de este establecimiento…

MOPA_03_pg5Gather House y sus responsables serán entonces el foco de la venganza de Violet, la cual, cuando pudo reencaminar su vida lejos de ese infierno, se hizo cargo de su madre, víctima de una enfermedad mental que deteriora su percepción y su memoria. Ya en el presente, Violet se ha aliado con la Doctora Suditi Varma, una cirujana y antigua colaboradora del Gather House que comparte el mismo odio por dicha institución y la acompaña en esta aventura aportando sus conocimientos en medicina. Más adelante se les unirá (casi por casualidad) Otis Flannegan y su ejército de ratas, un personaje creado por Alan Grant y Norm Breyfogle a fines de los ’80 pero que acá lo tenemos en su versión más edulcorada y natural, desprovisto de su clásica máscara. Otis no será el único personaje del universo de Batman que tendremos la sorpresa de ver desfilar por esta serie, pero para tranquilidad de la dama y el caballero, no hay necesidad alguna de que estén al tanto de lo que sucede en el resto de los títulos del mejor detective del mundo. Mother Panic es un comic completamente independiente.

El gancho más fuerte que tiene Mother Panic es sin duda alguna su protagonista, Violet Paige, un personaje trastornado al que le cuesta encontrar un balance en su vida y prácticamente carece de la empatía necesaria para transformarse en un héroe. Su desprecio por las altas esferas de Gotham y su actitud agresiva y pedante genera algunos momentos inolvidables, los cuales contrastan con sus recuerdos de su tortuoso pasado.

dc-comics-mother-panic-issue-9bEs interesante, además, el punto de vista de las relaciones actuales de la mano de alguien como Jody Houser, una escritora a la cual ya hemos leído en el Max Ride de Marvel, en Orphan Black y Womanthology para IDW y también en el Faith de Valiant, sumado a la adaptación al comic de la película Star Wars: Rogue One (2016). Quizás por un prejuicio propio o sencillamente porque es más recurrente encontrarse con personajes femeninos protagonistas escritos por mujeres que guarden ciertos rasgos de sensibilidad característicos, la Violet de Houser, que es un personaje creado 100% para esta serie, sorprende también desde ese lado. Violet va por la vida a los tumbos, riéndose hacia adentro de todos, pateando culos cuando es necesario y tomando lo que quiere cuando le place, sin hacer muchas preguntas y sin dar demasiadas explicaciones. Hay una escena muy puntual que la pinta de pie a cabeza: luego de haber tenido sexo con un perfecto desconocido, a la mañana siguiente, se despierta y mientras fuma un cigarrillo en el baño se corta un dedo con una máquina de afeitar, y pinta con sangre unos smileys medio creepys en la pared de la pieza del afortunado sex-boy de turno, cosa de dejarle bien claro que no desea volver a saber de su existencia.

MOPA_06_4El apartado gráfico de esta serie es un tema un poco más complicado. Los arcos argumentales se desarrollan en pequeñas sagas de tres episodios, cada uno con un dibujante distinto. Tommy Lee Edwards se hace cargo del primer arco, Shawn Crystal del segundo, John Paul Leon del tercero y para el cuarto (que está actualmente en curso) vuelve Crystal, y ninguno de los estilos se asemeja al del resto. Edwards es dueño de unos trazos sucios, rectos y semi-acabados, con un correcto trabajo de sombras y mucho esfuerzo puesto en los fondos y los diseños de vestuarios, vehículos y locaciones, aunque no soy particularmente fanático de su forma de narrar las escenas de acción. Crystal en cambio se aleja un poco del realismo de Edwards y muchos de sus diseños de personajes son casi una caricatura, y si bien de vez en cuando juega un poco con las sombras sus trazos son claros, limpios y mucho más amigables para el lector novato. Su estilo es dinámico y su narrativa es bastante fluida, pero hay cuestiones gráficas de perspectiva y puesta de página que se extrañan ante la ausencia de Edwards. Y luego cae John Paul Leon, casi tan realista como Edwards pero mucho menos interesante, con diseños de personajes muy distintivos entre sí pero que acompañan una narrativa demasiado tranquila, casi al borde del aburrimiento. Leon no está mal, y no creo que sea un mal dibujante de todos modos, pero yo lo recuerdo de pequeñas cosas para Marvel y DC, y me parece que acá está laburando a media máquina. De todos modos es un tipo que la tiene clara y sabe cómo hacerse lucir con muy poco, diseña vestimentas muy interesantes, frescas y modernas para Violet, e incluso incluye accesorios de marca reconocibles para el que está entrado en el tema… detalles pelotudos pero que aportan al perfil público que el personaje se arma para esconder sus secretos.

1121637_1506482726373Este contínuo movimiento de artistas definitivamente no ayuda a que uno se encariñe con la serie, porque por ejemplo hay personajes a los que no siempre reconocemos apenas los vemos, culpa de una falencia editorial a la hora de establecer a rajatabla un diseño que todos los dibujantes respeten. La madre de Violet, y algunos de los villanos que comienzan a perfilarse como recurrentes son un perfecto ejemplo de esta disyuntiva. Pero en contraposición a eso, hay otra historia de Gotham que se va narrando en las últimas tres páginas, y esta sí está desarrollada por los mismos autores, número a número: Jim Krueger en el guión y el genio indiscutido de Phil Hester en los dibujos, con tintas de Ande Parks. Esta historia, denominada “Gotham Radio”, es algo muy similar a lo que leíamos en la vieja, clásica y aclamada Gotham Central de Brubaker y Rucka, es un relato muy pequeño que se desarrolla por los laterales de la ciudad que todos conocemos y amamos, sin la intervención de Batman pero orbitando su mito todo el tiempo. Un caso policial que incluye un locutor de radio asesinado, un asesino serial de vigilantes, una productora radial que tiene un padre que es un vigilante retirado y un nuevo locutor que tiene una cruzada personal contra el orejudo enmascarado y todo lo que representa, él y cualquiera que salga a hacer justicia por mano propia. Gotham Radio es un relato simpático y fresco que le presenta a Hester el desafío de contar cada capítulo de forma original pero guardando un sistema en la composición de cada página, algo que, como era de esperar, resuelve magistralmente y levanta mucho una historia que, sin su aporte, pasaría completamente desapercibida.

En resumen, Mother Panic no es un comic que te va a cambiar la vida, tampoco es una lectura obligada, pero es una serie distinta y distintiva, muy representativa de lo que el joven sello editorial DC’s Young Animal puede entregar, y además es la introducción a esta editorial de otro personaje femenino muy fuerte, escrito por una joven autora que dejó de ser una promesa hace un tiempo y se está haciéndo un lugar a codazos limpios.

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