Maldito Mainstream

Nighthawk es uno de los nuevos lanzamientos de Marvel al que le deberías prestar atención… antes de que la cancelen.

Nighthawk

20/08/2016

| Por Matías Depettris

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latestQuiero comenzar la reseña señalando que no soy el fan número uno de homogeneizar universos superheróicos distintos, cualquiera sea el objetivo final de la editorial. A mí me gustaba Wildstorm por afuera de DC, claramente no siento ninguna emoción cuando DC amenaza con incorporar personajes de Watchmen a su cronología tradicional, no me simpatiza la idea de ver personajes del Ultimate de Marvel en el 616, y tampoco me cabe la inserción de un personajes del Squadron Supreme dentro del habitat habitual de nuestro vecino favorito o los mutantes más famosos del comic. Pero tengo que admitir que cuando leo una serie como la actual Nighthawk no me queda otra que comerme mis prejuicios y dedicarme a disfrutar de la misma sin mayores miramientos.

Chicago es la ciudad que elige el guionista David Walker para desarrollar las aventuras actuales de Raymond Kane, y no se me ocurre escenario mejor. En el inconsciente colectivo esta ciudad es sinónimo de kilombo: alto índice de delitos, tráfico de drogas, mucha prostitución, policía corrupta, organizaciones mafiosas, barrios de mucha pobreza que conviven con zonas fabriles abandonadas, todos componentes que se nos hacen familiares gracias sobre todo a películas de los ’90 ambientadas en esta ciudad, que durante décadas fue presentada al público como la versión reventada de Las Vegas. Aquí, este violento héroe que comparte actitudes y hasta un accionar muy similar al que tienen Batman o Punisher –de hecho incluso hasta se ríe de uno de ellos en un momento- decide combatir el racismo imperante que ha tomado por asalto al ciudad, dispuesto a limpiar la misma a cualquier costo, utilizando una violencia desmedida y sirviéndose de la mejor tecnología posible para lograr la máxima efectividad.

tumblr_o3qc7x3m9N1u496xso2_500Los medios de comunicación –principalmente la televisión- no dejan de bombardear al público con noticias sobre un caso de gatillo fácil con el racismo como tema imperante –en un relato que recuerdo la narrativa del mejor Paul Verhoeven en películas como la primera Robocop-, y en paralelo a esto un asesino serial hace de las suyas descuartizando víctimas que lo único que parecen tener en común es que son de raza blanca y han sido acusados de crímenes raciales, razón por lo cual la cruzada de Kane cuando menos lo espera se encuentra jugando con el tiempo en contra. Para lograr sus objetivos nuestro héroe cuenta con la ayuda de una reformada Nightshade, quien en su personalidad de civil -Tilda Johnson-, utilizará sus especializaciones en tecnología en general y en robótica en particular para dotar a Kane de un arsenal muy high-tech que entre otras cosas contará con drones que simulan ser búhos. Tilda, además, como si se tratara de una Blacky-Oracle Badass, aportará la cuota de humor con comentarios sarcásticos bardeando constantemente a su jefe, muy en sintonía con el Alfred que nos regaló la reciente Batman vs. Superman.

e89f180d69bb04a03874c76533826030._SX640_QL80_TTD_Con todo lo dicho, se hace evidente que este comic toma una cantidad enorme de elementos de los dos justicieros que he mencionado más arriba. ¿Cómo hace David Walker para separar el personaje que está escribiendo de dos íconos de las dos editoriales más importantes del mercado? Con la bronca, la furia: Raymond Kane está muy enojado con la vida y actúa por venganza, para buscar revancha por toda la impotencia que sufrió de pequeño, para demostrar que no es un pussy como sus padres, y como suele suceder con justicieros de esta etnia, para transmitir un mensaje: la raza negra no va a tolerar más abuso de autoridad por parte de la supremacía blanca. Pero la escalada de violencia a su alrededor no le es ajena, y cada vez lo afecta más, y como bien se encarga de señalarle Tilda, si sus métodos no se separan demasiado de los del asesino serial que intenta atrapar, entonces en algo la están cagando, ambos.

Muchos podrán opinar que nada de lo expuesto hasta acá es demasiado original, aún con el tema del racismo como eje, y podrían tener razón si no fuera por el arte de esta serie, obra del mexicano Ramón Villalobos y la colorista Tamra Bonvillain. Si, obra de ambos, porque si bien los lápices y las tintas de Villalobos son suficientes para destacar, el clima que le otorgan las paletas utilizadas por Bonvillain logra el aspecto distintivo particular final de este comic, que visualmente se alza por encima de la mayoría de las ofertas que hoy por hoy no está ofreciendo esta editorial.

nighthawk2interiorNighthawk podría haber sido una serie oscura, sofocante, lúgubre, con un dibujante del estilo de Bill Sienkiewicz con trazos sucios y un fuerte uso de las sombas –artista que, por otro lado, entinta una de las portadas de la serie, cerrando los lápices de Denys Cowan-, y una paleta acorde a esos trazos, y sin embargo el editor y el guionista se decantaron por una opción mucho más fresca y referencial a la cultura “gangsta” que rodea la serie. Villalobos es un gran artista, un dibujante que parece una amalgama de los estilos de Chris Burnham y Frank Quitely, y por momentos me recuerda también al Paul Pope de la mítica Batman: Year 100. Si tengo que criticarle algo negativo debería enfocarme en la falta de dinamismo en las secuencias de acción, y algunas perspectivas a las que les falta un poco más de trabajo, pero para sopesar esas falencias cuenta con una gratificante atención a algunos detalles exquisitos, como por ejemplo una escena en la que un detective pone la corbata sobre su hombro para que la misma no afecte las evidencias de una horrenda escena de crimen que incluye desmembramientos. Además no se priva de ofrecernos unas escenas de violencia muy gráficas pero expuestas con muy buen gusto, y tiene un sentido de la narrativa muy claro, muy prolijo y natural. Terminás de leer cada número de Nighthawk y no te cuesta mucho imaginar a este comic como parte de la camada de series que Netflix está estrenando de los personajes urbanos de Marvel, justo detrás de Luke Cage e Iron Fist.

STL010533Los colores de Tamra Bonvillain son un tema aparte. Me llamaron la atención desde la primer página, y eso es poco común cuando, como yo, estás acostumbrado a leer cerca de 40 series regulares de distintas editoriales que ofrecen un abanico de estilos muy disímiles entre sí. Tamra entendió perfectamente la labor que tenía que realizar para reforzar los trazos de Villalobos y, a la vez, entregar una serie distintiva, atípica, arriesgada y agradable a la vista. Nighthawk es de esos comics que te da placer hacer conocer, no conozco a nadie que no haya quedado con la mandíbula por el suelo al comenzar a hojear sus páginas.

Con referencias culturales que ofrecen el marco idóneo para desarrollar los diálogos –como la cita al clásico de Chan-wook Park, Old Boy, o la mención de David Fincher-, con una propuesta visual impactante y con una violencia y un humor que remite al mejor Punisher de Ennis y Dillon, Nighthawk es uno de los nuevos lanzamientos de Marvel al que le deberías prestar atención… antes de que la cancelen.

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