¿Se acuerdan del Aquaman de Peter David de mediados de los ’90, ese que perdió una mano en un pozo lleno de pirañas y la reemplazó con un arpón? Bueno, el viajo con ácido que se vienen pegando Jason Aaron y Russell Dauterman desde hace un año en el relanzamiento del personaje Thor incluye, también, situaciones análogas a esta.
De todos los cambios por los que pasó Marvel Comics en sus títulos mainstream –muchos de los cuales hemos reseñado en esta columna -, quizás el más polémico y comentado sea el cambio de sexo en el nuevo portador del martillo Mjolnir, algo que, a la distancia, no debería ser relevante teniendo en cuenta que dicha arma tuvo disímiles portadores a lo largo de la historia, entre los que se incluyen un sapo y un humanoide con cabeza de caballo, ¿no? Pero convengamos que pasar de un bárbaro colérico de más de 2 metros de altura y con una espalda que tiene el largo de dos puertas a una mujer estilizada y menuda que dudosamente puede imponer respeto con su sola presencia física es algo que llama la atención y amerita un acercamiento a la obra.
En Octubre de 2014, entonces, salió a la venta el Thor nº 1, así, a secas, escrito por un Jason Aaron que tenía sobrada experiencia con el personaje, para introducirnos este rotundo cambio. En dicho número nos ponen al tanto del conflicto actual con el que se encontró Odín, el padre de todos, a su regreso por un auto-exilio: el Mjolnir se encuentra depositado en la luna producto de unas palabras que Nick Fury le susurró al oído a nuestro conocido Thor, y desde ese momento nadie ha podido volver a empuñar este martillo. Nuestro héroe asgardiano se encuentra sumido en una depresión producto de este hecho, y lo único que logra movilizarlo son las malas noticias de que una facción de gigantes de hielo está atacando una petrolera en el planeta Tierra, traicionando con este movimiento el pacto de no agresión que existe entre los reinos, con la posibilidad de hundir a todos en una guerra.
Para cuando Thor por fin arriba a nuestro planeta y se enfrenta a dichos gigantes, armado con un hacha que sacó de la sala de armas de su reino, se encuentra con que quien organizó este ataque es ni más ni menos que Malekith, el elfo oscuro hechicero a quien ha enfrentado incontables veces. Siendo así, no le queda otra que enfrentar, solo, a los gigantes y al elfo, y las consecuencias son nefastas: Malekith logra arrancarle un brazo y lo lanza inconsciente a las profundidades del mar. Al final del primer número, Aaron nos revela una única imagen de la nueva portadora del martillo, sin mostrarnos quien se esconde bajo la máscara.
En los siguientes números de esta corta serie que termina durando sólo 8 entregas, Aaron desarrolla una trama bastante lineal –con algunos pocos flashbacks que más que nada se centran en los preparativos del ataque por parte de los gigantes de hielo y el pacto que hicieron con Malekith-, donde entran en conflicto el CEO de dicha petrolera que se nos termina revelando como un Minotauro psicópata coleccionista de objetos antiguos y poderosos, el propio Malekith, los gigantes de hielo, Thor y la nueva portadora del mjolnir. Thor regresa al combate con un brazo metálico forjado con uru negro por los enanos de Asgard, en los mismos hornos en los que se fabricó el mjolnir, y por supuesto confronta a la nueva portadora y hasta entra en combate con ella, hasta que se convence de que es digna y, juntos, aúnan fuerzas contra el resto de los presentes.
Luego la trama comienza a avanzar en tres frentes distintos, por un lado la nueva Thor intentando asimilar su nuevo rol como heroína, por el otro nuestro deprimido héroe asgardiano llevando adelante una investigación para averiguar la identidad de quien ha tomado su lugar, y finalmente Odín, el padre de todos, quien desbordado por las circunstancias decide acabar con la nueva portadora haciendo uso de todos los medios posibles, hasta llegar al extremo de activar un Destroyer, el arma definitiva asgardiana. Aaron termina por tocar de una y otra manera todos los elementos más clásicos del historial de este personaje, e incluso desdibuja a algunos para no sentir la ausencia de otros, como es el caso de Malekith, que de la forma en la que está presentado –conspirador, manipulador y con un humor negro muy fino, muy ácido- no nos permite extrañar a Loki. Así es como este título funciona como un verdadero relanzamiento del personaje, aún cuando el mismo no sea el protagonista.
En el apartado del arte, salvo por un único número donde está Jorge Molina como dibujante invitado, la narración visual corre por cuenta de Russell Dauterman, un artista con muy pocos trabajos profesionales previos al que claramente le falta mucho camino por recorrer para que uno en algún momento se deshaga en elogios para con su laburo. Narrativamente hablando es apenas correcto, aunque a las escenas de acción les falta potencia y claridad, pero el mayor problema que le detecté es en sus tintas: hay un montón de viñetas panorámicas o con planos generales donde los protagonistas no terminan de percibirse de forma clara, y en gran parte esto es culpa de un entintado pobre. De todos modos, es un dibujante que tiene mucha habilidad para el diseño de personajes, y pone mucho de su esfuerzo en la realización de los fondos, una característica que lo posiciona por encima del promedio, pero que por sí sola no suma demasiado cuando la narrativa es pobre.
Volviendo a la trama, lo malo que percibimos en el desarrollo de cada uno de los arcos es la inevitable sensación de que, una vez más, ninguno de los cambios pautados terminará sentando un precedente importante, y están todas las piezas dispuestas de manera tal que en cualquier momento Marvel pueda retroceder unos casilleros y recuperar el status quo tradicional de la serie y del personaje. De todos modos, por el momento la apuesta parece ser seguir adelante con lo que Aaron planteó en esta primer serie ya que este mes salió a la venta “The Mighty Thor” vol. 2 nº 1, la cual parte de la premisa de las consecuencias de la revelación de la identidad de esta nueva Thor –la cual no pienso revelar en esta reseña, aún cuando gracias a la magia de internet es probable que ya todos los lectores la conozcan-, hecho que sucedió en el último número de la serie que acabo de reseñar. Por lo visto, las intenciones del guionista y la editorial son que permanezca la nueva portadora un tiempo más, máxime teniendo en cuenta una portada que fue revelada para el número de enero en la cual se ve a nuestra protagonista transando con el actual Capi América en los cielos de New York.
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