Maldito Mainstream

Espionaje, violencia desmedida y un extraño mundo con varios cambios respecto del que todos conocemos, en una serie vibrante e impredecible.

Ultimate Wolverine

19/09/2025

| Por Matías Depettris

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¿Se acuerdan de la saga Age of Apocalypse? Por supuesto que sí, todo fan de Marvel la conoce, e incluso los que no lo son pero manejan algo del lore de la editorial se han codeado con esta preciosa macrosaga mutante que transformó el statu quo de Marvel Comics durante varios meses para ofrecernos algunas de las mejores escenas de la historia de estos personajes. Una saga que tuvo tanto impacto cultural que incluso fue referenciada en la conclusión de la trilogía de Deadpool de Ryan Reynolds, la cual tiene a Wolverine como co-protagonista.

Con tamaña introducción, no quiero insinuar que Ultimate Wolverine tiene alguna conexión con aquella saga, pero lo que siento es que hay un aire, un aroma, una ligera fragancia en las páginas de este título a algunas cosas que se hicieron con la comunidad mutante en esos años. Y si tenemos en cuenta el pésimo título mutante de cabecera que tiene este universo Ultimate, sumado al mal momento por el que están pasando, nuevamente, los mutantes en el universo tradicional, créanme cuando les digo que el amigo Logan con esta aventura comunista es probablemente el único refugio digno de aventuras mutantes en papel de la actualidad.

Como ya es de público conocimiento, en esta nueva iteración del Universo Ultimate, el Maker se encargó de hacer desaparecer prácticamente a todos los héroes de la tierra, y desde las sombras manipula los eventos próximos con un consejo de supervillanos. Uno de los miembros de ese consejo es nuestro querido Piotr Rasputin, mejor conocido como Colossus, quien en esta realidad lleva adelante un gobierno fascista con un puño de acero cromado de la República Euroasiática. A su lado se encuentran su hermana, Illyana Rasputin (Magik) y Arkady Rossovich, mejor conocido como Omega Red. Este triángulo de hierro lleva las riendas del poder en una zona en la cual no se ha descubierto demasiada actividad mutante, pero por las dudas crearon una división secreta llamada Directorio X, donde se investiga y explora los poderes genéticos únicos desarrollados por algunos pocos mutantes, entre los cuales, por supuesto, está nuestro viejo y conocido Logan, quien acá tiene como nombre clave… exacto: Winter Soldier. Aplausos de pie. La encargada de esta división es la doctora Alonya Prostovich, la cual tiene como objetivo primario desenmascarar e inutilizar a un grupo de tareas terrorista conocido como La Oposición, el cual está presuntamente liderado por Remy LeBeau, mejor conocido como Gambit, quien tiene a su lado a Katherine Pride, su compañera y amante. Este tal Gambit no se anda con chiquitas, ya que se lo reconoce como partícipe de un ataque directo a la ciudad república de Novosibirsk, en la cual falleció el antiguo líder de la nación Euroasiática, Mikhail Nikolaievitch Rasputin, hermano de Piotr e Illyana. Esta coalición acaba de incorporar a una nueva agente: Natalia Romanova, pero… ¿será realmente una agente o es un topo infiltrado por el triángulo de hierro para romper a La Oposición desde adentro?

Ahora que les desparramé sobre la mesa todo este escenario, podrán entender el por qué de la introducción de esta entrega, y cuáles son los elementos que me remiten directamente a Age of Apocalypse: el replanteo socio-político a nivel global, un escenario fascista liderado por personajes que en el universo tradicional 616 o bien son héroes o bien como villanos nunca llegaron a acumular tanto poder, y los pequeños y sutiles cambios de roles en algunos personajes.

Apenas se anunció este título, una de las primeras polémicas que comenzaron a circular en las malditas redes giraba alrededor del cambio de nacionalidad de Logan, de canadiense a estadounidense, y tengo algunas cosas que decir al respecto. De base, no voy a confirmar o negar estos rumores porque cuando comenzás a leer los primeros números de esta serie no queda claro absolutamente nada acerca del personaje que la protagoniza. De hecho, se pasa los primeros tres números sin emitir una línea de diálogo concisa, es más bien una máquina de matar que capitanea ciertos operativos puntuales con precisión quirúrgica y eficiencia extrema. A medida que avanza la serie comenzamos a explorar, en muchas ocasiones a través de flashback que se le van revelando al personaje (un clásico), fragmentos del pasado del mismo, y entendemos que Logan tiene un recorrido como personaje, el cual por suerte no se limita a Eurasia. Así que, sí, puede ser que el origen de ese recorrido se haya dado en EEUU y no en Canadá, pero con el correr de la historia resulta indistinto.

Lo otro que me parece interesante de señalar es que desde lejos este comic puede parecer un pastiche sin sentido donde tiraron un montón de personajes a una olla, algunos de ellos de ascendencia soviética, y vieron qué sucedía. Y no, la verdad es que Chris Condon, un escritor al cual me han leído reseñar otro de sus trabajos acá (That Texas Blood), presenta un escenario creíble si uno conoce un poco del lore de los personajes, y juega las fichas con mucho cuidado para construir  un relato muy dinámico y entretenido, donde se van tejiendo de a poco los hilos y las relaciones entre los personajes. Poco a poco vamos a conocer las heridas abiertas entre ellos, el rencor y la bronca que se tienen por historias pasadas, vamos a descubrir las cicatrices, algunas a la vista, expuestas a flor de piel, otras ocultas por un pasado turbio, y entendemos lo que hay en juego. Y como dicta la historia, en un comic de Wolverine lo que sobra es sangre: Ultimate Wolverine es una fiesta de acción con cruentos combates cuerpo a cuerpo donde abundan las mutilaciones y decapitaciones, de la mano de un Alessandro Cappuccio muy afilado que le mete su propia impronta a la serie con ese trazo tosco pero intencionado que tiene, y que a muchos nos supo maravillar en el Moon Knight de Jed MacKay.

En resumen: Ultimate Wolverine no es el mejor título de ésta línea, ese lugar por supuesto que le corresponde al amigo arácnido sin duda alguna, pero es el que le sigue. Una serie que no solo viene a cubrir un lugar en el esquema socio-político de este universo de manera digna, sino que también abre el campo para jugar con temas que uno llegaría a creer que ya deberían haber pasado de moda (la Guerra Fría) pero para nuestro pesar tienen una vigencia enorme. Para tal fin, Condon nos propone de manera muy creativa e inteligente una reversión de muchos de los personajes más importantes que tiene la editorial en el apartado mutante, sumado a algunas sorpresas, como la inclusión de la “agente” Romanova. Demasiado para un una serie protagonizada por un enano cabrón con garras de adamantium y poderes de regeneración.

Ah, ¿puse enano…?

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