Mighty ´80s

Completamos el repaso por lo que nos ofreció esta serie a lo largo de la década del ´80.

X-Factor (parte 2)

09/05/2025

| Por Diego Accorsi

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Enero de 1988 trae el nº24 de X-Factor, con el duelo del grupo contra los cuatro Horsemen y la revelación de Death como el amigo no muerto. El nº 25 debe costar $1,25, porque es una aventura más extensa, contra Apocalypse y los Jinetes ayudados por Power Pack, y a cargo del equipo artístico titular. Valen los spoilers, así que en este número derrotan al maligno mega-mutante y se quedan con la gran nave que orbitaba Nueva York. Esta cae aplastando la base de X-Factor y dan definitivamente por terminada la fachada del grupo caza-mutantes.

Al mes siguiente volvemos al precio regular de 75 centavos con el mismo equipo creativo y algunas consecuencias de la épica batalla del número anterior: nuevos uniformes, el público los acepta como héroes y Beast empieza un proceso que lo lleva a ser más fuerte pero más tonto. El nº 27 es un especial de Navidad donde queda claro que la nave sintiente será su nuevo cuartel, pero en el siguiente episodio se enfrentan contra esta, que debe liberarse del control de su antiguo amo. En algún momento de esto engancha el Annual 3, con tapa de Apocalypse contra el High Evolutionary por Walter a $1,95 que trae varias historias. La primera, escrita por Louise, con Terry Shoemaker y Al Milgrom en el dibujo, muestra qué pasó con Caliban, cómo reparan Nueva York y mantiene el espíritu navideño. Hay pin-up por Simonson de Jean Grey alucinante, otro de Byrne, y una segunda aventura que también escribe Louise con Tom Artis y Rubinstein en los dibujos. Se llama Change! y gira en torno a los chicos alumnos, muy divertida. La tercera historia es parte de la saga del High Evolutionary que corre por todos los anuales a cargo de Mark Gruenwald, Paris Cullins y Tony De Zuñiga y continúa en el Punisher Annual 1.

En los números 29, 30 y 31 Simonson-Simonson & Wiacek desarrollan la trama contra Infectia, vuelven los Freedom Fighters y Beast vuelve a mutar al querible ser azul peludo e inteligente.

En Septiembre de 1988 y con plot de Tom De Falco (el editor en jefe) y guion de Louise, Steve Lightle enfrenta ya desde la tapa a los X-Factor contra unos falsos Avengers, y anticipan Inferno con la aparición de N’Astirh. Le sigue el nº 33 con el equipo creativo titular en un choque contra la Alliance of Evil (Tower, Frenzy, Time Shadow y compañía) más el enganche con la mini-serie X-Teminators (por Louise y Jon Bogdanove). Al mes siguiente vuelve a la carga el Commander Hodge, ya aliado a unos demonios. El nº 35 es un preludio a la saga Inferno, contra Nanny y el Orphan Maker a cargo de Terry Shoemaker y Joe Rubinstein en dibujos.

En Enero del ’89 se lanza con bombos y platillo un Inferno por todos los títulos mutantes, que involucra a los de cualquier héroe que esté en Nueva York y el nº36 de X-Factor es clave. Otra vez el equipo creativo titular la descose en una escala importante de la saga, oponiéndolos a la Goblin Queen, Madelyn Pryor. Continúa en el nº 242 de Uncanny X-Men y vuelve en el 38 de X-Factor, un giant-size de $1,50 por Louise, Walt y Al Milgrom, parte de Inferno donde renace Phoenix y Warren adopta el nombre de Archangel. X-Men nº 243 mediante, en Abril se repite equipo creativo para el enfrentamiento final de la saga contra Mister Sinister, que marcará la despedida del barbado Walt hacia otros pagos. El nº 40 será un epílogo al evento infernal, escrito por Louise y Rob Liefeld junto a Milgrom en la faz gráfica. Podemos decir que lo mejor ya pasó. Se resolvió el tema de los caza-mutantes, de Apocalypse, del Archangel, del triángulo de Scott/Jean/Madelyn con Phoenix dando vueltas, el equipo está sólido, los personajes secundarios son muy buenos, ya se fue Walt… ¿qué nos queda? Bueno, 41 y 42 presentan al mutante ganador del concurso en el que los lectores debían crear un personaje rellenando la ficha del Mutant Registration Act. Paul Bestow impuso a su personaje, Alchemy, un mutante con habilidades para transmutar elementos, que apareció dibujado por Arthur Adams y Al Milgrom en un combate contra trolls ingleses (jun-jul ’89).

Acá engancha el Annual 4, parte de la saga Atlantis Attacks, 64 páginas a 2 dólares con portada de John Byrne. “I Must Go Down Into the Sea Again” presenta guión y lápices del gran barbeta anglo-canadiense entintado por Simonson en un combo demoledor (último toque de magia de Walt en X-Factor). Si bien los protagonistas son solamente Jean Grey y Beast (y continúa en el Annual de Web of Spider-Man), la historia está buena. La segunda historia podría ser un epílogo de la miniserie X-Men vs. Avengers y gira en torno a Dr. Doom y Magneto, a cargo de Ralph Macchio con arte de Byrne. Tercera historia, “Inferno Aftermath”, está escrita por Gruenwald, dibujada por Jin Fern con entintado de Rubinstein y está protagonizada por los Blues Brothers, o sus símiles del Marvel Universe. La cuarta aventura es parte directa del mega-evento de este 1989, capítulo 10 de la saga de la Serpent Crown por Peter Sanderson, Mark Bagley y Keith Williams, una feta de horror que sigue por todos los anuales.

Ya en Enero del ’90 arranca una saga larga, Judgement War, que llegará hasta el nº 50. El nuevo equipo creativo mantiene a Louise Simonson en los guiones con lápices de un Paul Smith correcto pero lejos de sus momentos de gloria, poco ayudado por las tintas de Milgrom.

​La Nave se lleva a los protagonistas bien al espacio exterior, y caen a un mundo en medio de un conflicto social, con los Celestials en el medio. El nº 47 será un interludio, un flashback de Warren, completamente a cargo de Kieron Dwyer, claro relleno, ya que pasaron el título a quincenal. En la saga, los héroes estarán divididos en ese planeta en diferentes bandos, con pérdida de memoria, Phoenix y romances incluidos. En Diciembre del ’89, el nº 49 amaga con un crossover con el evento Acts of Vengeance y la séptima y última parte de la saga ya queda fuera de nuestro territorio, con tapa de Liefeld y McFarlane, para una vuelta a la Tierra y el deseo de que Louise, Paul y Al levanten la puntería… algo que no va a suceder.

Pero son 49 números y cuatro anuales en la década del ’80, de aceptables para arriba, con muy buenos momentos desde que llegan Louise & Walt. Aventura al palo, grandes diálogos, personajes bien construidos, subplots muy bien manejados, portadas brillantes, crossovers muy bien piloteados y una opción fresca y dinámica ante los X-Muties de Chris Claremont que ya se sumergían en una oscuridad poco auspiciosa. Gracias, Bob Layton. Tiraste una buena cuando hacía falta, no pudiste sacarla a flote, pero el título vale la pena.

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